lunes, 22 de septiembre de 2008

Expectativas realistas...


Las expectativas realistas…¡qué tema ése! (W08 15/07 Pág 29-32). ¡Qué artículo tan oportuno! A ver si lo entiendo de una buena vez, jeje. Bueno,sí lo entiendo, la cosa es hacer los ajustes necesarios en algunos pensamientos que se obstinan en meter el dedo en la llaga y siempre señalan todo lo que uno quisiera hacer y no se puede. Es que el tema siempre fue hallar el equilibrio: nunca quisiera que las limitaciones sean excusas para no esforzarse por hacer más o todo cuanto realmente se puede. Si a eso le sumamos algunos factores como la crianza, el entusiasmo y las ganas de vivir, hacer y aprender tantas cosas…se complica un poquito hacerle caso a este cuerpo que no tiene nada que ver con la persona que interiormente va renovándose de día en día.(2 Cor 4:16)

Por otro lado, la mayoría de las cosas mencionadas sí las estoy haciendo, como juntar fuerzas extras los días de reunión: empezar en la mañana con todo lo que sea aseo personal y no levantarse hasta la hora de salir; concetrarse en todo lo que SÍ se puede hacer y disfrutarlo…Pero “aprender a reconocer las señales de que estamos llegando a nuestro límite”….se hace difícil porque uno todo el tiempo se siente al límite. Si voy a hacerle caso a este cuerpo por el dolor intenso y el agotamiento extenuante…entonces ni siquiera me voy a sentar en la cama para comer…cada vez es más agotador comer.Como decía un Dr la vez pasada, estamos en un punto en que hay que juntar fuerzas para lo más importante: respirar. Ya no se trata de hacer esto o aquello…sólo seguir respirando.

El martes pasado en el estudio del libro (que se celebra en casa) pasó algo que me hizo ver algo que no me había cuenta. Damita estaba sentada a mi lado y yo estaba esforzándome por comentar en uno de los párrafos, me fascina el libro y hay un montón de detalles que se prestan para comentarlos tranquilos porque somos un grupo pequeño y todos pueden participar más. Pero ya es tanta la dificultad y el esfuerzo para hablar y tratar de levantar la voz que Damita me dijo bajito: “No comentes más…me haces sufrir”. Me partió el corazón. Lo que menos quiero es causarle más angustia, demasiado con todo lo que tiene que sobrellevar cada día, es muy duro ver a su mamá así todo el tiempo, ella hace mucho por mi. Luego supe que otros hermanos sienten lo mismo. Y sé que si alguno de mis médicos me escuchara, no sólo no me dejaría hablar, sino que hasta vería si no es precisa una internación (ya me pasó).
Y ahí está el tema de los límites: uno desea tanto, aunque sea comentar, pero hasta eso será algo que aprender a manejar de otra forma. Es algo muy simple, pero no sé en qué momento llegó a sumarse a todo lo que ya no puedo y cuesta darse cuenta y aceptar que hay que hacer cambios, tal vez, como sugirió un hermano aquí: comentando por escrito y que otro lo lea. No se me había ocurrido. O al menos comentar una vez, si no se puede más.Son ajustes necesarios, porque en realidad quedo demasiado agotada y me siento físicamente muy mal después. Todo va cambiando tan rápido y alterando la más simple rutina que resulta muy difícil y duro equilibrar algunas cosas.

Estuve recordando un pasaje de Isaías en el que hallo mucho consuelo. Lo menciono porque posiblemente muchos hermanos se sentirán identificados porque están pasando situaciones sumamente difíciles. Es el de Mateo 12:20,citando de Isaías 42:3, referido a Cristo: “No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que humea.”

Respecto a este texto el Esclavo dijo: “Además, Jesús lleva su mensaje consolador a personas que, figurativamente, son como una caña cascada, doblada y pisoteada. Son como una mecha de lino que humea, cuya última chispa de vida está a punto de apagarse. Jesús no aplasta la caña cascada ni apaga el débil fuego de la mecha de lino. Más bien, con ternura y amor levanta o edifica a los mansos. ¡En verdad Jesús es la persona en quien las naciones pueden esperar!” (Mateo 12:15-21; Marcos 3:7-12; Isaías 42:1-4.)
*** gt cap. 33 Cumple la profecía de Isaías ***

Sí, tener la certeza de que Jehová y Jesús nos conocen hasta mejor que nosotros mismos y aprecian nuestros esfuerzos de toda alma, (aunque sean muy exiguos comparados a todo lo que quisiéramos dar), es muy consolador y realmente levanta y edifica.

Bueno, a decir verdad, ya estas a alturas soy más “humo” que “mecha”, jaja…pero sigo disfrutando y agradeciendo el privilegio de estar vivos hoy, en este tiempo tan especial. Más que nunca las palabras del salmista cobran especial significado: ”Toda cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!” (Salmo 150:6)

En uno de esos momentos de angustia y pensando en todas esas “mechas de lino que humean” y quieren dar más, fue como surgió este


Íntimo Consuelo

Con amor, para todos los que
limitados por circunstancias adversas,
no pueden dar cuanto quisieran.

Tú lo sabías, Padre, tú lo sabías…
muy hondo estaba clavada la espina…
barro y espíritu hería.

Una voz callada, insistente recriminaba
lo poco que estoy dando…
lo mucho que estoy anhelando.

Siempre deudora soy
y las monedas de poco valor,
aunque entregadas con amor,
no alcanzan a cubrir lo
que quiere darte el corazón.

¡Difícil lucha!...muda batalla…
Pensamientos que no dan tregua
señalando nuestras carencias…
¡Somos tantas veces nuestro peor verdugo!...

Pero Tú lo sabes, Padre, Tú lo sabes.
Y acercas presuroso el bálsamo
de consuelo que precisan nuestras heridas.

Y tranquilizantes resuenan las palabras del salmista:
“Sanando está a los quebrantados de corazón,
Y está vendando su partes doloridas”
(Salmo 147:3)

Gracias amado Padre
por mostrarte así a tus siervos:
como el Dios de Todo Consuelo,
superior a nuestro acusador corazón,
Padre de Tiernas Misericordias
que bendice lo que damos con amor.
(2 Corintios 1: 3,4)

Gracias Jehová por tu íntimo consuelo…
Tú lo sabías Padre, Tú lo sabías…
el corazón en lágrimas se derramaba…
en tu odre las recogiste
y en tu brazos refugio diste.

Dáleth
14-03-07


Jehová les bendiga en todo momento y siga dando el poder que es más allá de lo normal…no se cansen…

Hoy falta un día menos…

Con amor fraternal

Nancy

domingo, 14 de septiembre de 2008

"El encanto de una lluvia de rosas..."


Habrá que inventar otro idioma que contenga términos y expresiones más amplios que puedan describir, aunque sea remotamente, la profunda gratitud por todo el cariño y estimulo en los mensajes dejados, tanto aquí como al correo. Gracias de todo corazón, leo y me emociono con cada mensaje, lo respondo mentalmente pero me da pena no poder hacerlo de manera individual como debe ser…es increíble cómo el organismo se deteriora tanto que hasta pensar o mantener una conversación resulta fatigoso y me quedo en el intento de responder, con demasiadas cosas por agradecer y sin poder expresarlas como quisiera.
¡Qué hermoso será poder sentarse, un día no lejano, en un jardín sin límtes y conversar largo y tendido, con cada uno, individualmente! ¡Hay tantos sentimientos y experiencias compartidas por este medio…que sencillamente uno puede decir como el apóstol por sus hermanos: “Ustedes llegaron a sernos amados”!. 1 Tes.2:8
A través de sus mensajes he viajado por lugares que ni de nombre conocía, hay quien amorosamente describe lugares de Suecia y me transporta en sus relatos, hay quienes cuentan sus experiencias de predicación en lugares remotos de México…y una amiga precursora de Liniers, Buenos Aires que “me lleva” en su bicicleta llamada “Enoc” en su ministerio diario y luego me cuenta “cómo nos fue” a pesar de que hay más de 1000 km que nos separan.
¿Saben el por qué del nombre que le puso a su bici: Enoc?…porque dice que llegó en un momento muy difícil y no sabe en qué momento puede desaparecer (esta es la tercera). Ella, Erika, sufre de Lupus, diabetes y artrosis en todo el cuerpo y lleva unos 23 años de precursora regular. Se toma la molestia de imprimir lo que dejo aquí, en el blog, y lo comparte con sus estudios y otros hermanos; luego me cuenta el efecto que esto tuvo. Por ejemplo, recién escribió contando que “Paulina,una hermana de Bolivia, dejará su trabajo del mercado mayorista , alquilará el galpón grande a una empresa , venderá su casa hermosa de Liniers y se irá a servir a Bolivia donde tiene casa, y hay mucha necesidad. No es nada fácil ayudarla a tomar esta decisión, muchos lo han hecho por años”… ella amorosamente agradece a Jehová por haberla podido ayudar e inmerecidamente me hace partícipe de ello.

¡Cuánta emoción compartida estos días! Por ejemplo, sentir propia la felicidad de José Juan y Ammy, de Monterrey, México, al recibir a su primera nietita: Mia Regina. Y a la vez, no poder dejar de lado la pena, aunque no lo dijeron, de no poder oír esa vocecita pequeña y amada, porque son no oyentes. Cuando llegó su mensaje contando la feliz noticia, lloré de emoción y luego comenté con la familia: “Él no pudo oír la voz de su mamá cuando le cantaba canciones de cuna (es sordo de nacimiento) y ahora no puede oír a su nietita.” Y no podía evitar que las lagrimitas se escapen nomás. Pero Damy me hizo verlo desde otra perspectiva: “Pero puede verla”….y sí…mientras dure este sistema con todas sus limitaciones, siempre habrá una mosca en el ungüento, algo que no deje que la felicidad sea completa…pero ya falta un día menos para que todo cambie y sea otra la realidad. Mientras tanto, es mejor centrarse en todo lo bueno y bonito que sí tenemos y podemos.

También compartimos el dolor de una amiga muy querida que cuidó a su mami envejecida hasta el fin y la abrazamos y acompañamos en la distancia. Y compartimos la alegría de Laurita y Daniel de Guanajuato, Mx, al confirmales que su segundo bebé es una nenita. Y Sara Elisa, de Nicaragua, no deja de emocionarme con su estimulo, compartiendo ahora detalles de una conferencia dada a los precursores en la semana de la visita del viajero. Y el privilegio inmenso de “adoptarnos” como parte de la familia de Ingrid o de Ida en USA; o de Saulito, en Nogales, Mx; y de tantos amigos entrañables de Chile y España y una laaaarga lista de amigos de distintos lugares con los que Jehová nos ha bendecido y que hacen que las cargas no pesen tanto.

Y al pensar en cada uno de uds, cada uno con sus distintas luchas y alegrías, siempre me quedo con la misma pregunta: “¿Y yo qué puedo hacer para agradecerles? ¿Qué puedo darles?” ¿Cómo puedo ayudarlos y acompañarlos en momentos difíciles?”….y sólo puedo orar porque Jehová los cuide y supla por toda necesidad y les de la salida a sus aflicciones. Tantas…tantas veces en las que alguna angustia se hace demasiado pesada…justo llega algún mensaje con tanto estímulo…y sé que no es casual “¿Y cómo puedo agradecerle a Jehová por sostenernos tan literalmente?”...en el momento sólo puedo orar y dar gracias derramando el corazón. Luego, dadas las circunstancias, lo único a lo que atino es a preparar alguna tarjeta con un texto. . .porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder, (Hebreos 4:12)…y no hay mayor fuente de consuelo y estimulo que el que viene de Él.
Por eso les envío tarjetas con textos, recordatorios para tener a mano que todos precisamos para seguir. Y van con mucho amor.
Luego, se produce un intercambio de estimulo…yo aún no puedo asimilar tanto cariño por tan poco que puedo dar…en realidad es un privilegio y me recuerda a este poema:


PRIVILEGIO

No me alabes, amigo,
por esas pocas cosas que hice a tu favor.
Fue gran misericordia de Dios para conmigo
darme oportunidades para mostrar amor.
Este es un privilegio
que no todos persiguen y atesoran.
Algunos han deseado acoplar su memoria
a las obras más nobles que el hombre concibió,
pero las oportunidades fueron pocas y esquivas
y el que pudo abarcarlas no las aprovechó.

No nos basta anhelarlo,
pues es Dios quien dispone
¡Vemos correr a tantos por una recompensa
que tal vez la disfrute quien no se lo propone!
Quizá tú me rotules en tus gratos recuerdos,
como aquella persona que logró hacerte un bien.
Yo habré de recordarte como alguien que a mi paso
me nombró en las tinieblas con una ahogada voz,
y se aferró a mi brazo para buscar sostén.

Ese es el privilegio del que escucha y responde:
causar que otros sonrían dando gracias a Dios.

Álef Guímel


Es así…es un privilegio que es posible porque formamos parte de esta bendita hermandad mundial. Es la marca distintiva del cristianismo verdadero: En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”. (Juan 13:35).

Gracias por acompañarme cada día y pintar colores y rayitos de sol en días grises. Respondiendo a preguntas sobre cómo sigo…y…igual nomás. A veces un poquito mejor, otras mucho peor…dentro de un mismo día. Pero gracias a Jehová pude asistir a todas las reuniones esta semana, es muy agotador, pero la felicidad de hacerlo compensa el esfuerzo.
Estas plagas han progresado tan rápido que no sé en qué momento estoy como estoy…cuando comento en las reuniones y me escucho…no sé qué pasó…en qué momento se escapó el aire (y dónde se fue) y se tornó tan difícil hablar. Pero de a poquito me voy adaptando y aprendiendo…ahora vi que para poder conducir un estudio tengo que hablar muy bajito y lento, bueno, en realidad no puedo hablar de otra forma….pero así llego. Sí, quedo agotada al límite…pero vivo así…así es que con la ayuda de Jehová espero poder seguir dando aunque sean estas moneditas de poco valor. Pero me quedo con las ganas de comentar más, quedan tantas cosas sin poder expresar…trato de consolarme pensando que Jehová lo sabe. Él lo ve.

Hasta disfrutes cotidianos, como conversar en familia, resultan cada vez más difícil y tengo que valerme de señas para que me vean que quiero decir algo, pero me tienen mucha paciencia y esperan hasta que junto aire y termino una frase. Ah, pero no crean que no me doy maña para seguir riendo y haciendo acotaciones jocosas mientras hablamos, jaja. El otro día, una sobrina estaba de visita y se reía porque de alguna manera me las arreglaba para hablar, reír y hasta silbarle a Lulita para que venga…todo con el respirador puesto, jeje. Claro, hago o digo algo y luego quedo quietita, exhausta…¡pero ya lo hice! ¡Quien te quita lo bailado!..mejor dicho: lo hablado!

Bueno, ya “hablé” demasiado por hoy y no quiero abrumarlos. Quiero regalarles este poema que cada vez representa más lo que siento por ustedes. Cuando Lira lo escribió hacía referencia a los amigos por cartas, se los dejo porque sus mensajes también son:


CORRESPONDENCIA

Amigos que la pluma me acerca desde lejos,
que buscan mi respuesta con afán dadivoso,
y mi inquietud reflejan con fieles espejos.
¡Cuánto sol han traído a mis inviernos grises,
cuánto calor de lumbre y auténtico sentir,
aliviando las cargas con ráfagas felices
en tantos días austeros del áspero vivir!

En cualquier frágil sobre se alojan tantas cosas,
que transforman el día y alegran la rutina,
esparciendo el encanto de una lluvia de rosas.
Me fascina la idea de la enorme distancia
que cruza el pensamiento que nos viene a buscar,
sin saber en que ámbito derramará fragancia,
ni cuánto necesita el que lo está esperando,
de alguna voz de aliento que lo ayude a confiar.

Se elevan por encima de las diarias fricciones
y de la absurda ofensa que surge sin querer.
Amistad generosa que no provoca heridas;
sin ningún egoísmo, sin recriminaciones,
mira con ojos ciegos lo que no quiere ver.

Sigan llegando amigos, crucen los continentes,
denme a sentir el pulso de una pura emoción.
Yo amo esas palabras, gozosas o dolientes,
y al abrir cada carta, encuentro un corazón.

Álef Guímel
Septiembre 1994
Del libro “Ramas y Nidos

Sí...adaptándolo un poquito:
"En todo mensaje se alojan tantas cosas,
que transforman el día y alegran la rutina,
esparciendo el encanto de una lluvia de rosas.
Yo amo esas palabras, gozosas o dolientes,
y al abrir cada mensaje, encuentro un corazón."


Con amor fraternal y gratitud
Nancy

lunes, 8 de septiembre de 2008

“Él procedió a oír mi voz”



Aquí estoy, tratando de escribir un poquito y tratando de responder a tanto amor y estimulo recibido en los mails, no sólo de los amigos conocidos, sino de muchos hermanos que recién estoy teniendo el placer de conocerlos porque de alguna manera dieron con el blog o con las tarjetas y escribieron a mi correo…y se sumaron a los amigos que ya alberga el corazón.

Digo “tratando” de escribir, porque cada vez se hace más complicado. Estos días apenas estoy viendo los mensajes, la compu está encendida a la par de la cama y un sonido avisa cuando llega un mensaje nuevo, pero le pido a Damita que me los lea hasta que en algún momento tengo que levantarme un ratito, leo, doy gracias, me emociono, lloro, río…y vuelvo a dar gracias a Jehová por tanto cariño, estimulo y consuelo…y vuelvo a la cama.
No estoy haciendo nada…y es tanto lo que dan…Gracias por estar allí y acompañarme cada día.

Una de las cosas que suman dificultad para escribir, aparte de la debilidad muscular que no para de avanzar, es esta máscara del respirador, como tiene un soporte en la frente, tiene que ir sobre los anteojos y no me deja enfocar bien…sobre que ando medio ciega nomás, jaja. Y otra, es que necesito el cuello ortopédico, pero ya es mucho aparato para ponerme todo junto y así no puedo escribir porque no puedo bajar la mirada para ver el teclado. Pero como no me lo estoy poniendo al estar en la compu, después viene el ay cuando, al querer relajarme en la cama empiezo a saltar de los espasmos musculares en la espalda. Dice el Doc que es por la debilidad de los músculos del cuello, por eso necesitan el soporte, (siempre hago la aclaración que no es porque sea cabezona, jaja).

Esta semana estuve muy mal y no pude ir a la reunión, para colmo, regresó el frío y empeora todo. Por más que me preparo para cada reunión, no es lo mismo, nada reemplaza el poder estar en el Salón, con los hermanos y sintiendo el espíritu de Jehová que mora allí.

Cuando estoy en las reuniones, muchas veces me tildo en un pensamiento de gratitud y me quedo mirando todo alrededor: el texto del año (tan oportuno), el orador que esté al frente, mi familia, los hermanos…todo…y doy gracias por poder estar allí. Y siento que todo está bien. Estoy donde debería estar en ese momento. No sé si podré ir a la próxima reunión (estas plagas son así: un día mal y otro peor). Pero doy gracias por estar allí en ese momento. Y no puedo evitar que las lagrimitas se escapen solitas, pero de contenta. Me siento muy protegida en esos momentos, como si literalmente estuviera en un refugio, en los brazos de Jehová, de verdad. Por supuesto, uno lo siente así a nuestro Dios en todo momento que clamamos a Él, donde sea que estemos. Pero disfruto mucho de esos momentos en el Salón. Y comparto el sentir del salmista: “Porque un día en tus patios es mejor que mil en otro lugar”. (Salmo 84:10).

Un rayito de sol en estos días, fue la visita de Franco, el hijo de una amiga tucumana que ahora vive en España. Fue hermoso oír experiencias de la obra allí y saber de la familia. Graciela, la mamá, me envío un regalo sumamente útil: un pequeño soporte metálico, que luego de una pequeña adaptación, al fin me permite leer la Biblia más tranquila. Lo acomodo sobre un almohadón…y ¡¡listo!! Es una bendición porque estos brazos no pueden sostener nada, estoy muy agradecida.

Quise sacarme una fotito para enviarle a mi amiga para que viera lo útil que es su regalo, no se nota bien porque la sacamos con la camarita de la compu nomás, pero algo se ve. Claro que, con el tubo del respirador parezco un oso hormiguero, jeje, el de la Pantera Rosa, jaja…pero bueno…así estamos, cada vez más fea...pero doy gracias de estar cada día.
Les dejo esa foto y otra de Luly, nuestra gatita regordeta, saludando a Damy. Puede estar muy dormida la gordita, pero apenas Damita se le acerca le da besitos gatunos…creo que la adoptó como hija, jaja.

Hoy para la despedida no les dejo un poema, sino una anécdota de un tiempo atrás luego de una consulta con uno de los médicos, con el oculista. Él sabía que había pasado un tiempo internada y como conoce bien mi historia clínica….bueno…ya les cuento en este relato sobre el cuidado amoroso de Jehová…de cómo…

“Él procedió a oír mi voz”

-Una experiencia personal-

. . .Las sogas mismas del Seol me cercaron; los lazos de la muerte se presentaron delante de mí. En mi angustia seguí invocando a Jehová, y a mi Dios seguí clamando por ayuda. Desde su templo él procedió a oír mi voz, y mi propio clamor ante él por ayuda ahora entró en sus oídos. . .(Salmo 18:5-6)

“No pensé que volvería a verte en pie” – fue la exclamación de médico al abrazarme como se recibe a los amigos que hace mucho tiempo no se ven.Luego de una detallada explicación de futuras cirugías en los ojos y regresar a casa, a los rincones que amo y saborear un mate mientras Damita tocaba el piano…me embargó un llanto incontenible…no eran sólo los ojos los que lloraban…lloraba el corazón.

No fue por lo que dijo el médico sobre mi estado, que ya lo conozco y tengo asumido, fue el dar gracias por estar viva y por poder estar en casa, escuchando a mi hija tocar su piano y poder transcurrir plácidamente la tarde mientras el sol comenzaba a recostarse detrás de los cerros.

Hasta lo más simple y cotidiano cobra un valor inmenso cuando no puede disfrutarse, cuando se atraviesa un valle de sombra profunda. Se hacen interminables las tardes y los días…cada hora en internación sin poder siquiera recibir a la familia. Pero Jehová acompaña y escucha cada mudo gemido en busca de fortaleza para seguir.

Lloraba por eso: por la felicidad de estar viva y porque sigo sintiendo cómo Jehová reclama mi vida del Seol. Por supuesto que Él no me debe nada y es por absoluta bondad inmerecida que estoy aquí. Pero cuánto agradezco la respuesta a tantas oraciones, no sólo las personales y de la familia, sino la de tantos amigos que acercaron mi nombre ante su trono.

Lloraba de felicidad y gratitud por cada instante de vida, por la esperanza cierta que es ancla del alma, por el amor y ternura del Dios Excelso, por el privilegio de vivir en este tiempo tan especial: el fin de una era y el inminente inicio del Paraíso sin fin.

Luego me sentí impotente por no poder hacer cuánto quisiera en el ministerio en esta etapa final, por no poder estar en las filas de los precursores, que cual sacerdotes de tiempo atrás, van a la vanguardia de esta vuelta final alrededor de los muros de este Jericó moderno.

Fue difícil encauzar los pensamientos para que la frustración no empañara la felicidad sentida.
Entonces acudieron a la mente recordatorios que trajearon calma: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo”. “La última asignación que todos tenemos es aguantar hasta el fin” (Mateo 24:13)… “El precursorado y la predicación en general son una respuesta al desafío de Satanás, pero no cubren todas las interrogantes que él hizo surgir… Si Dios le permitiera (al Adversario) llevar adelante su ofensiva, él haría de todos nosotros un pueblo de adoradores postrados. Pero hay mucho trabajo que hacer y Dios nos mantiene en pie de lucha. Sin embargo, uno de cada tantos es aceptado por Dios para responder a la otra acusación específica del desafío:...”sírvete alargar tu mano y toca hasta su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu misma cara”. (Job 2: 5).
La integridad probada en esas circunstancias, es una sonora bofetada aplicada al rostro burlón del adversario.” *

¡Cuánto bien hizo recordar esas palabras! ¡Cuánto consuelo cuando las ansias de andar y de dar están limitadas por un cuerpo que no responde!
Y entonces uno comprende a cabalidad la respuesta dada al apóstol que pedía que se quitara la espina de su carne: “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti; porque mi poder está perfeccionándose en la debilidad”. ¿Por qué es suficiente? ¿Por qué aceptar gustosamente las debilidades? “...Para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mi” …“Porque cuando soy débil, soy poderoso” – respondió el apóstol. ( 2 Corintios 12: 7-10)

Y es realmente así. Y entonces se disfruta de cada detalle pequeño, de cada logro, por pequeño que sea, porque se tiene la certeza de que si algo aún puede hacerse, es sólo por el poder que es más allá de lo normal, porque hay Alguien que sostiene con su brazo desde arriba. Y se es feliz. Y hay gozo de corazón. “Porque el gozo de Jehová es su plaza fuerte.” (Nehemías 8:10)

Gracias amado Padre, por cada instante, por el privilegio de estar vivos hoy. Concédenos servirte de toda alma y danos por favor, las fuerzas para aguantar hasta el fin y dar una respuesta clara por tu Nombre santificado y tu Soberanía eternamente vindicada.

“Si no hubiera sido porque Jehová me dio auxilio, en poco tiempo mi alma habría residido en el silencio. Cuando dije: “Mi pie ciertamente se moverá con inseguridad”, tu propia bondad amorosa, oh Jehová, siguió sustentándome. Cuando mis pensamientos inquietantes llegaron a ser muchos dentro de mí, tus propias consolaciones empezaron a acariciar mi alma.” -Salmo 94:17-19

Dáleth

*“A una muchacha triste que no puede caminar”, Álef Guímel

martes, 2 de septiembre de 2008

Rosas y anhelos


Definitivamente este ha sido un invierno atípico, con días de casi 35 Cº, y luego bruscos descensos…bueno…en estos días finales…parece que todo se ha vuelto atípico: muchas cosas han dejado de ser como debieran, no sólo en los valores y conductas humanas, sino que hasta el clima y todas las alteraciones que el hombre ha causado cada vez que asoma por algún paisaje o ecosistema sano…¡zas!...algo termina alterado.

Por aquí las flores están completamente desorientadas…¡todo ha florecido hermosamente en pleno invierno! Los Lapachos (es un género que comprende alrededor de un centenar de especies de árboles nativos de la región tropical de América, extendidas desde México y el Caribe —donde se encuentra la mayoría de las especies— hasta el centronorte de Argentina y Paraguay.), visten preciosa a toda la ciudad con el color de sus flores: rosados, amarillos y blancos.Pero un pequeño disfrute en particular de Tucumán, es el perfume de los naranjos en flor, los azahares, que inundan ciudad y provincia de fragancia y blanca belleza en pequeños ramilletes florales.

Hace poco se celebró aquí una Cumbre del MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Vinieron varios presidentes sudamericanos y autoridades latinoamericanas. Uno de los presidentes extranjeros dijo: “Tucumán debe ser la única ciudad del mundo donde estiras tu mano y recoges naranjos en plena calle”. Y recién me di cuenta que damos por sentado ese detalle: vivimos en una ciudad populosa y moderna que tiene sus veredas decoradas por enormes ramos de flores y frutos llamados: Naranjos.

Salgo muy poco de casa, sólo a las reuniones y a los médicos. Así es que procuro disfrutar esas breves salidas y trato de llenar los ojos y los sentidos del regalo especial de esta época, me encantan las flores, y en las pocas cuadras de casa hasta el Salón, podemos ver justificado el por qué a esta provincia le llaman “El Jardín de la República”.

Me gustaría poder ir al Parque 9 de Julio, el principal espacio verde con el que cuenta la ciudad. Buscando info encontré datos que no conocía: “La superficie original del parque era de 400 ha (actualmente de sólo 100 hectáreas) y se encargó el diseño del mismo al célebre paisajista de origen francés, Charles Thays, quién también estuvo a cargo del diseño de otros parques similares como el Parque 3 de Febrero (Bosques de Palermo) de Buenos Aires, el Parque Sarmiento en la ciudad de Córdoba, el Parque Independencia en Rosario y el Parque General San Martín en Mendoza. Los terrenos eran de tipo pantanoso por lo que se procedió al rellenado de los mismos y luego al trazado de calles y avenidas interiores y a la colocación de especies arbóreas adecuadas.” (Wikipedia)

Es un parque precioso, pero cada vez se complica más que pueda salir de casa, más ahora que necesito el respirador permanente y éste a su vez, precisa de electricidad para funcionar, así es que me da un poco de nostalgia: tener algo tan hermoso tan cerca y no poder disfrutarlo. En este sistema mucho de lo que disfrutamos es a medias. Sólo bajo el Reino el disfrute será cabal. (Salmo 145:16)

Pero ya haremos arreglos para ir un día, esperemos que algún taxi quiera transportarnos ahora, sí, porque gracias a Jehová ahora tengo sillita de ruedas nueva…sí…ya estaba toda destartalada la que tenía. Esta no es precisamente una 4 x 4…más bien parece un sillón de dentista, jaja. Es que tiene varias posiciones para reclinar la espalda y para apoyar la cabeza (una necesidad para mi).La obra social nos la entregó estos días, así es que el breve recorrido hasta el Salón tuvo disfrute extra, más cómoda, reclinada mirando el paisaje…no puedo pedir más. Y al tener para apoyar la cabeza, pude prescindir del cuello ortopédico. Sólo que al ser más grande la silla es más incómoda para transportar y los taxis no quieren cargarla. Pero estamos muy agradecidos. En todo vemos el cuidado tierno de Jehová.

Y retomando el contarles un poco el contexto de donde surgieron los poemas de “Flores de un Cactus”, quiero dejarles este poema, uno de los primeros que me animé a escribir. Lira (Álef Guímel), ya estaba pisando los 80 años, sabía que ya iba a ser muy difícil que regresara a visitarnos (falleció 4 meses después). Su habitación en el antiguo Betel de Uruguay, daba a un patio lleno de rosas, donde los colibríes iban siempre y hasta se acercaban a saludarla a su ventana.

Tenía muchas ganas de verla, de poder compartir estos sencillos disfrutes cotidianos de esta época del año que les comenté. Fue así, esperando que las palabras acortaran las distancias, como surgió:

Primavera

Septiembre se intuye en los verdes brotes.
Los lapachos vistieron nuevamente
sus trajes rosados, amarillos y blancos.
Una dulce fragancia de azahares perfuma la brisa.
Mi alma cansada de vigor se llena,
cuando la vida dormida en las flores...
de su sueño invernal se sacude.
Retornan las aves a sus nidos,
que rebosan de nuevos trinos.
La tibieza del sol invita a salir del letargo
en el que mis ansias de andar dormitan.
Quisiera invitarte amiga, a recorrer juntas
aunque sea una parte del camino...
sí, lo sé, estás muy lejos,
pero el corazón ansía tu compañía.
¡Hay tanto que quisiera contarte!...
Déjame entonces,
hablarte en las rosas que mires,
y que sea la brisa quien te acerque
una caricia en la lejanía.

Dáleth
Agosto 04

Gracias por permitirme compartirlo, y por poder compartir el mismo anhelo ahora por uds:

Déjame hablarte en las rosas que mires,
y que sea la brisa quien te acerque
una caricia en la lejanía.

Un abrazo muy cálido y que las misericordias de Jehová sigan siendo nuevas cada mañana para cada uno de uds:

“Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no nos hayamos acabado, porque sus misericordias ciertamente no terminan. Son nuevas cada mañana. Es abundante tu fidelidad. “Jehová es la parte que me corresponde —ha dicho mi alma—, por eso mostraré una actitud de espera por él.”

(Lamentaciones 3:22-24)


Con inmenso cariño
Nancy