jueves, 23 de septiembre de 2010

Entre lágrimas, música y esperanza...



Mi propio corazón ha palpitado pesadamente, me ha dejado mi poder.

(Salmo 38:10)

Sí queridos amigos, las fuerzas físicas me han dejado y se hace muy difícil sentarse aquí para escribirles y compartir lo vivido este tiempo lleno de angustias y algunas sonrisas. Pero todo el amor y preocupación de parte de ustedes que nos acercan en sus mensajes y llamadas de teléfono, me da fuerzas para escribirles y compartir nuestro sentir con ustedes. Gracias por todo su amor.

Los problemas de salud en mi caso son como una guerra con diferentes frentes batallas librándose al mismo tiempo, la suma de esas luchas me han debilitado gravemente y no tengo fuerzas ni para respirar. Las mencionaré brevemente para no agobiarlos pero cada una es sumamente dolorosa y angustiante:

- Llevo un mes sin comer alimentos sólidos, sólo estoy ingiriendo líquidos: leche y sopas debido a que el estómago está muy dañado con tantos antibióticos por las infecciones del mes pasado. Sólo sentir el olor a comida me da náuseas y si intento obligarme a comer un bocado de papilla o pan lo vomito inmediatamente.

- Llevo 9 meses con un problema intestinal y es frecuente una hemorragia del colon. No pueden hacerme los estudios para ver qué pasa debido a la falta de oxígeno que tengo y la debilidad general.

- Tengo una anemia severa, relacionada con la pérdida de sangre digestiva (Hemoglobina: 7; Hematocrito: 25). Y dos médicos hablaron de transfundir pero fueron respetuosos de nuestra postura, uno de ellos me sugirió ir a un hematólogo para ver cómo tratar esa anemia. Seguimos su consejo y me hicieron 10 inyecciones de hierro, una por día porque no podían ponérmela en suero en las venas porque se rompen. Pero no mejoro.

- Las piernas siguen enrojecidas, calientes y doloridas de la rodilla para abajo y los tobillos tan hinchados que parece que la piel va romperse de tirante. No me dejan dormir.

- Me hicieron un nuevo estudio respiratorio, una Oximetría nocturna para medir el oxígeno en sangre mientras duermo, los resultados fueron muy malos y hay que hacer un gran ajuste en la presión de aire del respirador pero al primer ajuste, casi muero porque era muy fuerte la presión para mis músculos debilitados. Tuve que sacarme el respirador toda la noche porque no lo toleraba y hasta que vino la técnica a verme al otro día yo ya casi ni respiraba y saturaba muy poco oxígeno. La pasamos muy mal, Waldo estaba recién operado y estuvo toda la noche a mi lado, yo ya tenía las manos heladas y él me las frotaba entre las suyas para darme algo de calor. Sentía que me iba.

Todavía sigo con ese problema de ajuste del respirador, aunque van levantando la presión de aire de a poco pero siento cómo se fatigan los músculos respiratorios luego de dormir una hora, es como si los músculos estuvieran muy débiles y no pueden seguir el ritmo del respirador que los obliga a seguir funcionando. Y no puedo estar, es desesperante, no tengo posición en la cama, me levanto, me siento, vuelvo a acostarme y así me la paso toda la noche sin descansar.

Trato de ponerme de costado para descansar la espalda pero se me adormecen los brazos y quedan muy doloridos el resto de la noche.
Eso es a grandes rasgos lo que estoy pasando, que se suma a las enfermedades de base que siguen progresando y desgastando. Me siento demasiado débil.

Finalmente operaron a mi querido Waldo, está muy dolorido, hoy le sacaron la mitad los puntos. Así es que nuestra habitación parece una sala de hospital: yo en la cama 1 y él en la cama 2 y Damita es la enfermera.

Pero en medio de tanta angustia seguimos aferrándonos fuerte a Jehová. Ahora los dos escuchamos las reuniones por teléfono. Cuando nos despertamos por el dolor y molestias en plena madrugada, Waldo me lee la Biblia y las revistas hasta que conciliamos algo de sueñito nuevamente. También nos pusimos la meta de aprender algunos cánticos de memoria, entre ellos el 68, que lo cantamos entre lágrimas y sollozos. Él tiene un mes de licencia del trabajo así es que queremos lograr algunas cosas en este tiempo. Él está aprovechando el tiempo para preparar bien su discurso para nuestra Asamblea se Distrito en Octubre.
Para que el resto de la familia no pierda las reuniones, hemos hecho arreglos para que hermanos y amigos de otras congregaciones nos cuiden en esos momentos ya que ninguno de los dos puede moverse mucho. Han resultado ser ocasiones de mucho estímulo y fortalecen más nuestros vínculos de cariño y amor fraternal con los hermanos.

Damita sigue hallando gozo y estímulo en su precursorado. Los hermanos la arropan en sentido espiritual y emocional al ver sus circunstancias y perseverancia. Y eso es un consuelo para nosotros que no podemos acompañarla, bueno, Waldo lo hará de nuevo apenas se recupere, pero yo no puedo ser su compañerita de precursorado como quisiera...
Mis padres nos ayudan en lo que pueden, pero están envejecidos y con su salud muy desgastada. Más bien, lamento no poder cuidarlos yo en su vejez. Siguen fieles y pasan largas horas preparándose para cada reunión.
Damita cursa el 7º año de Piano en el Conservatorio de la Provincia y participó en un concierto de piano por alumnos de cursos superiores. Se dio en el Foyer del principal teatro de la ciudad. ¡Cuánto deseábamos estar a su lado y acompañarla en ese momento tan especial! Pero Waldo estaba recién operado y yo muy delicada, pero estuvieron presente mi mami, hermana y su familia, una tía y algunos hermanos, al menos no estuvo solita. Ella tenía que tocar un vals de Chopin. Los amigos la filmaron para que nosotros pudiéramos verla. Quise subir el video aquí para compartirlo con ustedes pero es muy pesado, pero aunque sea les dejo una foto.
Así, a grandes rasgos, han transcurrido nuestros días este mes. No sé cómo seguirá todo. Estoy cada día más débil pero sé que Jehová nos dará una salida. En realidad, lo hace cada día al fortalecernos espiritualmente para seguir aguantando.

Tengo muchas ganas de vivir. La Primavera ya ha llegado por aquí, todo reverdece y estalla el paisaje en colores de todo tipo de flores y árboles (lapachos) que primero se cubren de flores y luego aparecen sus hojas.

Los pájaros siguen llamándome afuera…y sigo sin poder salir a su encuentro…

A veces, al oír desde mi cama el canto de los pájaros, me transporto mentalmente a orillas de un cristalino río y me recuesto de cara al cielo azul sobre la verde hierba, debajo de un gran árbol lleno de pájaros que cantan, sintiendo la brisa suave acariciando el rostro, cerrando a veces los ojos cuando los rayos de sol se filtran entre las hojitas para venir a mi lado. Me quedo allí, quietita disfrutando el canto del río, que canta paz, que arrulla el alma…

Son imágenes, momentos que disfruto mucho aunque sea con el pensamiento…aunque…en realidad….es con la esperanza…

Ya falta un día menos…


¡Si no hubiera tenido fe en ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivos...!

Espera en Jehová; sé animoso, y sea fuerte tu corazón.

Sí, espera en Jehová.



(Salmo 27:13-14)

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Damita en su Concierto