viernes, 17 de diciembre de 2010

Un breve y bello paseo por Tafí del Valle






















"Yendo a Tafí del Valle, en tus cerros frondosos,
¡Cuánto dice el silencio, cómo canta la vida!
Ante el legado inmenso de las eras pasadas,
la nimiedad humana se humilla estremecida."

Álef Guímel, fragmento de “Tucumán”


Tengo que recurrir a ella, a mi querida Lira, para describir el sentir ante esa imponente selva de montaña ( Las Yungas) por donde el camino se abre paso para llegar a Tafí del Valle, a 107 Km de la ciudad y a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar.

¿A qué vienen esos datos? A que, gracias a Jehová, pudimos dar un paseíto por allí, tal como les había comentado. Fuimos el miércoles, salimos temprano, minutos después de las 6 de la mañana y regresamos en la tarde. Es que Waldo tenía que trabajar en la noche. Fue breve…¡pero maravilloso!

A pesar de los temores de la familia y de Daniel, el hermano y amigo que nos llevó, aguanté muy bien el viaje y estuve muy poco tiempo con el respirador.

Allá vive Elvira, una querida hermana que pertenecía a nuestra congregación y hace unos años se fue a vivir a los Valles. Fue muy estimulador compartir el día con ella, es muy generosa y hospitalaria, nos abrió las puertas de su casa y las de su corazón. Nos fortaleció ver sus esfuerzos por perseverar en su ministerio como precursora regular.

La población del lugar es de unos 7.000 habitantes y por el momento sólo hay 3 publicadores activos, y dos más que bajaron a la ciudad por problemas crónicos de salud. Pertenecen a la congregación de El Mollar, otra villa turística hermosa a escasos kms de Tafí, donde hay 8 publicadores activos. Así es que, como verán, en ese entorno paradisíaco rodeado de altas montañas, allí también la mies es mucha y los obreros son pocos. ¡Cuánto nos gustaría poder estar allí y apoyar la obra encomendada!

Pero, ya que las circunstancias no lo permiten, al menos queremos animar a quienes se están esforzando tanto allí y seguir orando por ellos.

Cuando íbamos subiendo desde la ciudad, el paisaje es tan bello que le pedimos a Daniel si podía detenerse de tanto en tanto para tomar algunas fotos y él con todo gusto lo hizo. Aunque llevamos la silla de ruedas no hizo falta usarla ya que estoy aprendiendo a caminar nuevamente, claro, necesito ayuda, así es que siempre aparezco en las fotos agarrada y apoyada entre dos o con Damita sola para la foto y luego alguien más me agarraba del otro lado. Sólo camino unos metros y me siento donde encuentre, lo más difícil es levantarme si estoy sentada y mantenerme de pie.

Les dejo algunas fotitos y dos videos del camino. Uno es al lado de una pequeña vertiente de agua brotando de la montaña…era tan fresco el aire y escuchar el agua golpeando en las rocas, estar en esa selva tan espesa y disfrutar del canto de los pájaros sobrevolando encima nuestro….es algo que simplemente no puedo describir, no sólo por lo bello, sino por lo que siento, por la gratitud por estar viva y de haber podido estar allí…sólo Jehová pudo haber hecho esta cosa tan maravillosa para mi y mi familia…

El otro video es de la salida ya de Tafí, entrando de nuevo en la nuboselva. Como verán en las fotos, el paisaje del camino y el del valle son completamente diferentes e igualmente majestuosos. Todo alaba al Magnífico Creador.

Hace tan sólo unos dos meses atrás pensar en estar en Tafí era imposible, luchaba tanto por respirar y seguir viviendo y ya parecía que perdía esa batalla…

Por eso no pude contener las lágrimas cuando quedé un momentito sola, sentada en la galería que rodea la casa de Elvy, frente a esas montañas, mitad pradera y mitad bosque de alisos…lloré agradecida de estar viva, por estar mejor, por todo lo que Jehová ha hecho por nosotros, y por el amor y generosidad de los hermanos y amigos…

Los pullovers que tejí para viajar a Buenos Aires en Mayo de este año para internarme allá, ahora me han quedado grandes, sigo bajando de peso,vamos bien.

Regresamos felices, renovados, agradecidos y fortalecidos en nuestra determinación de servir a la Fuente de la Vida, sostenidos por el poder de Aquel “a quien pertenecen los picos de las montañas.” (Salmo 95:4)

Y a la vez, pensando en Elvira y en tantos hermanos alrededor del mundo que sirven en lugares aislados, sólo Jehová sabe de sus luchas por perseverar, algunos tal vez con problemas de salud, o emocionales, o solos…pero siguen llevando las buenas nuevas, en tiempo favorable, en tiempo dificultoso…y Jehová los cuida, sostiene y fortalece cada día. Como a nosotros. Como a ustedes.

El poema que cité al principio lo escribió Lira la primera vez que vino a visitarnos, en noviembre de 1995. Ese poema termina así, expresando también lo que son nuestros sentimientos:



¡Quién tuviera la lengua elocuente de un ángel
para cantar un himno vibrante a esas montañas,
para loar la mano del Artista Supremo,
que trazó sus contornos y esparció la maraña!


Sigue fiel tu rutina, trabaja, sueña y canta,
y quédate a la espera de ese tiempo cercano
cuando Jehová corone de flores y de pájaros
el camino de aquellos que hoy lo ven Soberano.


¡Qué placer inefable será volver un día,
después de la victoria irreversible,
y gritar en la cumbre de algún cerro:
“La Teocracia triunfó y estamos libres”!



 
Álef Guímel
Tucumán-Noviembre 1995
(Del libro “Ramas y Nidos”)

martes, 14 de diciembre de 2010

Remontar el alma prendida del viento...






Aquí vengo con un suave plumero de palabras a remover el polvo del letargo que busca rendijas en el alma para quedarse y aquietar los bríos y las ansias por cielos azules, montañas vestidas de selvas y amados mares.

No sé si es el tiempo trascurrido en medio de tormentas que amainan por momentos para luego exaltarse más…

O es simplemente el desgaste del guijarro, que, mecido y golpeado por incesantes olas, llega finalmente a la playa, y cansado de tanto vaivén, se queda quietito a la orilla del mar para dejarse arrullar por su canto…

No lo sé…no sé qué será lo que me tiene un poco apagadita en mi rincón. Tal vez recién esté tomando un poco de aire para recuperarme de tanto ajetreo al que la mala salud nos ha tenido de aquí para allá en tan negras tormentas. Sí, debe ser eso.

Así es que aquí vengo con este suave plumero de esperanzas a quitarle el polvo a los sueños, a remontar el alma prendida del viento…y acercarles sentimientos vestidos de palabras…

Lo cierto es que recién termino la segunda rueda de Eritropoyetina, ahora hay que hacer análisis de control para ver si ya es suficiente, pero la pérdida de sangre digestiva persiste así es que, no sé, veremos cómo sigue este tema.
También hay lesiones en la piel en las piernas que aparecen solas, al igual que grandes moretones en el cuerpo. Tengo que ir al dermatólogo cuanto antes. Y también a todo el equipo de médicos a control, ando mal de varias cositas.

Pero por lo pronto, gracias a Jehová y a la generosidad de un querido amigo de la familia; Daniel, anciano de una congregación vecina, esperamos, si Jehová lo permite, ir a pasear un poco por los Valles Calchaquíes, a poco más de 100 Km de la ciudad.

Tengo que aprovechar que estoy menos peor, jaja. De todos modos, llevaremos el respirador a mano. Sólo será un breve paseo, pero suficiente como para estar en contacto con la naturaleza y disfrutar de las grandes y maravillosas obras de Jehová. Todo lo alaba, es un trayecto precioso que nos encanta. Tanto, que ayer Waldo me preguntaba si nos iríamos a vivir allí una vez que él se jubile. Sería hermoso, pero estaría un poco lejos de todos los médicos y emergencias que preciso a menudo…pero…

Las cosas en casa continúan como ya es habitualmente doloroso: mi mami es muy frágil y la aquejan mil dolores y complicaciones de salud, me da mucha pena verla sufrir tanto. Mi papá también está cada vez más agotadito y su artrosis en las rodillas lo están limitando más.

Mi querido Waldo sigue muy dolorido de sus operaciones, hay días que apenas camina por el dolor. Y Damita sigue fiel en su precursorado pese a su lucha con la depresión.

Lo bueno, es que a pesar de todo…seguimos adelante con la ayuda de Jehová. Waldo se esfuerza por cumplir con sus responsabilidades de anciano, mis padres estudian juntos casi toda la semana y son los primeros en salir de casa rumbo al Salón, es que van a buscar a Hilda, la hermana que vive a la vuelta de casa y los tres caminan muy lento, (tienen casi la misma edad:78 años)…es muy triste ver cómo la vejez torna pesados los pies que en un tiempo corrieron ágiles…

Pero ya falta un día menos también para que todos esos pies cansados y sin fuerzas corran y no se fatiguen, cuando recobren el vigor juvenil de antaño…
Al fin pude subir el video del concierto que presentaron en un Teatro los alumnos de Piano del Conservatorio Provincial de Música, aquí les dejo un vals de Chopin que tocó Damita . Ella dice que le encantaría tocar los cánticos en la orquesta de Betel.

Bueno, parece que a mi Neuronita le vino bien desempolvarse un poco y ponerse un poco más presentable para estirar sus dendritas como bracitos que nos unen…de este lado yo…y detrás de sus pantallas ustedes…tan cerca en los afectos que basta una Neuronita para acercarnos…para abrazarnos…

Los quiero mucho…

Ensayos para exámen

En estos días hubo un matiz muy bonito que llenó de música todos los rincones de la casa.
Si bien eso ocurre cada vez que Damita toca el piano, pero ahora estuvo una pequeña orquesta en casa compuesta por tres violines (uno faltó), una flauta, guitarra, contrabajo y piano.
Fue muy bonito escucharlos tocar juntos. Eran Damita y algunos compañeros del Conservatorio, asignados por un profesor para que toquen juntos, es una materia en la que aprenden a ensamblar los instrumentos. Estaban ensayando para un examen que rindieron la semana pasada ¡y aprobaron!

Los filmamos y les dejo una de las canciones para seguir compartiendo nuestras nuestros días...