miércoles, 30 de marzo de 2011

Un manto de alabanzas



Siempre dije que no sé qué dolió más cuando enfermé con todas estas cosas, 18 años atrás: si el dolor de la enfermedad en sí mismo, o el dolor de ver truncados los anhelos para nuestra familia: poder servir de precursores, los tres, durante todo lo que duren los días antes del Paraíso.

Waldo ya había servido unos nueve años de tiempo completo, incluso un año de precursor especial asignado a Potosí, Bolivia, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Mientras tanto, yo servía de precursora regular por aquí, del otro lado de la frontera dibujada en los mapas pero no en el sentir del pueblo del Altísimo a quien le pertenece tierra y mar.
Así es que el vivir como precursores en familia era lo que naturalmente anhelábamos. Ésa es una de las espinas más hondas que lleva clavada este cactus que les escribe.

Pero, Jehová mediante y sólo por su ayuda y poder, espero aunque sea servir de precursora auxiliar este mes de abril en que el requisito de horas será menor. Hasta hace contados meses parecía que la lucha por seguir viviendo estaba casi perdida. Por bondad inmerecida sigo aquí y he salido de ese tiempo tan crítico. Claro, no estoy curada, eso será en el Paraíso, pero estoy mejor y tengo mucho que agradecer.

Ya firmamos las solicitudes para el precursorado auxiliar en abril, así es que Waldo, mi mami y yo acompañaremos a Damita aunque sea este mes. Estoy buscando la manera de hacerlo, no será fácil porque no puedo salir de casa en casa, no puedo hablar más que unos minutos sin que me falte el aire y me agote, tampoco puedo sentarme bien a una mesa y escribir cartas porque parece que se desgarra la espalda al estar sentada en posición erguida, y escribir a mano es muy doloroso. Tampoco puedo moverme mucho, sólo guardo fuerzas para asistir a las reuniones todo lo posible, estos días el dolor en todo el cuerpo recrudeció, es que ya no estoy tomando corticoides y otras cositas que amordazaban un poco los síntomas.

Así es que…¡tendrá que ser un territorio online: cartas virtuales, por correo electrónico! ¡Sí! Eso sí puedo hacer desde mi rincón. Ya estoy haciendo una lista de personas a quienes escribir, entre ellos, médicos y pacientes que conocí en las internaciones y otros con enfermedades similares que también están luchando para seguir adelante y necesitan consuelo.

También espero seguir acompañando a Damita a un estudio suyo al que vamos en taxi y nos espera y estar en la predicación telefónica todo lo que pueda.

Oramos que Jehová bendiga los planes y nos dé las fuerzas para servirle. Y bendiga los esfuerzos de cada uno de sus siervos alrededor del mundo.

Este tiempo he andado tejiendo mucho y mi brazo ya no quiere moverse, lo siento como si estuviera en carne viva, como herida abierta que no sana aunque por fuera no se note nada. Pero descanso un poco y apenas puedo…¡sigo!

Le hice un saquito de media estación para Damita, no se notan los detalles en las fotos pero algo se ve:




Este mes de actividad aumentada a nivel mundial me recuerda a las vueltas finales que dieron los israelitas alrededor de Jericó y ese grito final justo antes de su desplome. ¿Cómo nos verán Jehová, Jesús y los ángeles en este tiempo? ¿Y a los amigos que aún estén vacilantes?

Es tiempo de definiciones, de extender:


Un manto de alabanzas


¿Cómo se ve desde las solemnes alturas
el trajín presuroso
de estos días plenos de actividad?
El tiempo se agota,
un mensaje urgente la tierra cruza,
las islas lo esparcen,
atraviesa montañas y mares
y a todo rincón llega el anuncio gozoso,
que trae consuelo, esperanza y paz:
El Cristo gobierna,
la hora señalada a las puertas está,
el Nombre Divino es santificado
por toda la eternidad,
Jehová vindica por siempre
su justa soberanía…
y tú…¿dónde estás?

Corta las amarras
que a este vano mundo te atan,
no permitas que efímeros espejismos
empañen tus ojos y no puedas ver
el Paraíso que ante ti está.
Tu Padre que mira desde el cielo
tu andar vacilante
tiene los brazos extendidos
con una prenda de misericordia
si tu corazón completo le das.
Se acaba el tiempo, todo lo muestra:
profecías que se cumplen
y este planeta que no da más.

Ven, cantemos felices
por el Reino que nos da Jehová.
Tejamos juntos un manto de alabanzas
que envuelva tierra y mar.

El tiempo se agota,
un mensaje urgente la tierra cruza,
las islas lo esparcen,
atraviesa montañas y mares
y a todo rincón llega el anuncio gozoso,
que trae consuelo, esperanza y paz…

Que así sea como nos vean
desde las solemnes alturas
el Rey de la Eternidad
y su Príncipe de Paz.


Dáleth
30 - 03 -11


Que Jehová bendiga todos los arreglos y esfuerzos de sus siervos de mar a mar y hasta los cabos de la tierra, y que al mirarnos su corazón se regocije y nos dé las fuerzas y su espíritu para sumar nuestra pequeña voz al coro universal que lo alaba con amor…

sábado, 19 de marzo de 2011

Cartas por entregar: Falta un día menos...



Parece que el disco duro de mi cerebro está rayado…la Neuronita se pierde con más frecuencia y está costando mucho trabajo enhebrar las palabras para bordarlas sobre este lienzo virtual.

Así es que la pondremos a trabajar con más esmero para poder compartir algo de lo que estos días trajeron.

No he vuelto a los controles médicos de rutina, salvo al dermatólogo, quien finalmente constató que las lesiones en la pierna son por una Vasculitis: una inflamación de vasos sanguíneos, es una enfermedad del colágeno asociada a las que tengo de base (Dermatopolimiositis y Arteritis de Takayasu). Me recetó una crema para hacer preparar en la farmacia, ya no sangran, al fin están cicatrizando.

Ha habido cambios de clima muy bruscos y le afectan mucho a mis músculos, estoy más quietita y con más dolor pero sé que esto es así. Sólo en el Paraíso no habrá más dolor.

Me está preocupando la dificultad para concentrarme y pérdida de memoria reciente, me olvido de todo, parece que la mente también está agotada y ha quedado con pocas pilas.

Mi mami fue ayer al Sanatorio cercano donde suelo estar internada o ir a la sala de emergencias. Fue a que le recetaran unos remedios que no deben faltarle. Mientras le hacía la receta la Doctora que la atendió la miraba como queriendo preguntarle algo hasta que finalmente lo hizo:

- ¿Y su hija?, preguntó.
A lo cual mamá le comentó todo lo que habíamos pasado últimamente y que a pesar de todo ahora estaba mejor, que ya uso el respirador menos tiempo y hasta caminé unas cuadras.

-“¡Es un milagro!....¡Eso sólo puede ser un milagro!”, exclamó poniéndose la mano en el pecho.

“Yo no le daba ni días de vida a Nancy la última vez que la vi, si ya no podía ni respirar…”
Tenía miedo de preguntar porque suponía que yo ya no estaba.
Cuando me contó eso sentí una mezcla de emociones: inmensa gratitud por estar viva, angustia por los duros momentos vividos y la necesidad de hacer más para dar gracias por permitirme estar aquí y haber mejorado. Siento que nada de lo que pueda hacer alcanzará para agradecer la bondad inmerecida que Jehová nos mostró. Y a la vez, sé que Él valora nuestros esfuerzos por servirle con todo el corazón aunque lo que uno pueda darle no sea todo cuánto quisiéramos dar.

Estos días se ha abierto una herida muy grande en el corazón que lleva el nombre de: Japón, que se suma al dolor por Sumatra, Haití y Chile. Ya no puedo ver las noticias, me afectan demasiado, sólo podemos orar todo el tiempo por los hermanos de allí y por tantos que están sufriendo…que encuentren consuelo refugiándose en Jehová. Uno sabe lo que está escrito, pero no deja de doler en lo más hondo la angustia que se está viviendo, sí, como predijo Cristo: ´angustia de naciones, por no conocer la salida´. (Lucas 21:25).

Y cuanto agradecemos el poder vislumbrar la esperanza detrás del dolor al saber que: “cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.” (Lucas 21:31)

Sigo extrañando a mi querida Lira (Álef Guímel), esa amiga del alma que descansa de sus labores hasta que Jehová la llame a la vida. Habrá tanto que contarle cuando vuelva…quisiera regalarle unas cartas cuando despierte, cartas que le cuenten cuánto la extrañábamos y recordábamos…

         Cartas por Entregar:

                             Falta un día menos…

Mi querida Lira:

 
     Sigue pasando el tiempo en este sistema que deshoja sus últimos días. Tu ausencia sigue doliendo y cuánta falta me haces para poder acomodar las ideas y el sentimiento ante tantas cosas que a veces no logro asimilar. Siempre tenías la palabra justa, el principio envuelto, la experiencia oportuna y ese toque de humor con que pincelabas hasta tus más dulces poesías.

Habrá tantas pero tantas cosas para contarte cuando regreses…así es que mejor iré haciendo un breve ayuda memoria mientras escribo estas líneas de nostalgias cargadas.

¿Sabes? La Tierra está abrumada de tanto abuso por el hombre cometido, está lastimada, su agua escasea y la que queda es ensuciada día a día, sin contar las grandes manchas de petróleo que engangrenan el océano.
El mar está agitado, su fondo se sacude con violencia y sus olas desbordan los límites establecidos, desoyendo el mandato del Supremo: “Hasta aquí puedes venir, y no más allá; y aquí quedan limitadas tus orgullosas olas’.” (Job 38:11)

Sí, lo sé, todo esto es parte del cuadro sombrío que precede a la radiante vida que realmente lo es. Lo sé. Y también son muestras de lo frágiles que somos y que no tenemos manera de tener esperanza y seguir vivos más que aferrándonos a Jehová, con más fuerza cuanto más intensa la angustia.
Desde el 2009 tenemos un nuevo libro de cánticos, son hermosos, sé que los habrías disfrutado profundamente. Tienen una poesía bellísima que expresa el propio sentir de la mejor manera. Hay cánticos que no los puedo cantar…los lloro…realmente conmueven el corazón, que se estremece agradecido al Dador de toda dádiva buena y don perfecto, entre ellos, la música y la poesía que cantamos con amor.
Cuando vuelvas, tus oídos sanos podrán disfrutar de manera especial todas las melodías que llenarán el aire del Paraíso.

 
Gracias a Jehová seguimos juntos en familia adorándolo cada día. Damita lleva más de dos años sirviendo de precursora regular y sigue deleitándonos con las notas de su piano. Waldo sigue ministrando fielmente a los hermanos de nuestra congregación mientras reparte su tiempo entre el trabajo, las tareas de la casa que comparten con Damita, el atender los problemas de salud y sus responsabilidades de anciano.
Mis padres están envejecidos, los años se llevaron su vigor físico pero siguen aferrados a Jehová que los sustenta en su vejez.

Cuando releo tus cartas y escritos, sigo encontrándome en tus palabras y es como si no te hubieras ido. Aunque duermes, tus pensamientos y sentir viven y siguen tocando tantos corazones que esperan conocerte…

Escribirte siempre ha sido un bálsamo, parece que el corazón aligera su carga al volcarlas en palabras.

Uno de esos cánticos que hacen difícil contener las lágrimas, es este que te dejo aquí, es el Nº 111: “Llamaré”, en parte dice así:

Aun si se van, Jehová no olvidará
a sus amigos nunca.
Pronto vendrá el día en que saldrán
de sus oscuras tumbas;
vida gozarán por la eternidad
como prometió Jehová:

(ESTRIBILLO)

“Llamaré tu nombre ansioso,
y tú me responderás.
La obra de mis manos
eres tú. ¡Despierta ya!”.
Nuestro Dios está anhelante
por volver a contemplar
a sus amados hijos,
quienes ya no morirán.

*** sn cántico 111 Llamaré ***


Sí, “Jehová no olvidará a sus amigos nunca.”

                             Yo tampoco te olvido…

                                                     Ya falta un día menos…

Con el amor de siempre

Nancy

19 de Marzo de 2011

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Antes de terminar este mensaje quería mostrarles una pequeña travesura tejida: un cactus tejido a crochet. La foto no es muy nítida, pero espero se entienda. Nuestro querido amigo José Santos escribió un poema precioso a modo de comentario en la entrada anterior, algunas de sus palabras acompañan la foto:






Ahora sí, ya la Neuronita no logra encenderse así es que la vamos a dejar descansar por ahora…
Gracias queridos amigos, por acompañarme cada día y permitirme compartir los sentimientos, los quiero mucho…

lunes, 7 de marzo de 2011

"Asamblea"







¡¡Síiii!! Gracias a Jehová pude asistir a nuestro Día Especial de Asamblea y estar junto a mi familia y los amados hermanos en esta gozosa ocasión.


Estaba tan expectante que al final no pude dormir ni un minuto la noche anterior, siempre lucho con el insomnio pero esa noche no dormí nada de nada, y cuánto más pensaba en dormir para estar bien al día siguiente parece que menos podía relajarme. Así es que luego oraba para poder estar atenta y absorber todo y que no me gane el agotamiento.
La congregación siempre hace arreglos y contrata un ómnibus para que nos lleve ya que la asamblea se hace en un centro deportivo de alto rendimiento alejado de la ciudad, al pie de los cerros. El predio en total abarca 8 hectáreas, es un paisaje precioso enmarcado por la bella creación de Jehová.
En el viaje, mirando por la ventanilla pensaba:

- Ahora no me quedé llorando en casa al oír que se iba el ómnibus con la familia y los hermanos…gracias Jehová por poder ir…

Fue una emoción muy grande reencontrarnos con tantos hermanos y amigos amados. Una hermana muy querida de nuestra anterior congregación que fue a verme al hospital, me vio y simplemente fue abrazarnos y llorar por largo tiempo. Había muchas cosas en ese llanto: no sólo el gozo de estar juntas nuevamente en una asamblea (parecía que ya no podría volver), la ausencia de su esposo, un querido hermano que falleció poco tiempo atrás, las muchas adversidades de cada una y la felicidad de seguir perseverando en el camino por la vida.
Sí. Hay muchas historias detrás de cada abrazo y cada lágrima sentida que riega el fraternal amor que nos une a nuestros hermanos.

Fue hermoso poder saludar y abrazar a las muchas hermanas que hicieron tres turnos diarios para cuidarme en el hospital, a algunas no las conocía de antes y lo mismo se ofrecieron cuando se hicieron los arreglos de cuidadoras, decían que no podían creer de verme así….¡y yo tampoco! Les agradecí nuevamente por su cuidado amoroso, segura de que “Jehová es quien pagará a cada cual su propia justicia y su propia fidelidad. “(1 Samuel 26:23)

¡Cuánto exquisito alimento espiritual! ¡Cuánto consuelo! Estamos muy agradecidos por esta bendita asamblea, por poder estar presente…¡y cantar!

Durante el programa hubo una fuerte tormenta que dificultó la salida pero hermanos amorosos nos ayudaron a llegar hasta el ómnibus y llegamos bien a casa.

Les dejo algunas fotitos. En una de ellas estoy tejiendo la remera que luego usé en la asamblea. El vestido de Damita y la mantilla blanca también las tejí. ¡Faltaba que le tejiera la corbata a Waldo!
Mi pierna empeoró y anoche ya sangraba en varias partes, la envolví con hielo y se alivió un poco. Espero ir mañana al médico. Sigo con hielo.

Pero nada quita el gozo de la:



Asamblea

Hermanos y amigos,
abrazos mezclados
entre risas y llanto.
Un gozoso murmullo
se escucha aún desde lejos…
son tus siervos reunidos
para adorarte, bendito Dios.

Se hace breve el tiempo
para expresar el afecto
y compartir lo vivido
desde la anterior asamblea.
Hay gozo por los que regresan
y dolor por los que cerraron sus ojos
hasta el día en que tú los llames
y vuelvan a la vida agradecidos
para adorarte, bendito Dios.

La música se prende del aire
y va a todo rincón,
ha sido hecha con amor:
maestros anónimos
su tiempo dedicaron
para confortar el espíritu,
para calmar el corazón…
para adorarte, bendito Dios.

Es momento de cantarte,
de sumar nuestra pequeña voz
al coro de multitudes reunidas
que alaba tu hermoso Nombre;
que silencioso tu enseñanza escucha;
que asiente la oración a Ti dirigida;
que deja sus angustias de lado
y está aquí…
para adorarte, bendito Dios.

Gracias Jehová por tus asambleas,
por el privilegio de servirte,
por el sacrificio de tu Hijo amado
que nos da la esperanza de vivir
por siempre bajo tu justo Reino.
Permítenos vivir nuestros días
para adorarte, bendito Dios.


Dáleth

7 – 3 - 11

 

Sí, será maravilloso seguir reuniéndonos en asambleas en el Paraíso…y encontrarnos allí…

sábado, 5 de marzo de 2011

"Nunca darse por vencidos"




Ya ha empezado a escurrirse el verano por estas sureñas latitudes. Parece que anda juntando sus últimos días de húmedo calor y los está acomodando en su mochila, alistándose para seguir su rumbo al norte.

Este año ha dejado muchas lluvias que terminaron en inundaciones, ríos crecidos y árboles caídos.
En casa seguimos remando de un modo u otro con diferentes complicaciones en la salud. Gracias a Jehová ya salimos del fondo del pozo y estoy más estable, pero son enfermedades que sólo en el Paraíso se curarán definitivamente y mientras tanto, siguen limitando y frenando tantas cosas que uno anhela hacer.
El clima ha contribuido a fuertes crisis alérgicas que lo tienen a uno como si tuviera varias gripes juntas así es que he tenido que tomar corticoides para aliviar un poco los síntomas y pueda juntar fuerzas para estar en nuestro Día Especial de Asambleas. El año pasado no pude asistir a ninguna asamblea así es que es una necesidad extra el estar presente.


Al fin fui al Dermatólogo por unas lesiones en la piel. Dijo que me pusiera una crema por unos 15 días y luego veríamos de hacer una biopsia, pero me hizo peor el remedio así es que tendré que ir cuanto antes, anoche no pude dormir, era desesperante la pierna afectada, si no hubiera sido que Waldo tenía que levantarse para ir a trabajar a las 4:40 a.m., le hubiera pedido que me lleve urgente a cualquier médico u hospital.

Waldo, Damita y mis padres también anduvieron por médicos y haciéndose estudios y tratamientos. ¡Hasta Lulita quedó con su colita sin movimiento por sus fracturas, pobrecita mi amor! Está un poco más delgada nuestra gatuna belleza y le ha quedado colgando un poco de su piel felina en la pancita, (el veterinario indicó que bajara de peso).

Estuvimos quedándonos después de las reuniones a ensayar los cánticos que se usarán el día de asamblea. ¡Me encantaron esos momentos extras de compañerismo con los hermanos! Claro, cantaba1 o 2 cánticos más o menos bien pero ya para el 3º no tenía aire. Pero descanso un poco y luego seguimos.
Esta va a ser la primera asamblea que vaya sin toda la farmacia a cuesta, siempre tenía que estar tomando casi a cada hora un remedio diferente. Sólo llevaría las gotitas homeopáticas y para la hipertensión si hace falta.

Espero también ir sin el respirador, aunque creo que hará falta pues sigo agotándome al hablar. Y aunque ya camino más pero tendré que llevar la silla de ruedas pues es largo el trecho hasta el auditorio y sobre todo, porque siempre en el camino uno va deteniéndose a saludar y conversar con todos los hermanos y amigos, y eso es lo que menos puedo: mantenerme parada en un solo lugar más que por unos minutos. Además, la silla de ruedas reclinable es mi camita móvil para aguantar todo el día levantada. Pero Waldo no puede manejarme, sigue muy dolorido de sus operaciones y no puede hacer fuerzas así es que algún hermano nos ayudará.


Estuve tejiendo varias cositas, entre ellas probé si podía hacer un Aljibe bebé, es decir, muy chiquito, con su baldecito y todo. ¡Y salió! Les dejo una foto, si comparan con los dedos se puede ver lo pequeño de su tamaño.



Y también una foto de mi rinconcito, todo el día estoy allí: en la silla de ruedas, en la cama y el respirador infaltable especialmente para dormir o mientras me acuesto a descansar.

En una de esas ansiadas cartas que Lira me enviaba desde su Montevideo natal, llegó esta ilustración. Ella la había visto en algún lugar y la fotocopió y escribió en unos breves versos lo que aquella graciosa imagen le transmitía…graciosa pero deja mucho en qué pensar…sí!...tenemos que ser como esa ranita que no se da por vencida y que, aún en el pico de la garza, le ciñe la garganta para que no la trague…¿verdad que muchas veces nos sentimos así?...

Dar clik sobre la imagen para ampliar y leer bien:
 


Otra vez me encontró la noche con un mensaje a medio escribir, habrá que hacer un esfuerzo extra para tratar de dormir y juntar fuerzas.

Ya hace rato que los pájaros se durmieron…voy a tratar de imitarlos… para descansar y despertar cantando…