miércoles, 18 de febrero de 2015

Quiero sueños surcar...



Es extraño que este verano haya venido vestido de un letargo inusual con el que me mantiene envuelta. Generalmente esta es una estación que me contagia sus verdes bríos, despertando las ganas de levantarse cada mañana con una lista de anhelos por cumplir…
No han sido así estos días…esta continua lucha por no dejar que me venza el cansancio impuesto por estas mordaces espinas en la carne…pareciera que pierdo la batalla algunos días, mientras me repito que sólo necesito descansar, que mañana estaré mejor…
Y al día siguiente sigo igual. O peor.

Sí, ustedes ya han aprendido a conocerme a través de estas páginas que escribo y han llegado muchos mensajes al correo preguntando por la falta de movimiento por aquí y por sitio donde les dejo tarjetas…

Lo cierto es que, en realidad, he estado andando bastante, acompañando a Damita mientras Ezequiel trabaja, pues Jaelita ha estado enfermita con una infección viral. Gracias a Jehová va mejorando. Es una criaturita tan buena, que a pesar de haber estado con mucha fiebre y decaída, siempre guarda alguna sonrisa para alegrarnos el día y darnos una medida de tranquilidad.

Bueno, yo no puedo ser de mucha ayuda que digamos, ya está más grande y pesada y me cuesta mucho tenerla alzada y atenderla como quisiera…(ni yo misma puedo manejarme bien sola). Pero al menos trato de estar, aunque sea de compañía. Luego regreso a mi cama y rincón a recuperar fuerzas para la próxima ocasión.

Quisiera aprender a escribir poesía infantil, para que Jaelita tenga algunos versos sencillos que despierten su imaginación mientras crece. Bueno, creo que no costará mucho porque de por sí lo que escribo es medio infantil, jaja. En fin, debe ser la niña con sus ojitos llenos de asombro que vive en mi, la que a menudo encuentra un canal de expresión en lo que escribo.
Si logro algo, lo iré dejando aquí, como esos versos breves que escribí antes que esto. Son tan breves que ya parecen mensajes de Twitter: en 140 caracteres. Lo que, por cierto, me recuerda otro proyecto pendiente, y postergado, que es seguir aprendiendo y practicando escribir Haikús (poemas japoneses de 17 sílabas).

Tengo que esforzarme más en todo, hasta me cuesta hilvanar ideas para seguir predicando por mail. Pero ya estuve viendo un territorio potencialmente grande al que escribir y consolar: un lugar con personas que luchan también con enfermedades crónicas y buscan ánimo. Sólo tengo que seguir orando por fuerzas para escribirles.

Hace unos días me asusté mucho. Por la debilidad muscular severa, suelo dejar de respirar (apnea) o lo hago con mucha dificultad al dormir y relajarme. Cuando me pasa eso en dormida, despierto abruptamente y me cuesta volver a respirar, a pesar de usar el respirador.  Pero nunca me había pasado estando levantada. Fue horrible. No podía volver a respirar, ni tragar saliva, se me paralizaron los músculos respiratorios, deben haber sido segundos…pero se me hicieron eternos…
Luego hablé a la Neuróloga y me dijo que hiciera reposo y use el respirador todo el tiempo que pueda. Así estoy. En este momento me siento mejor…así es que aprovecho este lapsus…y escribo…

Vi una fotografía que me encantó, y evocó estos sentimientos con los que me despido por hoy:



Recoge tus velas,
el viento está calmo.
El mar te arrulla
con sutil movimiento.
Su canción eterna
serena el pensamiento.
Una Luna gigante
tu contorno traza,
mientras surcas olas
a su encuentro vas…

Barco de altas velas…
llévame contigo
que quiero sueños surcar…

18-2-15




lunes, 16 de febrero de 2015

Escucha...




Llueve hoy…
gota a gota
desciende la calma.
Frena tu marcha,
guarda silencio…
Escucha…
es la lluvia
cantándole a tu alma…


Nancy
16-2-15