Gracias a Jehová pudimos disfrutar de nuestra Conmemoración de la muerte de Cristo, y estar junto a la familia y hermanos en esta observación tan importante en nuestras vidas.
Este año Waldo también estuvo encargado de la elaboración del pan y de los preparativos, privilegio que agradecemos y nos recuerda a Pedro y a Juan cuando Jesús los envió para que hicieran los arreglos para aquella noche tan sagrada. (Lucas 22:8)
En nuestra congregación somos 100 publicadores y la asistencia fue 239, un indicador de que hay mucho trabajo por hacer.
Les dejo algunas fotitos de esa noche tan especial. Damita, Ezequiel y Jaelita va a otra congregación pero también nos acercaron sus fotos:
Mis padres: Nery y José:
Jaelita ya comenzó a comer…¡y a embadurnarse!...como verán:
Parte Médico:
Aún no me dan de alta por el tema de la cirugía, ahora voy a control y curación sólo una vez a la semana, todavía está abierto el orificio entre la fosa nasal y la cavidad bucal por eso debo seguir en control. Empiezo a hacer oraciones cada vez que veo que doctora pone cosas y más cosas en la boca para curarme…me duele mucho, está muy sensible la zona. Y la máscara del respirador presiona la zona…es una tortura…
Seguimos orando por fuerzas para perseverar y aguantar con ánimo los dolores de cada día y la dosis de inquietudes cotidianas que este sistema impone.
Es refrescante recordar que todos los ayes presentes…son temporales…que la realidad amada que esperamos…será eterna…seguimos manteniendo la vista fija allí…
Al lado de mi cama hay una pintura del paraíso que me regalaron: estoy sentada en medio de los leones que amo y ansío acariciar y cuidar…¿me ven?...
Estas fotos son como un “antes” y “después”: la realidad presente adelante…y la realidad eterna que espeamos, detrás…
Fotos tiernas para el final: