lunes, 21 de marzo de 2016

Primer día de Otoño...primer Otoño de un cambio...



      Este título me hace acordar cuando en la escuela la maestra nos decía: “Saquen una hoja. Redacción… Escriban: Hoy comenzó el Otoño”…y ahí surgía al unísono un murmullo de protesta porque a nadie la gustaba escribir redacciones. Bueno, a la mayoría. 
Cuando miro atrás, creo que esos fueron los primeros ensayos literarios en los que vamos probando y descubriendo este fascinante mundo de la Escritura, capaz de crear puentes de un corazón a otro aunque, literalmente, exista un mundo de distancia.
Siempre fue así, pero ahora aún más, con este tema de la globalización e Internet, lo poco que pueda escribir desde mi pequeño rincón en el mundo, entre mi escritorio y la cama…puede llegar al otro lado del mar tan sólo en un clik.

         No me gustan los días grises y fríos, como hoy, y menos si dejamos atrás el verano. Pero paradójicamente, los días grises me llaman a escribir lo que anda dando vueltas en el sentimiento y no siempre encuentro el tiempo, o el ánimo para hacerlo.

        Este Otoño me encuentra parada en un cambio más grande aún que el de la estación. No sólo estoy dejando atrás el amado verano, sino también, la vida en casa de mis padres. Otra vez nos mudamos. Y esta vez tiene un particular y marcado sabor nostálgico a definitivo. Otras veces tuvimos nuestra casita, pero tuvimos que venderlas y regresar aquí porque no podía estar sola, por mi mala salud.
Jehová mediante, en breve nos mudamos, llena de expectativas por nuestra casita, angustiada por la salud de mis padres, por la de nuestra hija, por la propia…tengo adentro una:


Mezcla de emociones que se agitan
y arremolinan como hojas amarillas
que el viento lleva de aquí para allá…
Juega con mis sentimientos y me lleva
del Pasado al Futuro y no me deja
saborear el Presente…efímero Hoy
que te escurres sin poder retenerte…
y vuelas como una hoja más…

Me llevo bien con la Nostalgia,
somos buenas amigas,
(aunque ella no sabe que 
mi mejor amiga es la Esperanza),
pero he tenido que pedirle 
que me deje empacar los sueños,
los anhelos, que no me ate
a un tiempo que irreversible se va…

Sólo quisiera que los amados 
no se vayan nunca, que no se marchiten
como hojas de otoño…
que no haya invierno que los apague…
Ahhh…si yo pudiera detener su tiempo…
si pudiera quitar su lamento…
Ahhh… si yo pudiera…

¡Pero ni siquiera puedo con mi propia arcilla!
Trato de armarme como el Hornero (*),
que con barro, paja, raíces 
y otras ramas hace su nido…
yo también voy construyendo mi vida
con el barro que soy mojado con lágrimas,
con las pajas duras del camino,
con las raíces de mis padres,
con las ramas nuevas de los hijos,
con el amor constante de mi compañero…
Ahhh…déjame un rato Nostalgia
que quiero construir mi nido…


Nancy
21-03-16



(*) El Hornero es un ave autóctona de América del Sur. Se le llama así debido a que su nido tiene la forma de un horno de barro.
Para más información sobre la sabiduría con que fue creado para hacer su nido, les dejo este link:








2 comentarios:

  1. Me encantó leer..primer otoño de un cambio...muchas veces los cambios nos producen temor sin tener presente que cambio implica renovación..movimiento y el movimiento es vida..impulsa a la reflexión el juego de sinificados de la palabra y el sentimiento que ello implica..excelente! Silvia 22/03/16

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  2. Hermoso amiga!!! El principio de algo hermoso ya verás.....

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