martes, 3 de julio de 2018

Sin Lulita...




 Sin Lulita


Está lloviendo.
Estoy aquí, sentada en mi rincón,
como tantas veces…
pero nada es igual…
esta es la primera lluvia sin mi compañerita
de tantos años…de estos últimos dieciséis años…
y parece que la lluvia no cae afuera…
sino dentro de mi…dentro de cada rincón
del alma, de este corazón dolorido y cansado…
la extraño tanto…tanto…
Tanto…

Es increíble como alguien tan pequeñito
pueda haber llenado tanto mis días…
como pueda haber dejado un vacío tan inmenso…
de nada vale intentar negarlo…
este dolor me supera…
sé que un día estaré mejor
y podré recordarla sin deshacerme en llanto…
pero por ahora no puedo…

Quizás han sido muchos golpes juntos,
muchos frentes de batalla a la vez,
mucho desgaste, físico, mental y emocional…
Quizás esto de vivir con el cuerpo
en carne viva por tantos años,
esto de ver, y oír, el lamento y clamor
de los amados cada día, cada noche…(*)
esto de tratar de sobreponerse
al propio dolor para hacer cuánto uno pueda
por aliviar en algo el dolor ajeno…
esta impotencia…de dar todo…
y de ver que no alcanza…
que nunca alcanza…
porque simplemente no está en el poder humano
erradicar el sufrimiento…

¡¡Ahhh!!...ha sido mucho…y sin tregua…
y esas dos últimas semanas de mi Lulita…
atendiéndola toda el tiempo…
esa última noche, limpiando su camita
a cada momento, para que estuviera
lo más cómoda posible…
hay mucho dolor que aún no puedo expresar…
mucho vivido que ni siquiera he podido contar…

Y luego la decisión más difícil…
llevarla por segunda vez en el día a que la atendieran…
pero esta vez para aliviar definitivamente su dolor…
clavando definitivamente una estaca en mi corazón…

“Para todo hay un tiempo bajo los cielos:
tiempo de nacer y tiempo de morir.”
(Eclesiastés 3:1, 2)
Es un concepto muy básico, una realidad ineludible…
¿por qué cuesta tanto entonces asimilarla?
Aún cuando se trata de un pequeño amigo
que prodiga amor sobre cuatro patas…
¡cuánto duele su ausencia!

Mi Lulita fue la compañera de largas horas
sumida en dolor, compañera de mi soledad.
Cuando nadie más podía estar
por las diarias responsabilidades que atender,
ella estaba…siempre conmigo.
Cuando se está recluido en casa,
presa de mordaces dolencias
que apagan cuerpo y mente…
su compañía fue remanso de ternura,
caricia al alma siempre presente.
Fue sinónimo de Alegría y Travesuras.
Nos entendíamos bien, como los buenos amigos,
sabía lo que quería solo con su mirada…
y lo agradecía con su cariño sin retaceos…

Me hace bien volcar aquí lo que siento…
me ayuda a entender por qué
este dolor es tan inmenso…
por qué hay un vacío tan grande…
¡Claro!...si ella estaba en todos los rincones…
de nuestra vida…

A pesar del dolor, no he dejado de dar gracias…
de haberla tenido, de haber podido cuidarla,
dar gracias porque existen los animales…
gracias por haber sido creados así…como son…
Gracias por tanto Amor sobre cuatro patitas…

Hoy hará una semana sin Lulita…
Como la más hermosa de las flores,
está sembrada en nuestro jardín…
y sigue viva en mi…
Gracias mi Dios, por nuestra Lulita…

Nancy
3-7-18



(*) Trajimos a nuestra casa a mis padres envejecidos, de 86 años, sufren de fuertes dolores, en especial mamá, día y noche.


 
 


4 comentarios:

  1. Querida hermana Nancy,
    El propósito de estas líneas no es darle el pésame.
    Quiero darle las gracias por abrir los ojos de la gente común como yo, al valor de un animalito que en sus palabras pudo ser considerado como... "compañera" y compañia para un ser humano. Que un pequeño ser "irracional" pueda ser vinculado a emociones humanas como: dolor, soledad, alegría, cariño, ternura...es una lección en el arte de escribir.

    Ahora, yo puedo decir como usted: "...gracias porque existen los animales..."

    Edward Solano
    Criciúma, Santa Catarina, Sul de Brasil

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  2. Hola querida amiga. Hermosas palabras para describir tanto dolor u aunque en el paraíso podrás tener muchas mascotas, ninguna reemplazará a tu Lulita. Lo siento muchísimo, amiga del alma. Que JHWH te siga a vos y a toda tu familia. Besitos.

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  3. Hola Nancy que triste noticia . todavía me acuerdo cuando lulita agarraba mi zapato y no me dejaba iré además cadaves que veo los agujeros que dejó me causan risa el cariño tenía su precio. Siempre lo que nos hace sentir bien y de felices acompañados son las bendiciones de jehJeh y él utiliza encluso los animales asta el Punto de que ellos parecen entender nuestros sentimientos. En el nuevo mundo Jehová devolverá todo aquello que nos dió para que seamos felices y este sistema arrebato temporalmente . Con cariño José y Paola

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  4. Hola mi querida nancy, desde la distancia que nos separa siempre los recuerdo, y ahora comparto este dolor por lulita, vos sabes que yo lo pase varias veces, y siempre los recordaremos por ese amor,compania,y fidelidad que nos dieron, ahora querida hermana fuerza, y decirte que te quiero mucho,les mando un fuerte beso a todos y bendiciones.

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