Una de las cosas positivas de este medio, ha sido poder conocer y comunicarme con hermanos de lugares muy lejanos al rinconcito desde donde escribo. La verdad, nunca pensé que pudiera palpar de este modo singular lo que es nuestra amada hermandad mundial.
Para quien desde el año 1993 sobrelleva enfermedades crónicas, progresivas, que me mantienen en cama la mayor parte del tiempo, esta ha sido una manera muy reconfortadora de dar y recibir el ánimo y consuelo que todos necesitamos. Y estoy muy agradecida por ello.
Hay algunas preguntas que suelen hacer quienes van asomándose a mi vida al ir pasándose y reenviándose los mensajitos que me gusta compartir. A través de ellos a veces notan que estoy enferma y, naturalmente quieren saber qué es lo que tengo. No me incomoda en absoluto que me pregunten, al contrario, agradezco el interés personal, sólo que como la respuesta es muy extensa, no siempre encuentro tiempo para responder individualmente.
A ver, comencemos del principio de este capítulo.
Gracias a Jehová tenemos la bendición de contar con una familia en la que todos estamos unidos en su adoración: padres, esposo e hija vivimos juntos y nos apoyamos mutuamente con nuestras cargas cotidianas.
Me bauticé en 1975, cuando tenía 10 años.El servicio a Jehová siempre ha sido la razón de vivir y gozo y con su ayuda, pude servir de precursora regular algunos años, al igual que Waldo mi esposo, quien también sirvió de precursor especial.
Como tenemos una sóla hija: Dámaris, nuestro anhelo era poder retomar en familia el servicio de tiempo completo que por las circunstancias adversas en el plano de la salud habíamos tenido que dejar. ¿Qué mejor modo de vivir los últimos días del sistema siendo precursores los 3 hasta el final?. Ése era nuestro mayor anhelo.
Cuando parecía que ya íbamos a alcanzar esa ansiada meta, comencé con algunos síntomas raros que resultaron el principio de años de enfermedad. Sí, sé que hay muchos amados hermanos que que con discapacidades siguen fieles en este rasgo del servicio, y siempre estoy haciendo un autoánalisis para ver si puedo dar más.
Y ahí es donde entra el tener que explicar en qué consisten estas plagas, como les digo yo, aunque difícilmente lo que pueda mencionar alcance a graficar todo lo que envuelven.
Dicho a grandes rasgos, son cuatro: tres pertenecientes al grupo de las Enfermedades del Colágeno o
Autoinmunes , y otra reumática:
Miastenia Gravis:
http://www.medicosecuador.com/revecuatneurol/vol9_n1-2_2000/miastenia_gravis.htm
Polimiositis o Dermatomiositis:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000428.htm
Arteritis de Takayasu:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001250.htm
Fibromialgia:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000427.htm
Estas, a su vez, han producido una larga, muy larga lista de complicaciones que llevaron a que tenga una incapacidad total y permanente de casi el 100%. El dolor permanente e insoportable en todo el cuerpo, las 24 hs, más el agotamiento extremo por la debilidad muscular, no dejan fuerzas ni aire hasta para lo más básico: hablar o respirar. Así es que vivo, literalmente, sin aliento...del físico...porque espiritualmente, Jehová sostiene y da el poder que es más allá de lo normal todo el tiempo.
El cambio de circunstancias que todo esto impuso fue particularmente doloroso por las metas que teníamos.
Lira, nuestra querida Álef Guímel, (cuya amistad es tesoro bien guardado en el corazón, a pesar de que por ahora descansa hasta el Paraíso), percibió muy bien los sentimientos de inutilidad con los que ahora había que luchar fuertemente. Me escribió una carta que sigue vigente y releo a menudo. En parte dice así:
"El barro se ablanda con agua. El barro humano se ablanda con lágrimas. No sólo el que las llora se hace más fácil de moldear en las manos del gran Alfarero, sino los que están a su alrededor también.
En un momento, casi inadvertidamente, la mano de hierro de la adversidad te arrebató algo amado y de gran precio: el precursorado, planeado con deleite. Eso te ha hecho llorar mucho. El gran Alfarero está contando cada lágrima que cae y hace más manipulable el barro sensible que pasa entre sus dedos de artífice.
El precursorado y la predicación en general son una respuesta al desafío de Satanás, pero no cubren todas las interrogantes que él hizo surgir. No le bastó, como en el caso de Job, despojar al hombre de sus cosas valiosas, en un salto vertiginoso de la riqueza a la pobreza. Exigió que fuera quebrantado físicamente, y que viera consumirse su vida con dolor. Si Dios le permitiera llevar adelante su ofensiva, él haría de todos nosotros un pueblo de adoradores postrados. Pero hay mucho trabajo que hacer y Dios nos mantiene en pie de lucha. Sin embargo, uno de cada tantos es aceptado por Dios para responder a la otra acusación específica del desafío:...”sírvete alargar tu mano y toca hasta su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu misma cara”. (Job 2: 5).
La integridad probada en esas circunstancias, es una sonora bofetada aplicada al rostro burlón del adversario.
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Mas tarde, cuando saltes y corras gozosamente en los caminos del Paraíso, te acordarás con indescriptible emoción de estos días en que tu barro frágil y dolorido, lubricado con lágrimas, era moldeado lentamente entre los dedos magistrales del Alfarero eterno."
Así es que todo este tiempo ha sido de aprendizaje: aprender a disfrutar de las cosas que sí puedo hacer y no lamentarse por las que no puedo; buscar maneras de seguir sirviendo a Jehová y seguir ayudando a otros a servirle: conduciendo estudios desde mi cama y trabajando en equipo con la familia para ayudarlos a progresar hasta el bautismo.
No puedo hacer ni dar cuanto quisiera...pero aún en los peores momentos, siempre hay algo que podemos dar: nuestra integridad y amor a Jehová.
Debido a las complicaciones que tengo, a menudo los médicos me dejan muy en claro lo delicado de mi situación, sé que estoy viviendo horas extras y estoy muy agradecida por cada minuto y por todo el amor con el que Jehová los ha colmado.
Todos, de una manera u otra, tenemos que sobrellevar cosas penosas en este sistema.Las heridas del alma, esas que no se ven, que producen la depresión, angustia, fobias y pánico, son particularmente duras.
Pero tener la certeza, de que Jehová jamás permitirá que seamos probados más allá de lo que podamos soportar, nos consuela, fortalece y garantiza que podemos salir adelante con Su ayuda, apoyándonos en Él en todo momento, sólos no podemos.(Filipenses 4:13)
Pronto, muy pronto, todo lo que hoy es fuente de angustia no existirá más ni subirá al corazón. Tener los ojos fijos en las cosas que no se ven y a la vez, valorar el bendito privilegio de vivir en este tiempo tan especial bajo la protección de Jehová y su Organización...son cosas que nos ayudan a que a pesar de cualquier adversidad, podamos clamar con gozo de corazón. (2 Corintios 4:16-18; Nehemías 8:10)
"Deja vagar tus ojos en el cuadro
de un amplio paraíso sin fronteras,
y será menos rígido el taladro
que castiga tu carne y la exaspera."
Álef Guímel