lunes, 29 de abril de 2024

¿En qué momento se escapó el tiempo?

¿En qué momento se escapó el tiempo?
¿En qué momento pasó la vida?

Los sacrificios de mis padres por construir su casa, todo a pulmón, los afanes de mamá por cuidar los detalles, su Peluquería, su cocina, la máquina de coser, las cortinas azules, su patio, sus plantas, su Pastalinda, sus fideos caseros con morrones o espinacas, su budín de pan, sus bollos, las pastafloras…
sus empanadas, su olla Marmicoc (que me daba miedo)…

¿En qué momento se escapó el tiempo? 
El taller de papá, sus maderas y mil cosas que guardaba por si acaso sirvan (ya sé de dónde lo heredé), las radios que arreglaba, los muebles que hizo, sus radios viejas, su mesa de trabajo, sus cables y destornilladores y yo mirando todo queriendo aprender…

¿En qué momento se escapó su tiempo y ya no está?

Ya no queda nada de eso en la casa vacía. Queda vivo en el recuerdo que traen los detalles estampados en viejas fotografías. Fragmentos de su vida. De las cosas que eran importantes y que se fueron en el viento del tiempo como dientes de león que soplaron los años…

¿En qué momento se escapó mi tiempo?

Se quedó sentada en la vereda la niñita de 4 años que fui, que lloraba al cumplir los 5, preocupada pensando en dónde quedarían los 4 añitos…
Y se fueron ya varias décadas…

¿En qué momento se escapa el tiempo, llevándose la vida que vivimos, la vida de los amados, dejando en su lugar solo ausencia y nostalgia?...

Sé que debo parar aquí en estas cavilaciones para no hundirme en un remolino de angustias por las que nada puedo hacer…

Sé que debo ajustar el lente en este momento y valorar cada instante vivido, los de ellos y los míos, pues formaron los ladrillos de los que estoy hecha. Mi identidad. Con todos mis defectos y falencias, pero en esencia, formaron lo que soy.

Y sé que debo mirar a lo que sigue, a lo eterno por venir, a los reencuentros con los que hoy nos toca despedir, a la vida que desde el principio Dios planeó para la humanidad, para esta tierra que hoy gime y que pronto recuperará todo su esplendor…

Sí, lo sé, debo darme tiempo y procesar lo que duele, adaptarme a las nuevas circunstancias otra vez…

Llorar, pausar, orar…seguir…

Por un motivo u otro, por un tipo de pérdida u otra, esa ha sido una constante en mi vida…

Llorar, pausar, orar…seguir…

Y como siempre, en cada tramo del camino, no estuve sola, Jehová ha sido un Faro iluminando en la oscuridad, ha sido Padre que protege, Amigo, Dios que le da sentido y propósito eterno a la vida…
Ha estado siempre, en la alegría y en la más profunda angustia…y seguirá estando por su amor leal…

Él es la roca de mi corazón,
Lo inmutable,
Ancla y Faro en la tempestad,
El que puso la eternidad en mi corazón,
En el tuyo y en el de toda la humanidad…
(Eclesiastés 3:11)

Solo debo seguir caminando de su mano, siguiendo sus indicaciones para llegar al ansiado puerto…
(Salmo 107:30)

“Oh, Jehová, que tu amor leal descanse sobre nosotros mientras seguimos esperándote.”
(Salmo 33:22) 


Nancy
29-4-24





domingo, 21 de abril de 2024

Ya descansa Papá...

 


Luego de más de un año de cuidados especiales luego de su ACV, el miércoles 17 de abril falleció papá, de casi 91 años.
Muchas gracias de todo corazón por los mensajes y el amor expresado por tantos amigos y perdón por la demora en responderlos.
El lunes 22 se dará un Discurso de Funeral a las 20 hs de Argentina, en nuestro Salón del Reino, México 1585, San Miguel de Tucumán. También se transmitirá por Zoom y probablemente por You Tube. Si se confirma esto último dejaré aquí el link.
Gracias a todos por acompañarnos y por toda la contención que nos han dado estos días.
Si bien el dolor es muy grande, la esperanza, las fuerzas y paz que actualmente da Jehová para sobrellevarlo…son mucho más grandes aún…
Un abrazo muy fuerte y sentido para uds…



viernes, 12 de abril de 2024

Amigos que trajeron las letras...


Escribir nos abrió muchas puertas impensadas. Cada uno escribe desde su rincón, desde los momentos que lo marcaron, desde sus sentimientos. O simplemente desde el placer que da leer poesía y otros géneros literarios hilvanados con los sutiles hilos de la belleza y la imaginación. Al menos en mi caso. Cada uno tiene su criterio y cosas que lo movilizan. 

Una de esas muchas puertas impensadas es la amistad surgida entre otros que comparten ese placer por las letras. La primera evocación a ese respecto brilla con luz propia y no se apaga, aunque por ahora descanse. Su nombre: Lira Berrueta. Su seudónimo: Álef Guímel. Nacida en Montevideo, Uruguay, en los primeros días de 1925. Supo combinar de manera magistral su amor inmenso por Jehová con la más bella poesía, prosa, cuentos y relatos que leí. Fue una fiel misionera hasta el fin. Fue una maravillosa escritora que siempre deseo volver a leer.

De ella guardo el recuerdo maravilloso de que viniera dos veces de su Hogar Betel en Uruguay, a visitarme en Tucumán. Conservo sus libros, una carpeta grande con cada una de sus cartas en folios diferentes, otra carpeta grande con los poemas y escritos nuevos que compartía con sus amigos por correo postal, antes que exista internet, los mails y apps de mensajería. Y muchos otros detalles que en su generosidad me envió. Aún extraño que el cartero traiga sus cartas cada mes…

Y a la vez, su amistad trajo a mi vida muchos amigos suyos de lugares lejanos con quienes forjamos un fuerte lazo que perdura a lo largo de muchos años. Aun los que no escriben, como Fernando de Colombia, Anita de Adrogué, Stella de San Isidro…y muchísimos más…

Uno de esos amigos entrañables que se acercó una vez buscando a Lira, fue Héctor Mendoza. Sus seudónimos: José Santos (para poesías), y He´Mem (para novelas y cuentos). Nacido en Chile. Lamentablemente, hacía pocos meses que Lira había fallecido y no pudieron conocerse entonces. Lo harán muy pronto, cuando ambos despierten en la Primavera que aguardamos. Quisiera estar allí y escuchar las largas conversaciones que seguro tendrán de tantas cosas de las que su exquisita sensibilidad y espiritualidad son afines…ya falta un día menos…

Con Héctor vinieron muchos, muchos más amigos con los que compartimos la misma esperanza, fe, y las letras: Tonyi (Débora), de España, Sonia (Jokébed) de México, Mirta, (Tulycablanc) de Villa Gessel, Mati Sánchez de Barcelona, Silvia Espiño, de Turdera, Bs.As, Miriam, de Uruguay…y una muy larga lista de amigos muy queridos que atesoro en el corazón y los recuerdos…

Con dos de ellos: Hugo Miskinich (Misky), de Moreno Bs As, y Nidia Parra (Aidin Parr), de Florencio Varela, Bs.As, tuvimos la oportunidad de publicar una Antología Poética Argentina, que a su vez, por medio de la editorial, pudimos presentarla en la Feria del Libro en Buenos Aires en 2022, en la Biblioteca Nacional y en rondas de lecturas en el emblemático Café Tortoni en Buenos Aires y en muchas otras en Tucumán.

 Con ellos somos también compañeros en esa aventura literaria y de muchos momentos compartidos en familia.
 En este viaje a Buenos Aires, aparte de la felicidad inmensa de poder asistir al programa de la Dedicación de Betel, también fue una gran alegría poder compartir momentos muy lindos con ellos y sus familias, incluso poder visitar Betel con Misky, quien tiene muchos amigos queridos de los años que sirvió fielmente allí.
Así es que, las letras han traído consigo tantos amigos, tantas puertas abiertas que no podría mencionar en un solo escrito. Son historias y afectos que seguirán escribiéndose en nuestra vida…más allá del tiempo…con los que están desde hace muchos años, con los que hace poco conocí…y con los que regresarán del silencio…