domingo, 30 de junio de 2019

Paseo entre Cenotes



Paseo entre Cenotes
Vengo deseando hacer este viaje hace muchos días pero no conseguía el tiempo, la tranquilidad...y las fuerzas para hacerlo. Es uno de esos viajes sin moverme de mi rincón…¿me acompañas?...¿Sí?...entonces alista tus sentidos y ganas de vivir para que puedan transcender la pantalla o el papel de donde me lees y disfrutemos de esta bendición llamada: Imaginación, para poder ir en el momento que queramos, al lugar elegido.

Hoy haremos un paseo entre cenotes de la Riviera Maya, en la Península de Yucatán, México.

-          ¿Querías decirme algo?

-          Sí, yo te acompaño…pero primero…¿qué son los Cenotes?

-          Un Cenote, (del maya dzonoot: ‘hoyo con agua’), es un pozo natural en terreno calizo, formado por el derrumbamiento del techo de una o varias cavernas, cuyo fondo son cauces de ríos subterráneos.

-          ¿O sea que son de agua dulce?
-          Sí, para los antiguos Mayas fueron fuente primordial de agua y vida y motivo de sus asentamientos. Aún hoy son una fuente de agua segura.
Pero el agua marina puede penetrar en los cenotes por el fondo freático aunque se encuentren a varios kilómetros de la costa,  por lo cual, a partir de determinada profundidad, el agua pasa de dulce a salada. Esta superficie de contacto entre el agua dulce y marina recibe el nombre de haloclina, y provoca interesantes efectos visuales.

-          Y por qué, habiendo tantos lugares en la superficie tan llenos de sol como te gustan, con espacios inmensos…¿por qué quieres ir a un paisaje tan diferente?

-          Por muchas razones…primero…me parecen fascinantes, ver cómo la vida sigue aunque el suelo se hunda, me transmite muchos mensajes de no rendirse, demostrados en ellos por experiencia.  Son lugares de una belleza exquisita, tan única y particular…mira...por ejemplo, este maravilloso cenote al que acabamos de llegar,  está rodeado de plantas exóticas y árboles llenos de aves silvestres, tucanes, loros, cardenales y cenzontles, entre otros.

Ven, bajemos por la larga escalera tallada en la piedra caliza para llegar al fondo. Este es un cenote abierto, así es que la luz permite que las paredes rocosas estén cubiertas de vegetación. Mira cómo las raíces de los árboles en superficie, cuelgan hasta tocar el agua, tantos metros debajo suyo…es impresionante.
Me recuerda a la necesidad que tenemos como siervos de Jehová de buscar el agua de verdad que nos nutra excavando en lo profundo  y no conformarnos con un conocimiento superficial.

Cenote Ik - Kil


-          Es realmente hermoso. Qué cristalina se ve el agua, color turquesa…¿habrá formas de vida en ellas?

-          Sí, hay mucha vida en ellos, tanto en la flora como en la fauna de agua dulce en peligro de extinción, como el pez ciego de Yucatán, la damablanca ciega, la anguila ciega, la anguila de lodo, esponjas, bivalvos, camarones y crustáceos despigmentados y plancton. En zonas muy cercanas a la costa, también “se pueden encontrar algunos peces de agua salada tales como pargos y mojarras, que llegan por conductos subterráneos que comunican el fondo del cenote con el mar.”

-          - ¿Estará muy fría el agua?

-          La temperatura de agua en los cenotes es de 24 grados constantes todo el año. Así es que la disfrutaremos mucho…¡ahhhh!…¿ves?...¡¡qué bien se siente!!...no puedo creer que al fin estoy nadando en un cenote…¿te gusta?

-          ¡Sí! ya perdí el miedo que me generaba nadar a tantos metros bajo tierra…

-          Este tiene una profundidad de sólo 40 metros, los hay mucho más profundos, como la Poza de Zacatón, de Aldamas, Tamaulipas, que está lleno de agua termal, a diferencia de este. Es uno de los cenotes más profundos del mundo con 339 metros.

-           
-          ¿Te animas a  que recorramos un poco las cavernas interconectadas por el agua? Vamos con todo el equipo de seguridad y buceo y el guía, que nos está enseñando todo lo que necesitamos saber para adentrarnos en este camino de estalactitas y estalagmitas?

-          No. A mi déjame donde haya luz nomás y pueda nadar en esta laguna subterránea escuchando cantar a las  los pájaros en la superficie, y ver a algunos curiosos que se posan en las paredes rocosas cubiertas de vegetación. Vi muchos nidos allí, bien resguardados.

-          Bien, te dejo descansar un poco mientras veo si me permitirán bucear más allá de caverna como quisiera.


Mientras me preparaba para este viaje, aprendí que hay una diferencia entre buceo de caverna y buceo entre cuevas. Aparentemente pareciera lo mismo, pero no. Los buzos de cavernas en general no bajan a más de 40 metros de la superficie. Además, los buzos de cavernas mantienen la entrada claramente a la vista en todo momento, y usan una guía para que, en caso accidental de perder de vista la entrada, los buzos puedan recuperarla inmediatamente.
En cambio, los buzos de cuevas pueden adentrarse miles de metros, es un buceo técnico, por lo que se requiere otro tipo de certificación para poder hacerlo. No es para turistas en general, salvo que sean buzos aprobados para esto.

Menos mal que en mi mundo de escritura, soy saludable, no tengo problemas respiratorios y tengo toda la certificación necesaria para adentrarme por esos laberintos de agua. Quisiera poder contarte lo que mis ojos ven mientras avanzo…

Antes de comenzar la subacuática recorrida, el guía nos explica, a otros tres buzos y a mí, cómo está planificada la inmersión, mapas, revisión mutua del equipo, etc. Nos cuenta algo de la historia de las cuevas y los cenotes que se conectan, algunos datos geológicos y recomendaciones para preservar el lugar y no dañar el medio ambiente. Lo cual me parece fantástico.

Como dato muy interesante, nos cuenta que Sac Actun, es un laberíntico sistema de cavernas inundadas de México.
Según National Geographic, el conjunto de cavidades interconectadas suma 347 kilómetros, pero de comprobarse su conexión con otros sistemas aledaños podría ser un sistema monstruoso de hasta 1.000 kilómetros. Impresionante.

Tantas cifras no dejan de darme vueltas en la cabeza tratando de visualizar y comprender la magnitud de lo que eso representa. A la vez que no deja de hablarme de su Magnífico Creador, que diseñó y conoce cada recodo de ese camino de agua que corre bajo los pies de millones de mexicanos que siguen sus rutina diaria, quizás ajenos a tan maravilloso tesoro oculto.

No sé, por qué, de pronto recordé a las geodas, esas piedras maravillosas que aparentemente no ofrecen nada en particular, pero sin embargo, al abrirlas encuentras una bella caverna de cristales púrpuras, brillantes…que te dejan extasiados por tanta belleza…

Y traer a colación a las geodas es también recordar a tantas personas con las que nos rodeamos, calladas, sin llamar la atención a sus logros, libres de vanidades, y que sin embargo, al conocerlas, descubres cualidades y talentos, por los que simplemente no puedes dejar de admirarlas y dar gracias al Dios del Cielo por los dones que les fueron otorgados.

Llegó la hora de sumergirse…tengo que tratar de controlar la emoción que esto supone. El agua tibia hace más placentera la experiencia. Comenzamos a descender, lento, la visibilidad del agua es increíble, una transparencia que permite apreciar cada detalle con los que vamos encontrándonos. Dentro del cenote, la visibilidad es de 150 metros. Pareciera que tan solo vamos caminando a la luz del día por el lecho acuífero.

A medida que nos alejamos de la entrada nos  sumergimos por algunos espacios amplios, de paredes blancas, con columnas de estalactitas y estalagmitas que en ocasiones estrechan el paso y tenemos que ir en fila india. Observamos uno  que otro pez sin color, propio de estas profundidades donde no llega ya la luz del sol. Algunas cuevas son de color ámbar, y el agua, sigue siendo tan cristalina que resulta difícil explicar  esta rara belleza. A su vez, eso también nos tranquiliza porque podemos ver todo alrededor sin temor de andar a tientas sin saber lo que hay alrededor.

Es sorprendente, que a estas profundidades, encontremos muchos fósiles que nos hablan de lo que era la vida y costumbres de los mayas, más allá de los sacrificios que solían hacer, cómo era su vida….y cómo es posible encontrarlas aquí…sin duda,  queda mucho por descubrir y seguir aprendiendo.




No sé en qué momento  vamos viendo ya la luz que se filtra por otro cenote al que llegamos, por donde saldremos a la superficie…
Tengo mucho que contar y me fallan las palabras. Las sensaciones experimentadas, sentir mi propio pulso  mientras no sabes si nadas o vuelas por estas aguas diáfanas y tan extensas que parecieran no tener límites…

Gracias por venir a esperarme de este otro lado…de las cuevas…de la pantalla…del papel…

Hace mucho tiempo, Dios tuvo una conversación con un fiel siervo suyo, Job. En un momento dado, el Creador menciona que “las aguas mismas se mantienen escondidas como por piedra, y la superficie de la profundidad acuosa se hace compacta.” (Job 38:30)
¿Habrá tenido Él en mente este espectacular sistema de aguas subterráneas? ¿Estos cenotes?...  Solo Él sabe la cantidad de aguas escondidas que hay, y dónde, en toda su extensión, y como siempre, el hombre sólo conoce los bordes de Sus caminos.

Pero qué agradecidos estamos que nos permita conocer aunque sea algo de esos bordes, que nos hablan y enseñan tanto de Él, de su grandeza incomparable, de su sabiduría sin par…de tanto amor y delicadeza al diseñar la tierra y prepararla para nuestra felicidad eterna…

Esos cauces de agua subterránea cantan, nadie los escucha, pero cantan una versión diferente al canto del río en superficie…

Mi corazón y mente también cantan, agradecidos, aunque por ahora mis días transcurran como cauces escondidos…
imperceptible…

       
Nancy
                                                                                        28-6-19


Dibujo Lineal




Señor arquitecto, le encargo mi casa.
dibuje en los planos ventanas muy amplias
que muestren la vida que se mueve afuera,
el cielo y las nubes, la gente que pasa.

Quiero una terraza
desde donde pueda mirar las estrellas,
y un sótano extenso, para guardar cosas
queridas por viejas.

Yo voy a ayudarle
a llenar las vigas de espeso cemento.
Que queden bien firmes
aunque el suelo tiemble, aunque brame el viento.

No ansío una casa
en la que me encierre mirando hacia adentro,
ignorando el frío que sufren afuera
porque no lo siento.

Haga un balcón grande donde auscultar pueda
el latir del tiempo.
Que lleguen las ondas sonoras que viajan
con mensajes puros del espacio eterno.

No he deseado nunca
vivir en la casa que edifica el necio,
riendo sin tregua mientras otros lloran,
contando monedas mientras otros oran.

En el patio abierto voy a plantar parras
y un pino que atraiga las aves del cielo
a sus nobles ramas.
No se necesitan cajas empotradas
ni cofres secretos.

Lo mejor que tengo,
ya está a buen resguardo pues lo llevo dentro.
En cuanto a ese hueco que queda en el medio,
podría ser un vasto salón de reuniones
para largas charlas, para evocaciones.

Señale en el techo
el lugar de una lámpara blanca
que su luz inexhausta derrame,
duplicando los días que huyen
en espejos de nítida imagen.
Es en esa sala donde me propongo
tener un reencuentro
con todos los rostros que se han asomado,
tanto de los vivos como de los muertos,
en distintos marcos, en distintas horas,
a mirar mi vida.

No solo los gratos y los amigables,
no solo los dulces y los comprensivos
También hubo otros, quizá por mi culpa,
que se separaron con un gesto esquivo.

¡Qué placer exquisito sería
recibirlos y verlos de nuevo,
sin ninguna raíz de amargura,
limados y suaves, pulidos y tersos,
menguados en bríos,
igual que esas piedras
que va redondeando el vaivén del río!

Y que me dijeran:
-Tú también con el tiempo has cambiado;
tu amistad es un ánfora fresca
donde el labio descansa confiado
en busca del agua que anima y refresca.

Por eso le digo, señor arquitecto,
no dibuje una casa mezquina
en que se calcule todo lo que cabe;
reservada, austera,
que parezca un arca de antaño cerrada,
en que fuera inútil probar cualquier llave.

Que sea mucho más
que un hogar de tantos que al pasar se olvidan.
Que a el vuelvan siempre los que aman la vida,
los que Dios bendice, porque siembran paz.


Álef Guímel



jueves, 13 de junio de 2019

Inmensidad...


He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos
de la humanidad en qué ocuparse.
Todo lo ha hecho bello a su tiempo.
Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos,
para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios
 [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin.
(Eclesiastés 3:10, 11)



Tengo sed de inmensidad.
De cielos y espacio profundo…
De océanos abisales…
De galaxias a años luz de mis ávidos
y pequeños ojos…
De palpar la vida en el fondo marino…
De ver la cara, que tímida, oculta la Luna…

Mis ambiciones no son tangibles,
no se pesan, ni cotizan en Bolsa.
No las ata esta cama
que por años me retiene anclada,
no me frena la enfermedad
que sin piedad me desgarra…
Cuánto más oprime,
más incontenible se torna mi inquieta alma
que en un instante surca distancias y sueños,
y la pequeña vasija que intenta retenerme,
se desborda de vida y anhelos,
de sueños y esperanza…

Más, no me hables de números mezquinos,
que precio ponen a lo que se puede comprar.
Ni me cuentes de tus proezas económicas
y logros que definan tu estatus,
que crees que te ponen
por encima de la media del hombre mortal…

Lo siento, no lo puedo evitar…
cuando eso sucede,
(aunque respetuosamente intento escuchar),
no sé en qué momento aparezco sentada
al borde de una estrella en una galaxia lejana,
viendo el grácil movimiento de los cuerpos celestes,
danzando a su tiempo y compás…
O tal vez de pronto estoy de pie
entre horizontes azules,
donde no sabes si el cielo es reflejo del mar…

Sí, puedo irme cuando quiero,
al lugar que la mente o los ojos elijan
y llenarme de las sensaciones
que son parte del paisaje…


Ah…no puede retenerme
esta mordaza y amarra de espinas,
que en vano intenta detener mi vuelo…
aún cuando apaga mi pequeña voz…
no puede impedir que el corazón,
rebasado de gozo…cante…
y las gracias dé…

Tengo sed de inmensidad…
no es falta de modestia…
es sólo esa semilla por el Altísimo plantada
en el corazón de la humanidad al ser creada…
eso que se llama:
Eternidad…



Nancy
13-6-19
2:30 a.m.



sábado, 8 de junio de 2019

Vuelo Azul


Miro por el ventanal.
La cama que me retiene anclada,
pareciera que se vuelve etérea
y me voy tras las hojas
que el viento arremolina y lleva…

De pronto el jardín es playa
y la tapia se vuelve mar.
La salada espuma
a besar mis pies llega,
mientras recojo caracoles,
sutil regalo de las olas
que vinieron a saludar.

Tengo que llegar al Faro
que esbelto se eleva
entre horizontes azules,
allí en el límite donde el cielo
se inclina para besar el mar…

Voy a subir a su parte más alta,
y allí, frente a una ventana,
escribiré historias de viento y de sal…

¡Ah! Las ataduras no impiden
a mi alma viajera levar anclas
¡y echarse a volar!

Nancy