No es que no tenga tristezas,
he llorado muchas pérdidas,
como todos últimamente...
No es que me sienta bien físicamente,
el dolor abruma
y me faltan fuerzas para respirar...
No es que no tenga angustias,
me ahoga la impotencia
de no poder ayudar a los amados...
Pero son cosas que no puedo cambiar,
no está en mis manos poder modificarlo...
Sólo puedo orar...
Por los que están
y por los que lloran sus ausentes...
por los que quisiera ayudar y no puedo...
por la dolorosa vejez de mis padres...
por el dolor de mis hermanos en el mundo...
Sólo Jehová en su amor inmenso
ayudará, a su tiempo y modo,
y lo resolverá para siempre, en breve,
mientras tanto, orar, esperar,
Y seguir...
Y concentrar las fuerzas que quedan
en lo que sí puedo:
cuidar el paisaje interior,
poner en él todo lo bello
y lo que da paz...
y compartirlo...
y tratar de acariciar tu corazón
mientras me lees,
y sonreír juntos, con paz interior,
y a pesar de todo...
feliz...
Nancy
30-5-21
(Sal.55:1, 2, 4, 5, 16, 17, 18a,22)