“LOS justos son como un león joven que tiene confianza.” (Proverbios 28:1.)
Ejercen fe, confían plenamente en la Palabra de Dios y progresan con denuedo en el servicio a Jehová ante cualquier peligro.
*** w93 15/5 pág. 26 ¿Está siguiendo a Jehová plenamente? ***
Qué amoroso que Jehová considere a sus justos así: como leones jóvenes que avanzan ante cualquier peligro. Pero nuestra fuente de confianza y poder no procede de nosotros mismos, sino de Dios que da el poder que es más allá de lo normal. (2 Corintios 4:7)
La vez pasada me puse muy triste al ver una noticia sobre unos 10 leones que estaban varados en sus celdas móviles en una ruta, pertenecían a un circo pero el dueño no tenía todos los papeles en regla y creo que no permitían animales en los circos así es que los iban a llevar al zoológico más cercano. Pero allí no estaban preparados para llevar a estos majestuosos de la selva, así es que tenían que esperar enjaulados en tan pequeños espacios hasta que pudieran recibirlos. No supe nada de ellos después. Ruego que puedan estar mejor y bien atendidos, lo mejor posible dentro de su frustrada existencia, sedienta de libertad.
Años atrás, llegó a la ciudad un circo con muchos leones y se instalaron como a dos cuadras de casa. Yo no pude ir, pero los veía desde lejos cuando tenía que ir a algún médico. Pero sí podían oír sus potentes rugidos, especialmente cuando rompían el silencio de la noche. Una noche, mientras los oía e imaginaba estar a su lado, escribí esto:
Nostalgia de selvas
Esta agobiante noche de verano
quiso robarme el sueño
para hablarme de lugares lejanos,
evocados por un fuerte rugir.
Un circo que se jacta de los muchos leones
y tigres, a los que quitó su libertad,
se ha instalado cerca de casa,
cual pequeña ciudad instantánea,
lleno de luces, música y profundas
historias de sus nómadas habitantes.
Me duele el rugir de los leones...
rompen el silencio de la noche
y me traen ecos lejanos,
añoranzas de praderas,
nostalgia de selvas.
Imagino sus ojos pintados de miel,
y no es dulce lo que guarda su mirada.
Me duele su tristeza,
amputaron su libertad,
y sus ojos claman por una tierra extensa,
por ríos y montañas,
y una siesta debajo de alguna acacia.
Majestuoso León…
no sé si vivirás para ver
cuando la creación entera
sea liberada de su cautiverio.
Pero llegará pronto el día
en que bebas tu libertad gota a gota,
cual fresca agua de manantial.
El Dios que no puede mentir lo prometió.
(Isaías 11:6-9)
Será hermoso descansar a tu lado,
cuando ya no existan razones para temer.
El viento despeinará tu melena
y besará nuestros sueños,
debajo de una gigante luna
y un cielo salpicado de estrellas...para ti.
Dáleth
Cuando escribí este poema no conocía a Kevin Richardson,(les dejo un video hermoso), un hombre que vive en una reserva de Sudáfrica y cuida y convive con los leones como si fuera uno más de la manada. Él sí ya tiene el privilegio de descansar al lado de leones y jugar con ellos como si de gatitos se tratara. Pero no deja de correr riesgos pues aún no llegó el tiempo en que ““no harán daño ni causarán ruina en toda mi santa montaña”, ha dicho Jehová.”” (Isaías 65:25)
Nosotros tenemos que esperar un poquito más para disfrutar de esos deleites que traerá el Paraíso para todos.
Y también aguardamos para ser liberados del pecado de Adán que nos tiene enjaulados entre barrotes de imperfección, dolor, enfermedades y ausencias.
Desde hace unas semanas que venimos visitando a médicos para reunir los requisitos para renovar el certificado de discapacidad, ya está todo, ya se hizo el trámite y hoy lo entregaron. Pero todo ese tiempo resultó medio traumático, no pensé que me afectara tanto.
El tener que revisar pilas de estudios para ver qué llevar, me angustió mucho. Es que detrás de cada papel hay toda una historia de situaciones límites, de preocupaciones y expectativas por resultados que pudieran ayudar a conseguir algún tratamiento que mejore un poco la calidad de vida. Veía los estudios y recordaba instantáneamente todo lo que había pasado con cada uno, y aunque no quería pero me puso triste.
Al mirar atrás, a tan solo unos dos o tres meses atrás…estamos convencidos que sólo por la ayuda de Jehová pudimos sobrevivir y afrontar situaciones tan límites.
Yo sigo en mi rincón, recostada en mi silla de ruedas - camita entre la compu y la cama y de rato en rato vuelvo a la cama con el respirador; pero estoy mejor que antes y muy agradecida por cada día de vida.
Waldo sigue agotadito y dolorido, a Damita hoy le hacen un estudio digestivo muy molesto y mi mami está muy mal, si no mejora tal vez tengamos que internarla.
En medio de todas las preocupaciones, ver a Lulita desparramada, con su pancita al viento, nos alegra el día, es nuestra pequeña”leonita” que nos pinta sonrisas en el rostro y en el corazón.
Voy a descansar un poco…me quedé mirando esos ojos color miel, esa mirada con ansias de selvas, con ansias de libertad…
Humanidad doliente y abatida
como el león del circo;
nacida en cautiverio y reprimida.
…………………………………….
Pero ya llega el tiempo bendecido
en que tu causa será procesada
por un León que nadie ha reducido,
por un León que nadie ha reducido,
por un Rey al que nadie vencerá.
El sabe lo que sientes y no en vano
se llama en la infalible profecía
el León de la tribu de Judá.
Álef Guímel,
fragmento de “El león del circo”
del libro “Reflexiones de un Guijarro”