









Una fascinante y enorme luna llena se vistió de gala para esta cita anual. Millones de siervos fieles del Dios Altísimo, junto a otros millones de amigos de su pueblo, acudimos, llenos de emoción, a conmemorar la muerte del Cristo, mediante la cual podemos tener la vida que realmente lo es.
No sé si son los años que van acentuando la sensibilidad, o la suma de inquietudes e incertidumbres previas…no sé…pero el corazón estaba ahogado de emoción…¡cuánto anhelaba poder estar presente en esta cita especial! Y gracias a Jehová, pude estar junto a mi familia, hermanos y amigos, en nuestro querido Salón del Reino y adorar unidos, con el corazón encogido de cosas profundas para meditar.
Es que…¿les confieso algo?....semanas atrás me sentía tan mal que, hasta llegué a temer no llegar con vida hasta esta noche de adoración. O, en el mejor de los casos, temía estar internada, y por poco no fue así. La semana pasada fue de ir y venir al hospital, controles y querer internarme para hacerme suero y potasio, me salvé porque tenían que hacérmelo en una vía central en el cuello, pero para evitar eso me enviaron con medicación a casa.
Así es que, estaba desbordantemente feliz, emocionada y agradecida de estar presente…miraba alrededor, a los hermanos…lo precioso que estaba el Salón...y daba gracias incesantemente por poder estar allí.
Los pies siguen muy hinchados y no puedo calzarme (es linfedema), tengo que tener las piernas en alto y vendadas, pero no aguanto las vendas, todo me causa más dolor.A último momento tejí dos mariposas para aplicarlas a la blusa que era muy sencilla, creo que quedó bonita.
Les dejo algunas fotos, en una estamos con mis padres, en otra con Hilda, a quien tuve el privilegio de ayudar a llegar al bautismo; en otra con José ...ahhh! José ya esa publicador no bautizado y ya llevó a su invitado a la Conmemoración, (ellos siguen viniendo los miércoles a casa para hacer el estudio, me hace feliz poder participar).
Otra causa de gozo y satisfacción, fue poder ver el mantel puesto vistiendo la mesa en esta noche tan especial. Me acordé de tantos días en que me obligaba a moverme y tejer, con la expectativa de llegar a esta noche. Fue un privilegio doble ya que nos reunimos dos congregaciones en el mismo salón. Waldo tuvo el privilegio de encargarse de los preparativos, como los hicieron los apóstoles Pedro y Juan en aquella primera Cena conmemorativa. Hizo el pan, y todos los arreglos sirvieron para ambas congregaciones.
Una querida hermana de la otra congregación que amorosamente me cuidó en el hospital y ayudó a acomodar los brazos para tejer, dejó recién este comentario en la entrada anterior, permítanme copiárselo aquí:
“Nancy: hoy en esta noche tan especial para nosotros los cristianos que esperamos con ansia su reino: al entrar al salón aparte de mis hermanos y personas conocidas, fijé mi vista en ese hermoso mantel que con tanto esfuerzo y amor lo hiciste para Jehová, lucia maravilloso y esas mariposas parecía que volaban demostrando tu amor por los hermanos las copas resaltaban y una señora que estudia la Biblia preguntó si el mantel era al crochet, le dije: es un mantel especial echo con unas manos llenas de amor y duró 11 años, ella se admiró dijo: 11 AÑOS, sí, le dijimos con una hermana, bueno, sí le explicamos por qué duró 11 años, pero te quedó bello, que Jehová te bendiga mi hermana querida por demostrar tu amor a Jehová ,a Jesús y a todos tus hermanos. Besos.
“Nancy: hoy en esta noche tan especial para nosotros los cristianos que esperamos con ansia su reino: al entrar al salón aparte de mis hermanos y personas conocidas, fijé mi vista en ese hermoso mantel que con tanto esfuerzo y amor lo hiciste para Jehová, lucia maravilloso y esas mariposas parecía que volaban demostrando tu amor por los hermanos las copas resaltaban y una señora que estudia la Biblia preguntó si el mantel era al crochet, le dije: es un mantel especial echo con unas manos llenas de amor y duró 11 años, ella se admiró dijo: 11 AÑOS, sí, le dijimos con una hermana, bueno, sí le explicamos por qué duró 11 años, pero te quedó bello, que Jehová te bendiga mi hermana querida por demostrar tu amor a Jehová ,a Jesús y a todos tus hermanos. Besos.
Susana de Ortiz”
De regreso, José quiso traernos en su auto, pero preferimos hacer las escasas cuadras a casa caminando bajo esa luna bella, estábamos felices y agradecidos. Y otra vez, como cada año, vuelven los ecos de esta:
LUNA DEL MEMORIAL
(Conmemoración)
La milenaria luna que calca nuestras sombras,
vuelca una leve lámina de plata diluida
sobre la calle quieta, tendida a nuestros pies;
y la mente se interna en las épocas idas,
¡porque hoy es catorce de Nisán otra vez!
Caminaremos despacio, conversando en voz tierna,
para estirar el goce de la única fiesta.
Se habla de caras nuevas en el salón colmado,
del sentido de urgencia, del trabajo que resta,
de lo que prefiguran las sombras de pasado.
¡Cuánto significado tienen hoy los recuerdos!
- Un ángel que revista la nación retractora.
- Un pueblo que levanta la masa sin leudar.
- Un éxodo que empieza mientras Egipto llora.
- Y después, un ejercito que se hunde en el mar!
Jehová cumplió con Abraham su amigo,
cuando fue su simiente a redimir.
Y esta histórica luna, como mudo testigo,
asomó su faz plena para verlos partir.
Después de quince siglos apareció el Mesías,
Cordero inmaculado que dividió dos eras
y dejó junto al río del tiempo su mojón.
Desde entonces su sangre, pura, imperecedera,
señala los dinteles de nuestro corazón.
El desierto del mundo es largo y fatigoso,
su sacerdocio, al frente, se ajusta a las pisadas
que él marcó en su carnal investidura,
pues Dios nos dio en Jesús representada
la dimensión cabal de su ternura.
Nuestra sinceridad, como el pan ácimo,
sin leudados dobleces se despliega.
Hierbas amargas de tribulaciones
son porción asignada con la entrega
de las más elevadas bendiciones.
Tajeando el espesor de las tinieblas
está el pilar de su presencia en fuego.
Marchamos por las senda angosta y recta
y queremos seguir sordos y ciegos
a todo lo que estorbe nuestra meta.
América jadea bajo una falsa calma.
Europa arrulla al vicio con un cantar obsceno.
Asia y África claman por arroz y paz.
Corre sangre en las tierras que pisó el Nazareno.
Donde hay banderas rojas Dios no se nombra más.
Ya Nisán y su luna volverán pocas veces
antes del día grande de la liberación,
cuando crucemos juntos, con temblorosas preces,
Un “Mar Rojo” de sangre, llamado Armagedón.
Álef Guímel
Pensé en uds y me sentí a su lado sin largas distancias de por medio...es que los llevo en mi…esta es otra bendición que agradecer al rescate pagado por nosotros: esta maravillosa hermandad mundial unida por amor…a Jehová, a Cristo y su pueblo fiel.
Nuestra sinceridad, como el pan ácimo,
sin leudados dobleces se despliega.
Hierbas amargas de tribulaciones
son porción asignada con la entrega
de las más elevadas bendiciones.
“Las más elevadas bendiciones”…las presentes y futuras…las que no serían posibles si Cristo no nos hubiera amado hasta el fin en fidelidad. Ese amor leal nos tranquiliza en cualquier angustia, como Jesús mismo dijo: “No se les perturbe el corazón. Ejerzan fe en Dios, ejerzan fe también en mí.” (Juan 14:1)
Sí…hay tanto que agradecer, tanto en qué meditar…a uds sin duda les pasa igual….miren si pudiéramos juntarnos y conversar bajo esta luna llena!...ahhhh!!!...ya falta poco para que podamos hacerlo…
Un abrazo sentido lleno de gratitud y amor fraternal para cada uno…