lunes, 20 de mayo de 2024

La Neurona perdida

Se ha perdido la única Neurona que me quedaba. Y no la puedo encontrar. La última vez que hablamos estaba muy cansada, decía que no tenía energía ni para pensar. Antes de eso andaba saltando de un tema a otro como una pulga saltarina e inquieta que no se podía concentrar.

Dicen que el cerebro humano contiene alrededor de 100 mil millones de neuronas. Después de 31 años de plagas y desgaste constante me quedó una nomás. Bueno, deduzco su existencia aún en el hecho de que existo. Pero seguro que neurona motora no es. El cuerpo sin responder, como con una pseudoparálisis por la Miastenia Grave da fe de eso. Sí, ya sé, lo que se rompe ahí es la conexión en la placa motora o unión neuromuscular. Bueno, a los efectos, lo mismo el cuerpo no responde. No hay fuerzas. Cuanto más intento andar, menos responde.

Esa Neurona debe andar escondida por ahí, quizás detrás de algún poema que intenta escribir y quiere estar tranquila. O capaz la superó el dolor de todo este tiempo de angustias y quiere un poco de tiempo para procesar todo.

Para que no esté tan triste le había puesto una flores en sus axomas y dendritas que parecen largos cabellos extendidos en la vastedad del cerebro. Bueno, no es que mi cerebro sea muy vasto que digamos, pero para el tamaño de una neurona un centímetro de espacio ya es muy extenso.

Necesito encontrarla para que me ayude a hacer aunque sea algo de todo lo suele ser mi limitada rutina: cuidar a mamá, día y noche, tratar de ayudar en algo a Waldo que lleva el mayor peso de atendernos y velar por nuestra familia; pequeñas tareas domésticas entre descansos, pasar un tiempo junto a las chicas cuando bajan; cuidar a los mininos y mimarlos, leer y estudiar de a ratos (todo agota), hacer alguna tarjeta para animar y compartirla, escribir para aliviar un poco el peso del corazón, etc, etc…en fin, es poco pero me consuela recordar que es mucho más de lo que podía hacer durante muchos años…así que…todo está bien… 

Voy a seguir buscando a mi Neurona, necesito escribir unas cartas para predicar, en español y en Braille, aunque sean breves, pero me hace falta su ayudita.

Sé que está escondida en algún rincón por eso aún respiro, aunque creo que ando por pura inercia y bondad inmerecida nomás, así que todo agradezco, el instante vivido, el amor entregado, el cariño recibido, la esperanza anclada en el alma, los sueños que no se apagan y las ganas de seguir, aunque el cuerpo se olvide de funcionar…y aún busque la neurona que se escondió…

Nancy
20-5-24