No sé explicar esta fascinación por ti, ni si evocas algún recuerdo archivado en los estantes polvorientos de la memoria…
Eres uno de esos objetos especiales para mi que sólo verlos despiertan algo muy adentro y no puedo evitar quedar un poco tildada mirándolos: el timón de un barco, un ancla, un faro, una brújula…y tú…un reloj de arena…
¿Por qué? No sé. Espero que no tenga alguna explicación grave en Psicología. Recién, al escribirlos, me doy cuenta que los 5 están relacionados con el mar…ya que tú: Reloj de Arena, eres mencionado originalmente en las bitácoras de los barcos de la Europa medieval.
No eres sólo un objeto inerte, la arena filtrándose de una de tus burbujas de vidrio a la otra son un recordatorio constante del paso del tiempo, del paso de nuestros días, que se escurren como tu arena, sin poder detenerlas. Eres una invitación a la reflexión, a mirar hacia adentro y ver cómo estamos viviendo, cómo estamos usando la arena que nos queda…
Y también eres una invitación a mirar hacia arriba, en busca del Excelso: el Señor del Tiempo: Jehová…
Qué gran consuelo es a nuestra pequeñez humana, saber que, por más efímeros que sean nuestros días ahora, no pasan desapercibidos ante su mirada tierna, que le importamos, por eso nos enseña el camino por dónde debemos andar, para evitar desperdiciar nuestra arena en esfuerzos vanos, sino vivir conforme a lo que espera de nosotros y tener la bendición de que nuestros nombres sean anotados en las páginas del Libro de la Vida, que nos asegura que nuestra arena sea eterna…
Mientras te escribo voy descifrando por qué eres tan especial…sé que, humanamente, la arena que queda en mi reloj puede ser muy escasa…pero también sé, que tengo la esperanza firme, que un día, cuando el Amo del Tiempo te de vueltas, no te acabarás nunca…
"Sé que su mandamiento significa vida eterna."
(Juan 12:50)
Nancy
23-2-2025