domingo, 23 de febrero de 2025

Reloj de Arena

 


No sé explicar esta fascinación por ti, ni si evocas algún recuerdo archivado en los estantes polvorientos de la memoria…

Eres uno de esos objetos especiales para mi que sólo verlos despiertan algo muy adentro y no puedo evitar quedar un poco tildada mirándolos: el timón de un barco, un ancla, un faro, una brújula…y tú…un reloj de arena…

¿Por qué? No sé. Espero que no tenga alguna explicación grave en Psicología. Recién, al escribirlos, me doy cuenta que los 5 están relacionados con el mar…ya que tú: Reloj de Arena, eres mencionado originalmente en las bitácoras de los barcos de la Europa medieval. 

No eres sólo un objeto inerte, la arena filtrándose de una de tus burbujas de vidrio a la otra son un recordatorio constante del paso del tiempo, del paso de nuestros días, que se escurren como tu arena, sin poder detenerlas. Eres una invitación a la reflexión, a mirar hacia adentro y ver cómo estamos viviendo, cómo estamos usando la arena que nos queda…

Y también eres una invitación a mirar hacia arriba, en busca del Excelso: el Señor del Tiempo: Jehová…
Qué gran consuelo es a nuestra pequeñez humana, saber que, por más efímeros que sean nuestros días ahora, no pasan desapercibidos ante su mirada tierna, que le importamos, por eso nos enseña el camino por dónde debemos andar, para evitar desperdiciar nuestra arena en esfuerzos vanos, sino vivir conforme a lo que espera de nosotros y tener la bendición de que nuestros nombres sean anotados en las páginas del Libro de la Vida, que nos asegura que nuestra arena sea eterna…

Mientras te escribo voy descifrando por qué eres tan especial…sé que, humanamente, la arena que queda en mi reloj puede ser muy escasa…pero también sé, que tengo la esperanza firme, que un día, cuando el Amo del Tiempo te de vueltas, no te acabarás nunca…


"Sé que su mandamiento significa vida eterna."
(Juan 12:50)


Nancy
23-2-2025


Palmera

 


Esbelta y erguida, con tu melena verde al viento, pareciera que te ríes de las tormentas. 
No sé cuántos años tienes, ni quién te puso aquí, en la que ahora es nuestra vereda.

Hay tantas cosas que quisiera saber de ti, tantas cosas que tienes que enseñarme...
He visto a la brisa jugar contigo, pareciera que bailas feliz cuando se filtra entre tus largas hojas...
He visto cómo das cobijo y alimento a tantos pájaros, tus frutos son un festín siempre a mano en las alturas...

No sé por cuántos años has estado regalando tus frutos...
Sólo sé que el viento fuerte no te doblega, que el sol bravío no ha frenado tu generoso dar, que no hay tormentas que impidan que te vistas de flores en la adversidad...
(Salmo 92:12)

Sí...eso y mucho más son algunas de las sabias lecciones que, aferrada a tu suelo, en silencio, a diario, nos das...

Nancy







Certeza...

 


Tormenta...


Domingo en la mañana...
La tormenta arrecia...
el suelo saturado no sabe
qué hacer con tanta agua...
Los árboles del patio
se mecen al compás del viento...
Los mininos de la casa
duermen protegidos, sosegados,
hasta que un fuerte trueno
los inquieta...
Miro por el ventanal,
de a poco va calmando
la furia del vendaval...
No sé dónde se escondieron
los pájaros, ojalá el viento
no haya desprendido ningún nido...
Otro trueno muy fuerte...
los mininos se asustan,
duermen un sueño inquieto
hasta que pasen las descargas...
He dejado todo a mano
para leer y tejer de ratos.
Preparo la medicación para el día:
son tantos y variados
que es mejor organizarlos,
la memoria falla y busco
formas de ayudarla...
Mientras, escribo este momento,
de tormenta, viento
y de a ratos breve sosiego,
tan parecido a la vida misma:
ya parece una tormenta de estío,
cada día...
de estos últimos días...
Nancy
26-1-25


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