Han pasado tantas cosas en poco tiempo que cuesta encontrar una punta a la madeja para contar el hilo de la historia. Así que trataré de ser lo más breve y concisa para no divagar en la nebulosa en la que anda flotando mi mente…
PARTE MÉDICO
Desde hace un mes que estoy batallando con otro diagnóstico que se sumó a la larga lista de antecedentes: una Trombosis venosa profunda en la pierna izquierda (TVP). Fue traumático el día que llevé al médico los resultados de los estudios pues no me dejó regresar a casa, sino que desde allí hizo llamar a una ambulancia para que me lleven de urgencias al Hospital. Waldo fue a casa a buscar ropa mientras yo llamaba a una amiga para que quede con mamá y coordinábamos con Damy, nuestra hija, sobre cómo nos organizaríamos ese día.
En el hospital, como siempre, no pudieron ponerme suero porque mis venas se rompen apenas las tocan. Les avisé para que me no torturen, pero nada. Tuve hasta hace poco los hematomas y el dolor terrible en el brazo, (sólo podían ponerme en el brazo izquierdo, porque en el derecho hay una estenosis severa de la arteria subclavia y no se puede tocar). Las patologías de base que tengo son muy raras y por lo general no saben qué hacer conmigo, cualquier cosa que me den puede empeorar la Miastenia y todo lo demás. Así que luego de estar casi todo el día en la guardia del hospital, me mandaron a casa a ver al Cardiólogo que me atiende para que indique el tratamiento. Desde entonces tomo anticoagulantes, será por un año dijo el doctor.
Todo lo demás sigue su progreso y se hace sentir: cada vez más limitada en todo y hasta las tareas más sencillas requieren mucho esfuerzo. Hasta la mente siente la fatiga y me cuesta mucho hilvanar las ideas y procesar las cosas. Esta semana empezaremos trámites para buscar la ayuda que necesitamos: cuidadora o acompañante terapéutico y otro tipo de asistencias. A ver si se puede, cada vez hay menos asistencia por discapacidad aquí…
CONMEMORACIÓN
Gracias a Jehová pudimos asistir y llevar a mamá, fue la primera vez en mucho tiempo que pudo ir, está muy delicada, pero estuvo feliz. A mí me dolía cada célula y no podía mantenerme en pie, pero disfrutamos mucho de estar allí en esa noche tan sagrada junto a la familia.
Otro motivo de alegría fue que se usó para la ocasión el mantel que tejí. Ese mantel tiene su propia historia para contar en otro capítulo.
Y aunque felices y llenos de motivos para estar agradecidos, no podía evitar la tristeza de que haya sido la primera Conmemoración sin papá. En unos días, el 17, se hará un año desde que se durmió. Ha sido un año muy difícil emocionalmente. Cuando la angustia quiere ganar terreno, cuánto consuela Jehová al derramarle el corazón en oración.
UN NUEVO LIBRO POR PUBLICAR
Aparte de todas nuestras actividades teocráticas, hay algunas cosas que me ayudan a sobrellevar las espinas: tejer a crochet, hacer artesanías, bijou, tarjetas con textos, intentar aprender piano…y escribir…
Y felizmente ya podemos anunciar que en la primera semana de mayo ya estará disponible una Antología que escribimos junto a hermanos y amigos, somos 13 escritores así que lleva el título “Trece plumas y un Tintero”, haciendo alusión a que lo que escribimos nace de nuestro amor a Jehová y la esperanza que nos une. Es un libro de 120 páginas que contiene poesías, cuentos y prosa. Les dejo aquí un breve video sobre él.
Esto a muy grandes rasgos ha sigo algo de lo que vivimos este tiempo. Hay muchísimo sin contar porque sería de más extenso. Nada ha sido fácil, y vemos como los años también nos van sumando dificultades. Waldo mismo está más limitado y se le hace más difícil hacer todos los trámites periódicos que conllevan nuestras circunstancias. Muchas veces tenemos que luchar con las inquietudes que a raíz de eso nos asaltan: ¿cómo vamos a seguir? ¿quién podrá ayudarnos (dijera el Chapulín)…
Y cada vez que pasa eso siento como si escuchara la voz de Jehová decirle a Moisés: “¿Acaso hay límites para la mano de Jehová? (Números 11:23).
Sí, todo se pone en perspectiva al recordar que no hay nada imposible para Él y que su amor leal por sus siervos es inmenso. Eso nos estabiliza y ayuda a seguir adelante con ánimo, porque no vamos solos por el camino, porque Jehová sigue sosteniendo y llevándonos sobre alas de águila. (Deuteronomio 32:11)