
Quisiera poder contarles algo bonito y especial, algo que haya brillado con luz propia estos días y le haya ganado espacio a los grises del cuadro…pero tal vez estoy demasiado agotada (física…y mentalmente), y me quedo tildada en imágenes difusas que no alcanzo a describir. Sí, de seguro están allí, en algún rincón del pensamiento, sólo que por ahora están perezosas y no quieren que las palabras las dibujen y muestren…uhmmmm…pero ya aparecerán. Siempre hay buenos momentos, cosas gratas que recordar y compartir, por más sombríos que hayan sido los días.
Sí…algo feliz fue el poder estar ayer (22/11) en la reunión luego de una semana llena de salidas de emergencias a médicos, estudios, complicaciones y agujas malas que dejan dolorosos hematomas. Lamenté no haber podido asistir los días pasados, incluso el sábado anterior que se trató ese estudio tan animador sobre Jehová en su faceta de amoroso Libertador (W 15/09/08 pág 7 ). Esa tarde, ya era hora de salir y Waldo aún estaba a la espera de que termine de hablar con el médico para ver si me internaban de urgencias o no. Y aunque el Dr dijo que mejor fuera al sanatorio para observación, preferí seguir las demás instrucciones, tomar los remedios y quedarme quietita en cama y que mi esposo fuera nomás a la reunión, tiene el privilegio de conducir el estudio de La Atalaya y esto iba a perjudicar todo. Gracias a Jehová, no hizo falta internar, pero sigo en estudios para ver qué pasa y controlar complicaciones nuevas que surgieron, entre ellas, la presión arterial que de sólo estar se va a 17, 18 o 20, como esa noche.
¡Ah, sí! Algo muy bueno y positivo fue el “gran descubrimiento” que hice…(jeje…¡qué va a hacer!…soy tan lenta que una tortuga me gana por lejos hasta si de pensar se trata) . Lo comento aquí por si acaso le sea útil a alguien: recién me doy cuenta que en el CD Rom Watchtower Library no sólo está el libro del estudio de congregación, sino también, el “Enseña” y “Adoremos”, y todo lo que hace falta para conducir estudios, agrandándole bien la letra, ¡¡puedo leerlo bien!!. Así es que ahora la amorosa estudiante se sentará al lado de la compu y hasta la Biblia y los textos citados en el párrafo se leen ahora sin problema. Sí, es más agotador porque tengo que estar levantada y hablando (no es lo mismo que conducirlo desde la cama y juntar fuerzas para hablar)….pero es una ayuda enorme y estoy muy agradecida! Lamento no haberme dado cuenta antes.
Es maravilloso ver cómo Jehová mediante su Organización, atiende todas nuestras necesidades espirituales, algunas de ellas, como en este caso, aún antes de que surjan situaciones particulares que las hagan precisas o siquiera nos demos cuenta de que están disponibles. Sí, es otra caricia tranquilizadora de Jehová que transmite el mensaje: “Está todo bien, siempre hay una salida…”. Ha sido un gran consuelo.
Poco a poco las imágenes difusas del principio ya van tomando formas y colores definidos mientras les escribo…sí…siempre hay cosas bonitas para compartir, aunque sean detalles, pero que en su momento fueron gotitas de rocío refrescante. Como son por ejemplo, cada uno de los mensajes llenos de aprecio, cariño y estimulo que llegan de uds, con palabras y conceptos que quedan totalmente grandes, que conmueven por tanto amor a pesar de las distancias y de estar por ahora, en espera del primer abrazo en vivo y en directo, en la mayoría de los casos, en el Paraíso. Son motivo cotidiano para dar gracias a Jehová con el corazón estremecido.
Pero me da pena no poder responder individualmente y conversar largo y tendido como quisiera (las fuerzas físicas menguan cada día y el dolor aumenta).
Es gracioso, porque me quedo pensando en uds y les “respondo” mentalmente como si estuvieran aquí, y es tan real esa conversación que luego estoy segura de haberles escrito…y no…fue un diálogo en el pensamiento. Pero están allí…siempre. Y en el corazón. Y las palabras de Filipenses 1:3-4 expresan de la mejor manera el sentimiento: “Siempre doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes en todo ruego mío por todos ustedes.”
Y siguen definiéndose las imágenes de los buenos momentos: Damita estudiando sus lecciones en el piano (un tapete grande tejido a crochet mientras pude, con una ave del paraíso en el centro y flores a los costados lo viste). Waldo en el escritorio preparando un discurso, y yo de mudanza en una reposera y respirador al lado, dando gracias por los momentos cotidianos. Sí, tal vez sea demasiado sencillo. Pero el tiempo pasa tan rápido, se escurre como agua entre los dedos, y eso pequeño, pronto es recuerdo y es bueno haberlo disfrutado y expresar el cariño en toda ocasión posible. No sólo la escena del mundo está cambiando, sino nuestras propias vidas, cada día y qué bueno llegar al final de la jornada y al menos, al evaluarlo, saber que se dio lo mejor, aunque haya sido poco, pero lo mejor, en cada cosa vivida, ya sea en ministerio, trabajo, estudios, familia…afectos.
Sí, mi esfera es muy limitada, sólo situaciones simples dentro de casa, pero siempre hay oportunidades de aplicar el principio: “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.” (Colosenses 3:23).
Hablando de cosas simples, estos días recordé una pequeña anécdota de la niñez, cuando lloraba por haber cumplido 5 años…jaja...no…no es que me preocupara la vejez, al menos no la propia, ni preocupa ahora al contar mis primeros 44 años en estos días de noviembre. Pero mejor les cuento los detalles en medio de:
SUEÑOS Y OLAS
No sé qué sentimientos están urdiendo
los recuerdos esta noche en mí.
Mi soledad se acomodó a mi lado
y no ha dejado de hablarme de afectos añejos
que el tiempo en su destilería
hace más valiosos cada día.
Una continua sucesión de imágenes
me acercan bocados de nostalgia
que saben un poco a alegría,
un poco a tristeza,
cuando el alma los asimila.
Y de pronto me veo de pequeña,
desconsolada, llorando sentada en la acera
porque cinco años cumplía…
-“¿Por qué lloras?- preguntó mamá,
-“Pobrecito los cuatro…¿dónde quedarán?”- respondí.
Poco sabía entonces, pero tal vez lo intuía:
¡cuánto valor tiene el Tiempo bien vivido!,
cada instante, único e irrepetible,
va dejando una huella profunda,
mientras va acomodando los años y sus
recuerdos en el claro desván de la memoria,
y los arrulla y abriga
en el corazón, en cálido lecho.
No se van los años…se quedan en nosotros
tallando lo que somos.
No, amiga Soledad,no me hables de tristezas
y añoranzas por los sueños
que se escurrieron entre los dedos.
Déjame vislumbrar el tiempo
en que no suban al corazón
penas mudas que tratan de oprimirlo.
Déjame vivir este tiempo
con la serenidad azul
de la playa que sabe que las olas
que la besan, se van…pero regresan.
Dáleth
Septiembre 05
A veces pienso que todo esto que cuento aquí es demasiado simple siquiera para ser contado y que tal vez a nadie le interese. Sólo es un intento de compartir los sentimientos y si es posible, acercar una palabra de estimulo a alguien que también esté agobiado. A nadie le falta espinas en el camino, todos llevamos nuestro propio madero de tormento y necesitamos ánimo para seguir. Pero aunque tal vez en su caso, también piensen que en su día no haya habido cosas brillantes que sobresalgan, de seguro hubo detalles, gestos y momentos gratos que atesorar. Son como las flores silvestres a la orilla del camino, muy pequeñas y que tal vez no atraen la atención del caminante. Pero vistas en detalle…¡qué bellas son! ¡cuánto diseño y perfección!¡Cuánto amor reflejado en su creación!
Así también son a veces nuestros días, simples como las flores silvestres. Lo importante es seguir viviéndolos para Jehová y seguir pidiendo como el salmista: “Muéstra[nos] precisamente cómo contar nuestros días de tal manera que hagamos entrar un corazón de sabiduría.” (Salmo 90:12)
Quisiera caminar por un campo florido y recoger un ramo de esas flores silvestres, disfrutar de su perfume, ponerlas en un florero y adornar la casa.
Mientras tanto, al meditar en las muchas bendiciones de cada día, en cierto modo hacemos eso: recoger las flores con que Jehová alegra nuestros días, ¿verdad?
Un abrazo muy fuerte…y un ramito colorido y perfumado de flores silvestres…y olas que traen de regreso sueños por cumplir...ya muy pronto...
Con cariño
Nancy