Parece que el disco duro de mi cerebro está rayado…la Neuronita se pierde con más frecuencia y está costando mucho trabajo enhebrar las palabras para bordarlas sobre este lienzo virtual.
Así es que la pondremos a trabajar con más esmero para poder compartir algo de lo que estos días trajeron.
No he vuelto a los controles médicos de rutina, salvo al dermatólogo, quien finalmente constató que las lesiones en la pierna son por una Vasculitis: una inflamación de vasos sanguíneos, es una enfermedad del colágeno asociada a las que tengo de base (Dermatopolimiositis y Arteritis de Takayasu). Me recetó una crema para hacer preparar en la farmacia, ya no sangran, al fin están cicatrizando.
Ha habido cambios de clima muy bruscos y le afectan mucho a mis músculos, estoy más quietita y con más dolor pero sé que esto es así. Sólo en el Paraíso no habrá más dolor.
Me está preocupando la dificultad para concentrarme y pérdida de memoria reciente, me olvido de todo, parece que la mente también está agotada y ha quedado con pocas pilas.
Mi mami fue ayer al Sanatorio cercano donde suelo estar internada o ir a la sala de emergencias. Fue a que le recetaran unos remedios que no deben faltarle. Mientras le hacía la receta la Doctora que la atendió la miraba como queriendo preguntarle algo hasta que finalmente lo hizo:
- ¿Y su hija?, preguntó.
A lo cual mamá le comentó todo lo que habíamos pasado últimamente y que a pesar de todo ahora estaba mejor, que ya uso el respirador menos tiempo y hasta caminé unas cuadras.
-“¡Es un milagro!....¡Eso sólo puede ser un milagro!”, exclamó poniéndose la mano en el pecho.
“Yo no le daba ni días de vida a Nancy la última vez que la vi, si ya no podía ni respirar…”
Tenía miedo de preguntar porque suponía que yo ya no estaba.
Cuando me contó eso sentí una mezcla de emociones: inmensa gratitud por estar viva, angustia por los duros momentos vividos y la necesidad de hacer más para dar gracias por permitirme estar aquí y haber mejorado. Siento que nada de lo que pueda hacer alcanzará para agradecer la bondad inmerecida que Jehová nos mostró. Y a la vez, sé que Él valora nuestros esfuerzos por servirle con todo el corazón aunque lo que uno pueda darle no sea todo cuánto quisiéramos dar.
Estos días se ha abierto una herida muy grande en el corazón que lleva el nombre de: Japón, que se suma al dolor por Sumatra, Haití y Chile. Ya no puedo ver las noticias, me afectan demasiado, sólo podemos orar todo el tiempo por los hermanos de allí y por tantos que están sufriendo…que encuentren consuelo refugiándose en Jehová. Uno sabe lo que está escrito, pero no deja de doler en lo más hondo la angustia que se está viviendo, sí, como predijo Cristo: ´angustia de naciones, por no conocer la salida´. (Lucas 21:25).
Y cuanto agradecemos el poder vislumbrar la esperanza detrás del dolor al saber que: “cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.” (Lucas 21:31)
Sigo extrañando a mi querida Lira (Álef Guímel), esa amiga del alma que descansa de sus labores hasta que Jehová la llame a la vida. Habrá tanto que contarle cuando vuelva…quisiera regalarle unas cartas cuando despierte, cartas que le cuenten cuánto la extrañábamos y recordábamos…
Cartas por Entregar:
Falta un día menos…
Mi querida Lira:
Sigue pasando el tiempo en este sistema que deshoja sus últimos días. Tu ausencia sigue doliendo y cuánta falta me haces para poder acomodar las ideas y el sentimiento ante tantas cosas que a veces no logro asimilar. Siempre tenías la palabra justa, el principio envuelto, la experiencia oportuna y ese toque de humor con que pincelabas hasta tus más dulces poesías.
Habrá tantas pero tantas cosas para contarte cuando regreses…así es que mejor iré haciendo un breve ayuda memoria mientras escribo estas líneas de nostalgias cargadas.
¿Sabes? La Tierra está abrumada de tanto abuso por el hombre cometido, está lastimada, su agua escasea y la que queda es ensuciada día a día, sin contar las grandes manchas de petróleo que engangrenan el océano.
El mar está agitado, su fondo se sacude con violencia y sus olas desbordan los límites establecidos, desoyendo el mandato del Supremo: “Hasta aquí puedes venir, y no más allá; y aquí quedan limitadas tus orgullosas olas’.” (Job 38:11)
Sí, lo sé, todo esto es parte del cuadro sombrío que precede a la radiante vida que realmente lo es. Lo sé. Y también son muestras de lo frágiles que somos y que no tenemos manera de tener esperanza y seguir vivos más que aferrándonos a Jehová, con más fuerza cuanto más intensa la angustia.
Desde el 2009 tenemos un nuevo libro de cánticos, son hermosos, sé que los habrías disfrutado profundamente. Tienen una poesía bellísima que expresa el propio sentir de la mejor manera. Hay cánticos que no los puedo cantar…los lloro…realmente conmueven el corazón, que se estremece agradecido al Dador de toda dádiva buena y don perfecto, entre ellos, la música y la poesía que cantamos con amor.
Cuando vuelvas, tus oídos sanos podrán disfrutar de manera especial todas las melodías que llenarán el aire del Paraíso.
Gracias a Jehová seguimos juntos en familia adorándolo cada día. Damita lleva más de dos años sirviendo de precursora regular y sigue deleitándonos con las notas de su piano. Waldo sigue ministrando fielmente a los hermanos de nuestra congregación mientras reparte su tiempo entre el trabajo, las tareas de la casa que comparten con Damita, el atender los problemas de salud y sus responsabilidades de anciano.
Mis padres están envejecidos, los años se llevaron su vigor físico pero siguen aferrados a Jehová que los sustenta en su vejez.
Cuando releo tus cartas y escritos, sigo encontrándome en tus palabras y es como si no te hubieras ido. Aunque duermes, tus pensamientos y sentir viven y siguen tocando tantos corazones que esperan conocerte…
Escribirte siempre ha sido un bálsamo, parece que el corazón aligera su carga al volcarlas en palabras.
Uno de esos cánticos que hacen difícil contener las lágrimas, es este que te dejo aquí, es el Nº 111: “Llamaré”, en parte dice así:
Aun si se van, Jehová no olvidará
a sus amigos nunca.
Pronto vendrá el día en que saldrán
de sus oscuras tumbas;
vida gozarán por la eternidad
como prometió Jehová:
(ESTRIBILLO)
“Llamaré tu nombre ansioso,
y tú me responderás.
La obra de mis manos
eres tú. ¡Despierta ya!”.
Nuestro Dios está anhelante
por volver a contemplar
a sus amados hijos,
quienes ya no morirán.
*** sn cántico 111 Llamaré ***
Sí, “Jehová no olvidará a sus amigos nunca.”
Yo tampoco te olvido…
Ya falta un día menos…
Con el amor de siempre
Nancy
19 de Marzo de 2011
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Antes de terminar este mensaje quería mostrarles una pequeña travesura tejida: un cactus tejido a crochet. La foto no es muy nítida, pero espero se entienda. Nuestro querido amigo José Santos escribió un poema precioso a modo de comentario en la entrada anterior, algunas de sus palabras acompañan la foto:
Ahora sí, ya la Neuronita no logra encenderse así es que la vamos a dejar descansar por ahora…
Gracias queridos amigos, por acompañarme cada día y permitirme compartir los sentimientos, los quiero mucho…