domingo, 17 de abril de 2011

Conmemoración


Ya es la madrugada de un día muy especial. Sólo vine a traerte un poema mientras preparamos el corazón para esta:


Conmemoración


Nisán trae ecos de sucesos
que brillan con luz propia
y el velo del tiempo que ha pasado
no puede ocultarlo.
Una luna llena de su día catorce
miraba atenta a lo que en la tierra ocurría.


En Egipto el ángel pasa,
no exige la vida de primogénitos
que detrás de dinteles marcados con sangre
obedecían y oraban a su Gran Libertador.
El pan de la aflicción y verduras amargas
fue su porción, no sabían
que la sangre de ese cordero señalaba
a una liberación mayor.


Los siglos pasaron hasta el Nisán
que vio al Cordero que el pecado del mundo
quita derramar la sangre preciosa
que tu vida y la mía compró.
Esa luna llena miraba atenta
a lo que ocurría en la tierra.
Los ángeles y el Padre amado
al Mesías miraban con ojos llenos de amor.


En Getsemaní el Maestro oraba
con el alma hondamente contristada:
sobre sí pendía el Nombre del Padre,
la paz del universo,
y la salvación de la humanidad.
¡Con razón sus lágrimas vertidas
se tornaban en gotas de sangre,
gotas de precioso rubí!

¡Cuánto dolor sufrido por el Cristo
y por el Padre ante muerte tan atroz!

El pan de la aflicción y verduras amargas
son hoy también nuestra porción,
vendidos a cruel imperfección…
¡Cuánto te agradecemos
por darnos al Redentor!

Ayúdanos amado Dios a no fallarte
y vivir cada día buscando tu aprobación.
Que sigamos los pasos del Dechado
con total sujeción, que sus pensamientos
sean los nuestros y vivamos
por el que murió y fue levantado,
a quien recordamos
con el corazón de amor colmado
y el alma arrodillada,
mientras te damos gracias
por esta Conmemoración.


Dáleth

17 de Abril de 2011





jueves, 14 de abril de 2011

"La suma de todo lo que perdura y vale..."





Estos días de actividad aumentada son muy emocionantes. De distintos lugares del mundo llegan mensajes llenos de entusiasmo contando cómo se han sumado al arreglo de precursor auxiliar por 30 horas este mes, los ajustes y esfuerzos por lograrlo, es muy estimulante. Muchos han expresado que lo sienten como un mimo, una caricia de Jehová. Soy del mismo sentir.

Por aquí seguimos esforzándonos, es increíble que con tan sólo escribir todos los días termine tan agotada cuando termina día. Pero estoy muy feliz y agradecida de  acercar mi granito de arena y poder formar parte de este capítulo en la historia teocrática en que se está cubriendo a la tierra con un manto de alabanzas.

Claro, lo que doy no es lo que quisiera: me gustaría poder salir cada día de casa en casa y acompañar a la familia y hermanos de todo el mundo. Pero bueno, ruego poder llegar al corazón de las personas a las que les estoy escribiendo y ayudar a alguien a conocer a Jehová.

La semana pasada fue muy especial. Tuvimos la visita de nuestro Superintendente de Circuito, nuestros queridos Omar y Susana y también la compañía de un matrimonio de precursores especiales: Gerardo y Loreto.

Fue una bendición muy grande poder estar en la reunión de precursores regulares y auxiliares, que por esta vez, pudimos estar la reunión completa juntos. Algunos no pudieron estar por los horarios de trabajo por eso no aparecen todos en la foto adjunta.

En nuestra congregación hay 5 precursores regulares y este mes 44 tomamos el precursorado auxiliar, incluidos los 5 ancianos y sus familias. Es un clima especial, un hervidero de actividad, como hormiguitas trabajadoras.

¡Cuán acompañados se sentirán este tiempo quienes sirven con constancia como precursores especiales!
Pensando en los hermanos que nos visitaron y en tantos hermanos amados que sirven en esa asignación, escribí esto:


Precursores Especiales


Atrás dejaron su tierra y sus parientes.
Una vida cómoda cambiaron
por otra de abnegación.
Al igual que María en el pasado
ellos también escogieron
la buena porción.

Vinieron con las manos de semillas llenas,
abren surcos, riegan su parcela asignada
con el agua que vida eterna da.
Y si la nostalgia muerde,
también la riegan con
salobres lágrimas de amor.

Gracias amados,
por su trabajo fiel
en cualquier cosa
que para los hermanos hacen,
aún siendo extraños,
dan testimonio de su amor
delante de la congregación.
(3 Juan 5-6)

El Supremo desde las alturas ve,
el Cristo a su lado complacido está:
sus leales en la tierra anuncian
su Reino inminente ya.

No escatiman esfuerzos,
no los detiene el sol abrasador,
no hay gélido invierno
que apague el fuego de su amor.

Su esperanza segura está:
´Jehová no podrá menos
que guiarlos constantemente
y satisfacer su alma
aun en una tierra abrasada,
como jardín bien regado
tendrán que llegar a ser.´
(Isaías 58:11)

Gracias por acudir al ruego
hecho al Amo de la mies
y usar sus mejores dones
en la siega que mucha es.

Sigan fieles, es poco el tiempo
que queda antes de ver
realizada la esperanza
a la que asieron su vida,
sus fuerzas y corazón.

Nada los privará de su gozo
cuando entren en el Paraíso ansiado
rodeados de hijos espirituales,
credenciales vivas, fruto feliz
de sus manos llenas de semillas
tornadas entonces en gavillas
que el Padre tierno a su tiempo
hizo crecer, mientras ustedes
seguían fieles tras las huellas
profundas que el Hijo marcó.

Jehová bendiga cada día su labor.
Y que nosotros podamos suplirles
consuelo, gratitud y amor
por haber emprendido
esta senda de abnegación.


Dáleth
08 – 04 -11

 
 Sí, estamos muy agradecidos de contar con el amor y dedicación de estos queridos hermanos que dejan todo para dar más…
 
 
No quiero dejar de compartir pequeños detalles cotidianos, como los cactus a crochet que voy haciendo. Waldo me consiguió pequeñas vasijas de barro para ponerlos con arena, quedan más naturales y pintorescos, les dejo fotitos:
 



Y para concluir con una sonrisa, les dejo este Show de Lulita tomando sol, con su pancita al viento. Damita y yo le hablábamos y ella se retorcía mostrando su gatuna belleza:





Que Jehová bendiga los esfuerzos de todos por aumentar su alabanza y continuar con ánimo estos días previos al Paraíso…

miércoles, 30 de marzo de 2011

Un manto de alabanzas



Siempre dije que no sé qué dolió más cuando enfermé con todas estas cosas, 18 años atrás: si el dolor de la enfermedad en sí mismo, o el dolor de ver truncados los anhelos para nuestra familia: poder servir de precursores, los tres, durante todo lo que duren los días antes del Paraíso.

Waldo ya había servido unos nueve años de tiempo completo, incluso un año de precursor especial asignado a Potosí, Bolivia, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Mientras tanto, yo servía de precursora regular por aquí, del otro lado de la frontera dibujada en los mapas pero no en el sentir del pueblo del Altísimo a quien le pertenece tierra y mar.
Así es que el vivir como precursores en familia era lo que naturalmente anhelábamos. Ésa es una de las espinas más hondas que lleva clavada este cactus que les escribe.

Pero, Jehová mediante y sólo por su ayuda y poder, espero aunque sea servir de precursora auxiliar este mes de abril en que el requisito de horas será menor. Hasta hace contados meses parecía que la lucha por seguir viviendo estaba casi perdida. Por bondad inmerecida sigo aquí y he salido de ese tiempo tan crítico. Claro, no estoy curada, eso será en el Paraíso, pero estoy mejor y tengo mucho que agradecer.

Ya firmamos las solicitudes para el precursorado auxiliar en abril, así es que Waldo, mi mami y yo acompañaremos a Damita aunque sea este mes. Estoy buscando la manera de hacerlo, no será fácil porque no puedo salir de casa en casa, no puedo hablar más que unos minutos sin que me falte el aire y me agote, tampoco puedo sentarme bien a una mesa y escribir cartas porque parece que se desgarra la espalda al estar sentada en posición erguida, y escribir a mano es muy doloroso. Tampoco puedo moverme mucho, sólo guardo fuerzas para asistir a las reuniones todo lo posible, estos días el dolor en todo el cuerpo recrudeció, es que ya no estoy tomando corticoides y otras cositas que amordazaban un poco los síntomas.

Así es que…¡tendrá que ser un territorio online: cartas virtuales, por correo electrónico! ¡Sí! Eso sí puedo hacer desde mi rincón. Ya estoy haciendo una lista de personas a quienes escribir, entre ellos, médicos y pacientes que conocí en las internaciones y otros con enfermedades similares que también están luchando para seguir adelante y necesitan consuelo.

También espero seguir acompañando a Damita a un estudio suyo al que vamos en taxi y nos espera y estar en la predicación telefónica todo lo que pueda.

Oramos que Jehová bendiga los planes y nos dé las fuerzas para servirle. Y bendiga los esfuerzos de cada uno de sus siervos alrededor del mundo.

Este tiempo he andado tejiendo mucho y mi brazo ya no quiere moverse, lo siento como si estuviera en carne viva, como herida abierta que no sana aunque por fuera no se note nada. Pero descanso un poco y apenas puedo…¡sigo!

Le hice un saquito de media estación para Damita, no se notan los detalles en las fotos pero algo se ve:




Este mes de actividad aumentada a nivel mundial me recuerda a las vueltas finales que dieron los israelitas alrededor de Jericó y ese grito final justo antes de su desplome. ¿Cómo nos verán Jehová, Jesús y los ángeles en este tiempo? ¿Y a los amigos que aún estén vacilantes?

Es tiempo de definiciones, de extender:


Un manto de alabanzas


¿Cómo se ve desde las solemnes alturas
el trajín presuroso
de estos días plenos de actividad?
El tiempo se agota,
un mensaje urgente la tierra cruza,
las islas lo esparcen,
atraviesa montañas y mares
y a todo rincón llega el anuncio gozoso,
que trae consuelo, esperanza y paz:
El Cristo gobierna,
la hora señalada a las puertas está,
el Nombre Divino es santificado
por toda la eternidad,
Jehová vindica por siempre
su justa soberanía…
y tú…¿dónde estás?

Corta las amarras
que a este vano mundo te atan,
no permitas que efímeros espejismos
empañen tus ojos y no puedas ver
el Paraíso que ante ti está.
Tu Padre que mira desde el cielo
tu andar vacilante
tiene los brazos extendidos
con una prenda de misericordia
si tu corazón completo le das.
Se acaba el tiempo, todo lo muestra:
profecías que se cumplen
y este planeta que no da más.

Ven, cantemos felices
por el Reino que nos da Jehová.
Tejamos juntos un manto de alabanzas
que envuelva tierra y mar.

El tiempo se agota,
un mensaje urgente la tierra cruza,
las islas lo esparcen,
atraviesa montañas y mares
y a todo rincón llega el anuncio gozoso,
que trae consuelo, esperanza y paz…

Que así sea como nos vean
desde las solemnes alturas
el Rey de la Eternidad
y su Príncipe de Paz.


Dáleth
30 - 03 -11


Que Jehová bendiga todos los arreglos y esfuerzos de sus siervos de mar a mar y hasta los cabos de la tierra, y que al mirarnos su corazón se regocije y nos dé las fuerzas y su espíritu para sumar nuestra pequeña voz al coro universal que lo alaba con amor…

sábado, 19 de marzo de 2011

Cartas por entregar: Falta un día menos...



Parece que el disco duro de mi cerebro está rayado…la Neuronita se pierde con más frecuencia y está costando mucho trabajo enhebrar las palabras para bordarlas sobre este lienzo virtual.

Así es que la pondremos a trabajar con más esmero para poder compartir algo de lo que estos días trajeron.

No he vuelto a los controles médicos de rutina, salvo al dermatólogo, quien finalmente constató que las lesiones en la pierna son por una Vasculitis: una inflamación de vasos sanguíneos, es una enfermedad del colágeno asociada a las que tengo de base (Dermatopolimiositis y Arteritis de Takayasu). Me recetó una crema para hacer preparar en la farmacia, ya no sangran, al fin están cicatrizando.

Ha habido cambios de clima muy bruscos y le afectan mucho a mis músculos, estoy más quietita y con más dolor pero sé que esto es así. Sólo en el Paraíso no habrá más dolor.

Me está preocupando la dificultad para concentrarme y pérdida de memoria reciente, me olvido de todo, parece que la mente también está agotada y ha quedado con pocas pilas.

Mi mami fue ayer al Sanatorio cercano donde suelo estar internada o ir a la sala de emergencias. Fue a que le recetaran unos remedios que no deben faltarle. Mientras le hacía la receta la Doctora que la atendió la miraba como queriendo preguntarle algo hasta que finalmente lo hizo:

- ¿Y su hija?, preguntó.
A lo cual mamá le comentó todo lo que habíamos pasado últimamente y que a pesar de todo ahora estaba mejor, que ya uso el respirador menos tiempo y hasta caminé unas cuadras.

-“¡Es un milagro!....¡Eso sólo puede ser un milagro!”, exclamó poniéndose la mano en el pecho.

“Yo no le daba ni días de vida a Nancy la última vez que la vi, si ya no podía ni respirar…”
Tenía miedo de preguntar porque suponía que yo ya no estaba.
Cuando me contó eso sentí una mezcla de emociones: inmensa gratitud por estar viva, angustia por los duros momentos vividos y la necesidad de hacer más para dar gracias por permitirme estar aquí y haber mejorado. Siento que nada de lo que pueda hacer alcanzará para agradecer la bondad inmerecida que Jehová nos mostró. Y a la vez, sé que Él valora nuestros esfuerzos por servirle con todo el corazón aunque lo que uno pueda darle no sea todo cuánto quisiéramos dar.

Estos días se ha abierto una herida muy grande en el corazón que lleva el nombre de: Japón, que se suma al dolor por Sumatra, Haití y Chile. Ya no puedo ver las noticias, me afectan demasiado, sólo podemos orar todo el tiempo por los hermanos de allí y por tantos que están sufriendo…que encuentren consuelo refugiándose en Jehová. Uno sabe lo que está escrito, pero no deja de doler en lo más hondo la angustia que se está viviendo, sí, como predijo Cristo: ´angustia de naciones, por no conocer la salida´. (Lucas 21:25).

Y cuanto agradecemos el poder vislumbrar la esperanza detrás del dolor al saber que: “cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.” (Lucas 21:31)

Sigo extrañando a mi querida Lira (Álef Guímel), esa amiga del alma que descansa de sus labores hasta que Jehová la llame a la vida. Habrá tanto que contarle cuando vuelva…quisiera regalarle unas cartas cuando despierte, cartas que le cuenten cuánto la extrañábamos y recordábamos…

         Cartas por Entregar:

                             Falta un día menos…

Mi querida Lira:

 
     Sigue pasando el tiempo en este sistema que deshoja sus últimos días. Tu ausencia sigue doliendo y cuánta falta me haces para poder acomodar las ideas y el sentimiento ante tantas cosas que a veces no logro asimilar. Siempre tenías la palabra justa, el principio envuelto, la experiencia oportuna y ese toque de humor con que pincelabas hasta tus más dulces poesías.

Habrá tantas pero tantas cosas para contarte cuando regreses…así es que mejor iré haciendo un breve ayuda memoria mientras escribo estas líneas de nostalgias cargadas.

¿Sabes? La Tierra está abrumada de tanto abuso por el hombre cometido, está lastimada, su agua escasea y la que queda es ensuciada día a día, sin contar las grandes manchas de petróleo que engangrenan el océano.
El mar está agitado, su fondo se sacude con violencia y sus olas desbordan los límites establecidos, desoyendo el mandato del Supremo: “Hasta aquí puedes venir, y no más allá; y aquí quedan limitadas tus orgullosas olas’.” (Job 38:11)

Sí, lo sé, todo esto es parte del cuadro sombrío que precede a la radiante vida que realmente lo es. Lo sé. Y también son muestras de lo frágiles que somos y que no tenemos manera de tener esperanza y seguir vivos más que aferrándonos a Jehová, con más fuerza cuanto más intensa la angustia.
Desde el 2009 tenemos un nuevo libro de cánticos, son hermosos, sé que los habrías disfrutado profundamente. Tienen una poesía bellísima que expresa el propio sentir de la mejor manera. Hay cánticos que no los puedo cantar…los lloro…realmente conmueven el corazón, que se estremece agradecido al Dador de toda dádiva buena y don perfecto, entre ellos, la música y la poesía que cantamos con amor.
Cuando vuelvas, tus oídos sanos podrán disfrutar de manera especial todas las melodías que llenarán el aire del Paraíso.

 
Gracias a Jehová seguimos juntos en familia adorándolo cada día. Damita lleva más de dos años sirviendo de precursora regular y sigue deleitándonos con las notas de su piano. Waldo sigue ministrando fielmente a los hermanos de nuestra congregación mientras reparte su tiempo entre el trabajo, las tareas de la casa que comparten con Damita, el atender los problemas de salud y sus responsabilidades de anciano.
Mis padres están envejecidos, los años se llevaron su vigor físico pero siguen aferrados a Jehová que los sustenta en su vejez.

Cuando releo tus cartas y escritos, sigo encontrándome en tus palabras y es como si no te hubieras ido. Aunque duermes, tus pensamientos y sentir viven y siguen tocando tantos corazones que esperan conocerte…

Escribirte siempre ha sido un bálsamo, parece que el corazón aligera su carga al volcarlas en palabras.

Uno de esos cánticos que hacen difícil contener las lágrimas, es este que te dejo aquí, es el Nº 111: “Llamaré”, en parte dice así:

Aun si se van, Jehová no olvidará
a sus amigos nunca.
Pronto vendrá el día en que saldrán
de sus oscuras tumbas;
vida gozarán por la eternidad
como prometió Jehová:

(ESTRIBILLO)

“Llamaré tu nombre ansioso,
y tú me responderás.
La obra de mis manos
eres tú. ¡Despierta ya!”.
Nuestro Dios está anhelante
por volver a contemplar
a sus amados hijos,
quienes ya no morirán.

*** sn cántico 111 Llamaré ***


Sí, “Jehová no olvidará a sus amigos nunca.”

                             Yo tampoco te olvido…

                                                     Ya falta un día menos…

Con el amor de siempre

Nancy

19 de Marzo de 2011

*******************************************************

Antes de terminar este mensaje quería mostrarles una pequeña travesura tejida: un cactus tejido a crochet. La foto no es muy nítida, pero espero se entienda. Nuestro querido amigo José Santos escribió un poema precioso a modo de comentario en la entrada anterior, algunas de sus palabras acompañan la foto:






Ahora sí, ya la Neuronita no logra encenderse así es que la vamos a dejar descansar por ahora…
Gracias queridos amigos, por acompañarme cada día y permitirme compartir los sentimientos, los quiero mucho…

lunes, 7 de marzo de 2011

"Asamblea"







¡¡Síiii!! Gracias a Jehová pude asistir a nuestro Día Especial de Asamblea y estar junto a mi familia y los amados hermanos en esta gozosa ocasión.


Estaba tan expectante que al final no pude dormir ni un minuto la noche anterior, siempre lucho con el insomnio pero esa noche no dormí nada de nada, y cuánto más pensaba en dormir para estar bien al día siguiente parece que menos podía relajarme. Así es que luego oraba para poder estar atenta y absorber todo y que no me gane el agotamiento.
La congregación siempre hace arreglos y contrata un ómnibus para que nos lleve ya que la asamblea se hace en un centro deportivo de alto rendimiento alejado de la ciudad, al pie de los cerros. El predio en total abarca 8 hectáreas, es un paisaje precioso enmarcado por la bella creación de Jehová.
En el viaje, mirando por la ventanilla pensaba:

- Ahora no me quedé llorando en casa al oír que se iba el ómnibus con la familia y los hermanos…gracias Jehová por poder ir…

Fue una emoción muy grande reencontrarnos con tantos hermanos y amigos amados. Una hermana muy querida de nuestra anterior congregación que fue a verme al hospital, me vio y simplemente fue abrazarnos y llorar por largo tiempo. Había muchas cosas en ese llanto: no sólo el gozo de estar juntas nuevamente en una asamblea (parecía que ya no podría volver), la ausencia de su esposo, un querido hermano que falleció poco tiempo atrás, las muchas adversidades de cada una y la felicidad de seguir perseverando en el camino por la vida.
Sí. Hay muchas historias detrás de cada abrazo y cada lágrima sentida que riega el fraternal amor que nos une a nuestros hermanos.

Fue hermoso poder saludar y abrazar a las muchas hermanas que hicieron tres turnos diarios para cuidarme en el hospital, a algunas no las conocía de antes y lo mismo se ofrecieron cuando se hicieron los arreglos de cuidadoras, decían que no podían creer de verme así….¡y yo tampoco! Les agradecí nuevamente por su cuidado amoroso, segura de que “Jehová es quien pagará a cada cual su propia justicia y su propia fidelidad. “(1 Samuel 26:23)

¡Cuánto exquisito alimento espiritual! ¡Cuánto consuelo! Estamos muy agradecidos por esta bendita asamblea, por poder estar presente…¡y cantar!

Durante el programa hubo una fuerte tormenta que dificultó la salida pero hermanos amorosos nos ayudaron a llegar hasta el ómnibus y llegamos bien a casa.

Les dejo algunas fotitos. En una de ellas estoy tejiendo la remera que luego usé en la asamblea. El vestido de Damita y la mantilla blanca también las tejí. ¡Faltaba que le tejiera la corbata a Waldo!
Mi pierna empeoró y anoche ya sangraba en varias partes, la envolví con hielo y se alivió un poco. Espero ir mañana al médico. Sigo con hielo.

Pero nada quita el gozo de la:



Asamblea

Hermanos y amigos,
abrazos mezclados
entre risas y llanto.
Un gozoso murmullo
se escucha aún desde lejos…
son tus siervos reunidos
para adorarte, bendito Dios.

Se hace breve el tiempo
para expresar el afecto
y compartir lo vivido
desde la anterior asamblea.
Hay gozo por los que regresan
y dolor por los que cerraron sus ojos
hasta el día en que tú los llames
y vuelvan a la vida agradecidos
para adorarte, bendito Dios.

La música se prende del aire
y va a todo rincón,
ha sido hecha con amor:
maestros anónimos
su tiempo dedicaron
para confortar el espíritu,
para calmar el corazón…
para adorarte, bendito Dios.

Es momento de cantarte,
de sumar nuestra pequeña voz
al coro de multitudes reunidas
que alaba tu hermoso Nombre;
que silencioso tu enseñanza escucha;
que asiente la oración a Ti dirigida;
que deja sus angustias de lado
y está aquí…
para adorarte, bendito Dios.

Gracias Jehová por tus asambleas,
por el privilegio de servirte,
por el sacrificio de tu Hijo amado
que nos da la esperanza de vivir
por siempre bajo tu justo Reino.
Permítenos vivir nuestros días
para adorarte, bendito Dios.


Dáleth

7 – 3 - 11

 

Sí, será maravilloso seguir reuniéndonos en asambleas en el Paraíso…y encontrarnos allí…

sábado, 5 de marzo de 2011

"Nunca darse por vencidos"




Ya ha empezado a escurrirse el verano por estas sureñas latitudes. Parece que anda juntando sus últimos días de húmedo calor y los está acomodando en su mochila, alistándose para seguir su rumbo al norte.

Este año ha dejado muchas lluvias que terminaron en inundaciones, ríos crecidos y árboles caídos.
En casa seguimos remando de un modo u otro con diferentes complicaciones en la salud. Gracias a Jehová ya salimos del fondo del pozo y estoy más estable, pero son enfermedades que sólo en el Paraíso se curarán definitivamente y mientras tanto, siguen limitando y frenando tantas cosas que uno anhela hacer.
El clima ha contribuido a fuertes crisis alérgicas que lo tienen a uno como si tuviera varias gripes juntas así es que he tenido que tomar corticoides para aliviar un poco los síntomas y pueda juntar fuerzas para estar en nuestro Día Especial de Asambleas. El año pasado no pude asistir a ninguna asamblea así es que es una necesidad extra el estar presente.


Al fin fui al Dermatólogo por unas lesiones en la piel. Dijo que me pusiera una crema por unos 15 días y luego veríamos de hacer una biopsia, pero me hizo peor el remedio así es que tendré que ir cuanto antes, anoche no pude dormir, era desesperante la pierna afectada, si no hubiera sido que Waldo tenía que levantarse para ir a trabajar a las 4:40 a.m., le hubiera pedido que me lleve urgente a cualquier médico u hospital.

Waldo, Damita y mis padres también anduvieron por médicos y haciéndose estudios y tratamientos. ¡Hasta Lulita quedó con su colita sin movimiento por sus fracturas, pobrecita mi amor! Está un poco más delgada nuestra gatuna belleza y le ha quedado colgando un poco de su piel felina en la pancita, (el veterinario indicó que bajara de peso).

Estuvimos quedándonos después de las reuniones a ensayar los cánticos que se usarán el día de asamblea. ¡Me encantaron esos momentos extras de compañerismo con los hermanos! Claro, cantaba1 o 2 cánticos más o menos bien pero ya para el 3º no tenía aire. Pero descanso un poco y luego seguimos.
Esta va a ser la primera asamblea que vaya sin toda la farmacia a cuesta, siempre tenía que estar tomando casi a cada hora un remedio diferente. Sólo llevaría las gotitas homeopáticas y para la hipertensión si hace falta.

Espero también ir sin el respirador, aunque creo que hará falta pues sigo agotándome al hablar. Y aunque ya camino más pero tendré que llevar la silla de ruedas pues es largo el trecho hasta el auditorio y sobre todo, porque siempre en el camino uno va deteniéndose a saludar y conversar con todos los hermanos y amigos, y eso es lo que menos puedo: mantenerme parada en un solo lugar más que por unos minutos. Además, la silla de ruedas reclinable es mi camita móvil para aguantar todo el día levantada. Pero Waldo no puede manejarme, sigue muy dolorido de sus operaciones y no puede hacer fuerzas así es que algún hermano nos ayudará.


Estuve tejiendo varias cositas, entre ellas probé si podía hacer un Aljibe bebé, es decir, muy chiquito, con su baldecito y todo. ¡Y salió! Les dejo una foto, si comparan con los dedos se puede ver lo pequeño de su tamaño.



Y también una foto de mi rinconcito, todo el día estoy allí: en la silla de ruedas, en la cama y el respirador infaltable especialmente para dormir o mientras me acuesto a descansar.

En una de esas ansiadas cartas que Lira me enviaba desde su Montevideo natal, llegó esta ilustración. Ella la había visto en algún lugar y la fotocopió y escribió en unos breves versos lo que aquella graciosa imagen le transmitía…graciosa pero deja mucho en qué pensar…sí!...tenemos que ser como esa ranita que no se da por vencida y que, aún en el pico de la garza, le ciñe la garganta para que no la trague…¿verdad que muchas veces nos sentimos así?...

Dar clik sobre la imagen para ampliar y leer bien:
 


Otra vez me encontró la noche con un mensaje a medio escribir, habrá que hacer un esfuerzo extra para tratar de dormir y juntar fuerzas.

Ya hace rato que los pájaros se durmieron…voy a tratar de imitarlos… para descansar y despertar cantando…

sábado, 19 de febrero de 2011

Entre lluvia y tejidos...




Sigue muy lluvioso este verano. Los ríos de la provincia que estaban secos ahora ya casi desbordan de sus causes. Me preocupaba que los animalitos del campo y las montañas no tuvieran agüita para beber y ahora me preocupa que no vayan a ahogarse.
En fin, es sólo un ejemplo más del desequilibrio de los tiempos que vivimos.

Ya cambiaron todos los cables y postes telefónicos en cuatro manzanas a la redonda así es que ya puedo escribirles desde casa.
Gracias a Jehová la mejoría persiste y puedo asistir a todas las reuniones. A veces me animo a regresar caminando, sin la silla de ruedas, a veces puedo y otros necesito ayuda, son sólo unas cuatro cuadras desde casa al Salón.
Aunque mejoré mucho y ya camino un poco más, aún no puedo mantenerme parada, quieta en un solo lugar, por más de unos minutos, los músculos no me sostienen y se agotan. En el Salón voy saludando a todos y puedo detenerme a conversar porque hay sillas por todos lados y puedo sentarme a cada rato.
Aún persiste la pérdida de sangre digestiva baja, ya es algo crónico. Más adelante habrá que controlar de nuevo la anemia.

Estoy preparando unas tarjetitas para llevarles a los vecinos que siempre preguntaban por mí o venían a casa a verme, incluido un médico amigo que vive a una cuadra que siempre me atendió de urgencias desde niñita con las frecuentes crisis asmáticas de madrugada. Es médico clínico y cirujano, me operó varias veces, la primera vez a los ocho años de una apendicitis severa. Con el tiempo, fue él quien hizo la cesárea para que naciera Damita, él la recibió.
Y últimamente me aplicó las primeras diez inyecciones de hierro y no quiso cobrarnos. Se va a alegrar de verme mejorada.

Quiero visitar a los que viven cerca, regalarles una tarjetita de agradecimiento con algún texto (además de alguna literatura bíblica) y predicarles, como son conocidos puedo pedirles con confianza una silla para descansar mientras hablemos. Luego les contaré como va todo con la ayuda de Jehová.

Ya estoy dándole los retoques finales a otra remera tejida. Ya tendría que haberla terminado pero me entretuve viendo si me salían algunas cositas que nunca hice, unas artesanías, miniaturas en crochet. ¡Y salió! Bueno, recién estoy incursionando en ese tema y me encantó. Por ahora hice una cajita redonda y un aljibe (pozo de agua) con una enredadera con flores, todo al crochet. Les dejo fotitos del proceso. Se teje cada pieza por separado, luego se almidonan y dejan secar para endurecerlas y recién se arman. Estoy agradecida de haber podido hacerlas. En casa dicen que se venderían bien así es que espero preparar algunas. Espero les gusten:







Estos días de persistente lluvia me hicieron recordar un poema muy bello de Lira, si bien le habla a los niños en principio, nos viene muy bien a todos. Se lo pueden regalar a sus hijitos o los de su congregación o a ustedes mismos, son palabras y pensamientos que acarician el alma y elevan el pensamiento a las altas esferas celestiales, mientras conversamos en una:


Tarde lluviosa

La tarde es gris y llueve,
regaña sin cesar la voz del viento
No podrás ir al patio con tus chiches.
¿Verdad que sería lindo oír un cuento?
Pero mejor aún si es una historia
repasando las cosas que por ciertas
tienen vida y fulgor en la memoria.
Jesús amó a los niños;
en su ocupada vida de profeta
hubo lugar para ellos.
A gente que de él los apartaba
pensando que le hacían perder tiempo,
Jesús amablemente le decía:
“Dejen venir a mi a los pequeñuelos,
e imítenlos también si ustedes quieren
pertenecer al Reino de los cielos.”

Hubo niños, testigos oculares,
en las horas dramáticas, brillantes,
de todo su glorioso ministerio.
Se sintieron rodeados por sus brazos,
se apoyaron confiados en su pecho;
callaron para oír sus oraciones
y con sus padres el amén dijeron.
Hubo niños atentos escuchando
aquél Sermón del Monte que aún perdura
sentados frente a él en la ladera.
Su voz se amplificó en la hondura
entre una muchedumbre estremecida
que oyó un mensaje antes no igualado
conmoviendo la tierra adormecida.
Hubo niños de ojos deslumbrados
contemplando sus obras milagrosas
y comiendo del pan multiplicado.
Lo vieron devolver vista a los ciegos,
curar a los enfermos y aún más,
restaurar al inválido a quien dijo:
“Levanta la camilla en que te traen,
emprende tu camino y vete en paz”.
Entre la multitud emocionada
que vio abrirse una tumba allá en Betania
y a Lázaro saliendo entre sudarios
sin explicarse aquella escena extraña;
había niños también que atesoraron
ese raro recuerdo hasta la muerte,
y en sus años maduros lo narraron
vez tras vez con su deleite.
Lo vieron cabalgar sobre el pollino,
como rey fidedigno lo loaron;
creyeron que Jehová lo había enviado
y con ramas de palma lo alabaron.
Entendían tan bien sus enseñanzas
que Jesús lo admitió públicamente
dando gracias al Padre por los niños
que eran sabios, aún más que los sabios,
y excedían a muchos por prudentes.
Fue a la casa de Jairo sin tardanza
cuando su hijita enfermó de muerte.
Doce años tenía la pequeña.
El Cristo la encontró fría e inerte.
La multitud llorosa quedó afuera
levantando plañidos lastimeros.
Jesús tomó la mano de la niña
diciéndole a la vez: “Tál·i·tha cú·mi”;
“¡Arriba muchachita!” en arameo.

Suponte que hoy mismo tú estuvieras
en un trance mortal,
y una mano muy firme te levanta
y una voz amorosa de despierta,
liberando tu cuerpo de ese mal;
¿podrías olvidar ese momento,
o rehusar tu alabanza y tu obediencia
a un Dios de amor que no olvidó tu nombre
ni despreció el valor de tu existencia?
Sin duda, fueron muchos de esos niños
más tarde, los valiente misioneros
que persistieron en el curso bueno,
sin apartar sus pasos del camino
que marcara el preciado Nazareno.

¡Mira! No llueve más.
El sol entre las nubes se ha asomado.
Puedes salir al patio y mientras juegas,
piensa en aquellos niños del pasado.
Jesús reina en los cielos y su trono
de encuentra más allá de las estrellas.
Desde allí él ve lo grande y lo pequeño.
Él te conoce a ti, conoce a todos
los que hoy persisten en seguir sus huellas.


Mateo 19:13,14; Mateo 11:25; Mateo 14:21; Marcos 5:41

Álef Guímel

Del libro “Tiempo de Reunir Piedras”


¡Qué belleza de poema!.

Mientras estudiábamos el artículo de La Atalaya de esta semana, al hablar de Jesús y sus palabras a la hijita de Jairo, les dije a Waldo y Damita:

- “A mi también me dijo: “Tál·i·tha cú·mi”;
(“¡Arriba muchachita!” en arameo.)”



Sí, estoy muy agradecida por estos días, levantada del polvo.

Un abrazo muy fuerte salpicado de gotitas de lluvia…

martes, 8 de febrero de 2011

Extrañándolos...fotos y vivencias...



Martes 8 de Febrero

Al fin después de tanto tiempo puedo comunicarme con ustedes. Waldo me trajo a un ciber en taxi y se fue a hacer unos trámites mientras yo trato de ponerlos un poquito al día en esta ausencia involuntaria. Les dejo un mensaje que les escribí en compu el domingo contándoles lo que sucede, lo traje en un pen drive para traerles fotitos también:

Domingo 6 de Febrero

Extraño mucho comunicarme con ustedes. Ya van dos semanas que estamos sin teléfonos, y por ende, sin internet, en toda esta zona. El calor ha sido muy agobiante, el clima sigue cambiando, es otro síntoma de que el planeta tiene fiebre, y pasamos de sequía a demasiadas lluvias, caídas de granizo y fuertes vientos.

Esas fuertes tormentas han ocasionado caídas de árboles, los que, a su vez, al caer sobre tendidos de cables de electricidad y teléfonos han causado cortes de dichos servicios en distintos lugares de la ciudad.

Ésa es la razón por la que estamos incomunicados ya por dos semanas. La empresa de teléfonos está trabajando, están cambiando varios postes y haciendo un nuevo tendido de cables. Un poste a la vuelta de casa se incendió y tuvieron que venir los bomberos a apagarlo. Desde ese día no puedo comunicarme con ustedes. El ciber más cercano, a poco más de una cuadra, también está afectado y no funciona.

Así es que, hasta que arreglen todo, les iré escribiendo, a modo de diario para tenerlo listo para enviárselos apenas se pueda.

Han pasado muchas cosas todo este tiempo. Gracias a Jehová la salud sigue estable y puedo asistir a todas las reuniones, comentar, cantar y orar junto a mi familia y todos los queridos hermanos de nuestra congregación.

Estoy caminando más y cuando puedo voy caminando al Salón del Reino pero apoyándome en mi silla de ruedas, voy empujándola a la vez que me sirve de apoyo ya que tengo poca estabilidad y Waldo y Damita van uno de cada lado, listos para ayudarme. De tanto en tanto nos detenemos y me siento un rato para descansar y juntar fuerzas para el siguiente tramo.

Al principio me daba vergüenza salir así porque temía que quedara medio ridículo que fuera empujando la silla vacía y me siente a descansar y vuelva a levantarme y seguir. Pero los vecinos se alegraron mucho de verme así y nos saludan al pasar. Los hermanos también se alegraron y nos arropan con su cariño. A menudo nos dicen, tanto los hermanos como los vecinos y parientes no testigos, que es un milagro que esté así. Y yo estoy muy agradecida a Jehová porque sé que solamente Él puede haber dado este alivio en medio de tanta aflicción, mientras esperamos el día en que, definitivamente, bajo su Reino, `Jehová dé alivio a los mansos´ que lo buscan. (Salmo 147:6)
En este tiempo también he podido terminar el tejido que estaba haciendo y les mostré el comienzo anteriormente. Hace unos diez días vino mi hermana con su hijo a visitarnos en nuestra reunión, ellos pertenecen a otra congregación y otro circuito, así es que aprovechamos la ocasión para tomarnos unas fotos en familia. Allí estrené la remera tejida. Les dejo esas fotos familiares, mi querido Waldo estaba de viaje por eso no aparece. Fue a ver a sus padres a Cochabamba, Bolivia, pero ya está de regreso:




La vez pasada les conté de Carmencita, una hermanita mayor a quién le amputaron ambas piernas debido a la diabetes. Tuve el privilegio de estudiar con ella hace más de veinte años, antes de casarme. Acompañaba a las hermanas que le conducían el estudio y muchas veces lo hacía yo, además de ir otro día a ayudarla a preparase para las reuniones. Ella no sabía leer ni escribir cuando aprendió la verdad pero puso tanto empeño en aprender todo que pronto estuvo leyendo su Biblia, estudiaba todo y tenía una letra hermosa al escribir. Fue un privilegio estudiar con ella y luego predicar juntas. Jamás imaginamos que con los años perdería sus piernitas. Es un estímulo muy grande tan solo verla en su silla de ruedas presente en las reuniones a pesar de sus limitaciones y de que nadie más en su familia adora a Jehová.

Les dejo esta foto para que la conozcan, estamos con mi mami:


En otra entrada anterior también les conté de José, el joven que venía a casa a estudiar con Abel, el hermanito que le conducía el estudio y quien tuvo la bondad de hacer ese arreglo para que yo pudiera participar.
Aquí hay fotos de entonces, de cómo estaudiábamos con Abel y José:   http://paginasdenancy.blogspot.com/2009/05/anecdotas-familiares-en-otono.html

Desde octubre del año pasado, José ya es nuestro hermano, se bautizó en la asamblea de distrito que tuvimos entonces. Ha sido un privilegio muy grande y causa de gozo verlo crecer espiritualmente, es un hermanito muy servicial, siempre dispuesto a ayudar a los demás, especialmente a los enfermos y hermanos mayores. Ha sido una bendición de Jehová conocerlo y verlo asirse fuerte de nuestro Dios para servirle. Les dejo una foto reciente junto a él en una reunión:



Me hubiera gustado escribir aunque sea un breve poema para despedirme por ahora, pero parece que la Neuronita también está sin conexión. Pero les dejo un texto que expresa lo que siento de la manera más bella y mejor que mil poemas...así es la Biblia: tan sólo un versículo expresa más que mucho escribir y decir nuestro:


Vida y bondad amorosa has obrado conmigo;
y tu propio cuidado ha guardado mi espíritu.

(Job 10:12)


Gracias y miles de gracias por sus mensajes y preocupación, apenas pueda iré respondiéndoles.Los quiero mucho y recuerdo siempre con amor...

sábado, 22 de enero de 2011

Historias y emociones...





Es una noche un poco fresca para ser verano. Debe ser por la tormenta fuerte con viento y granizo que se desató en la madrugada que puso paños fríos sobre la frente de los febriles días pasados. Hacía falta un respiro del calor agobiante, húmedo y asfixiante.
Pero esta noche también ha refrescado el íntimo ser con encuentros y reencuentros queridos en el Salón del Reino.
Nos hemos quedado con muchos sentimientos entre los brazos…algunos expresados y otros ahogados por el momento.
Es que cuando comenzaba la reunión, había un pequeño ruido detrás nuestro, Damita me dijo emocionada:
-¡Es Sandra! ¡Trajeron a Sandra!

No entendí hasta que me di vuelta y vi a nuestra querida Sandrita, una hermana joven que hace un tiempo sufrió la ruptura de un aneurisma cerebral. Sobrevivió pero está como ausente. No abre los ojitos pero escucha. Y aunque tal vez no sepamos cuánto entiende de lo que ocurre a su alrededor, estoy segura que sí supo que estaba en el Salón junto a sus hermanos, al lugar que le corresponde, ese lugar que su ausencia nos dejó vació. Pero esta noche estuvo. La trajeron en una silla de ruedas, vino su mamá que no es testigo junto a otra hermana amiga que vino de visita. Fue una emoción muy grande que sacudió tantos sentimientos y recuerdos…a varios, Damita incluida, los ahogó el llanto.
Yo no había vuelto a verla desde que ella enfermó. Era tan alegre, jovial y ocurrente, tan activa y bondadosa, llevando y cuidando a Carmencita, una hermana mayor que está en silla de ruedas porque le amputaron ambas piernas por la diabetes.
Siempre temí este momento, de verla ahora así, porque tan sólo imaginarlo y ya no contenía las lágrimas. Pero no. Gracias a Jehová, verla fue un bálsamo, era traerla a su entorno natural donde siempre ha sido feliz: con los hermanos, en la reuniones, donde está el espíritu de Jehová. Fue un consuelo. Sé que en su silencio ansiaba este momento. Su familia amorosamente la cuida, pero ella es la única testigo en su casa y sé cuánto se ansían las cosas sagradas cuando la salud nos mantiene recluidos, lejos de los hermanos, de los cánticos e instrucciones...sí...debe ser por eso que al menos esta vez no me ganó el llanto.
No pude ir a abrazarla y decirle cuanto la amamos, la llevaron antes que terminara la reunión. Damita tenía una demostración y el anciano que se la asignó me preguntó si podía ser su ama de casa. Así es que, fue un gozo poder participar y acompañar a Damy.

Cuando bajamos de la plataforma, ya se habían llevado a Sandrita. Así es que sigo guardando abrazos, besos y palabras para el próximo encuentro, con la certeza de que, si seguimos fieles hasta el fin, siempre habrá un próximo encuentro...
La nota de ternura, sonrisas y color celeste la dio la llegada de Gonzalo, el bebé recién nacidito de Gaby y José Luis. Él es uno de los ancianos de nuestra congregación y ella, valientemente fue a las reuniones aún cuando ya había pasado la fecha en que se esperaba al bebé. Ya todos pensábamos que un día de estos nacería en el Salón. Nos llenó de ternura verlo. Aunque recién nació, ya nos debe conocer a todos, le hablábamos mientras estaba en su mundito cálido antes de hacerse presente en su cochecito, vestido de azul.

Y en medio de esta mezcla de sentimientos, de profunda emoción por Sandrita, de ternura por Gonzalito, de gozo por estar presente y participar...se sumó otra, que, aunque es muy simple y sencilla, para mi es muy valiosa.

Sucede que hace una semana se rompieron mis anteojos, fui al oculista y ahora me recetaron dos anteojos (uno para leer...¡y tejer!), algo que no era posible hasta hace unos meses.
Hoy me los entregaron.

Bueno, tal vez parezca un poco tonto que alguien se emocione por tener anteojos nuevos. Es que la alegría no es por los anteojos en sí, sino por la emoción de poder leer mi Biblia de nuevo. Hacía tanto que no podía leerla así...sólo la estoy leyendo en el CD en la PC con letra muy grande (como escribo esto en Word: en tamaño 16). Y aunque llevaba una a las reuniones, no la veía, tenía que acercarla a unos 10 cm para ver algo y terminaba con dolor de cabeza. Pensaba que ya no iba a poder leer de nuevo a menos que me operaran las cataratas (eso me dijo el Doc), algo que era muy difícil en mi caso.
Pero desde que dejé los corticoides y sigo el tratamiento homeopático ha mejorado ese tema también, siguen las cataratas pero molestan mucho menos y ahora ya puedo tener anteojos para leer, aún veo algo borroso pero ya distingo las letras con más claridad.

Como los lentes tienen mucha graduación ( - 9 D en total: tengo miopía, astigmatismo, cataratas y presbicia), le hacen un tratamiento especial para que sean más livianos y no tan gruesos. Así es que estoy “estrenando ojitos” y no parecen una gruesa lupa.

Lulita nos tuvo muy preocupados, enfermó muy mal, estuvo una noche internada en observación en una clínica veterinaria pero no mejoraba. Damita la llevó a otro médico junto a mi mami y Antonio, un querido hermano y amigo de la familia que gentilmente las llevó en su auto. Le hicieron radiografías a la gordita y resultó que se había fracturado la colita en dos partes, una al comienzo mismo, dice el doctor que debe haberse caído, como es tan pesada y se mete en cualquier rincón de curiosa, en algún lugar se cayó. Pobrecita, estuvo muy mal, sin comer ni moverse. Todos andábamos tristes y con los ojitos llenos de lluvia por nuestro amorcito gatuno.
Ya está mucho mejor y estamos muy agradecidos por ello.

Me acordé cuando era niña, tenía una gatita gris que era mi gran consuelo cuando sufría alguna crisis de asma o lloraba, ella se acercaba a mi rostro y me hacía un cariñito con su manito, se preocupaba al verme mal y hacía los mismos ruiditos como cuando llama a sus crías. ¡Parece que me había adoptado!

Paradójico ¿no? Que una gatita me ayudara a sobrellevar momentos difíciles de asma. No le tenía alergia. Le tenía amor. Debe ser por eso que curaba...

Cuando se durmió definitivamente, siempre pensaba por qué los gatitos no podían resucitar en el Paraíso o vivir para siempre.
El Nono, (el hno. Capriotti), me decía que cuando llegara Armagedón yo iba a pasar con la gata bajo el brazo. ¡Y más de una vez esa ingenua niñita imaginó esa escena!
Realmente los animalitos de compañía son otra dádiva buena del Padre tierno que quiere que seamos felices.
Bueno, no sé en qué momento la Neuronita despistada terminó hablando de recuerdos de infancia, de recuerdos gatunos más bien.

Como voy escribiendo de a poco, esto que les dejo comencé a escribirlo el jueves a la noche y estoy terminando en las primeras horas del sábado. Así es que me voy despidiendo porque sino a este paso terminaré el mes entrante.

Tengo que apagar la luz antes que se preocupen todos, porque...

 

La madrugada ya cuenta sus primeras horas.
Una lámpara acompaña este silencio
y derrama su luz sobre estas letras.
Es blanca y juega a ser la Luna,
no le digo nada para que no se ponga triste,
porque, aunque parada en una mesa,
ilumina todo: cama, palabras,
paredes y sueños,
y los cubre de belleza.

Ya es muy tarde, voy a apagarla.
Ella no lo sabe, pero cuando duerme,
se enciende la Luna aquí adentro,
y descanso aferrada a su grandeza...



Dáleth
22 -01-11

domingo, 9 de enero de 2011

Sólo agradecer...






Así como el barco que navega mar a dentro enfrenta fuertes vientos y tempestades pero luego disfruta de aguas en calma y suaves vientos a su favor, así vamos remando en este mundo inestable entre situaciones que cambian de un momento a otro. A veces para bien. Como nos sucedió una de estas noches.
Estábamos en la reunión, ya había comenzado el estudio del libro y de pronto hacen llamar a Damita para que hiciera un reemplazo del discurso número 2 que a último momento quedó libre. El hermano a cargo de la Escuela le dio algunas indicaciones y ella le preguntó si podía darlo conmigo, temían que tal vez no pudiera subir a la plataforma. Pero, gracias a Jehová, a pesar de la dificultad para caminar aún, pero pude subir y le serví de ama de casa a Damita.

Estábamos muy felices ¡hacía tanto tiempo que no podía participar así! Hasta hace tan solo unos 2 meses apenas si podía hablar y estaba tan débil que parecía que no saldría de esa situación. Y ahora poder ir a las reuniones, comentar y hasta ayudar a cubrir un reemplazo…estamos muy felices y agradecidos…sólo Jehová puede levantar del polvo mismo a los que lo aman.

Los hermanos estaban muy contentos y sorprendidos de ver tanta mejoría y que pudiera subir a la plataforma, ya voy sin la silla de ruedas, no puedo mantenerme parada en un solo lugar pero ya camino trechos más largos.

El jueves en la mañana fui al Homeópata, estaba contento al ver cuánto mejoré desde hace poco más de 2 meses que él fue a casa a verme porque yo no podía ir al consultorio.
Me miraba y lamentaba no haberme filmado cuando vino a casa en aquella ocasión y compararme ahora tan diferente por fuera. Me controló el peso: bajé 23 kg .
Dice que ahora tengo que concentrarme en hacer rehabilitación todo el día, que busque info y haga repetidas veces todos los movimientos que más me cuestan, como levantarme de una silla, subir algún peldaño y abrir y cerrar bien las manos (la artritis no me deja). Pero le digo que tan sólo hacerlo una vez y ya me duele el pecho y falta el aire, así es que todo lo tengo que hacer muy despacio
Me levanto de mi silla de tanto en tanto, trato de articular el paso, por ahora me sale como pingüino, un paso rígido, pero él piensa que con ejercicios y el tratamiento en unos tres meses ya podría caminar normalmente…uhmmm…no sé…creo que es demasiado optimista, pero vamos a trabajar en todo lo posible para que así sea.
Al menos, hace 3 meses era imposible pensar que estuviera como lo estoy hoy…así es que… con la ayuda de Jehová espero seguir mejorando de a poquito. Aunque estoy mucho mejor, pero el dolor en todo el cuerpo, el cansancio y debilidad muscular persisten.

Quiero aumentar mi actividad, ahora ya puedo hablar más sin fatigarme tanto pero como aún no puedo salir de casa en casa espero poder acompañar a Damita a algún estudio, nos moveríamos en taxi así voy dejando la silla de ruedas de a poco. También hablé con Waldo y otros ancianos para hacerme disponible por si surgiera alguna necesidad de ayudar con el estudio a algún inactivo o alguien que precise un poquito de ayuda y estudiar juntos. Y les pedí que me tomaran en cuenta si pudiera acompañar a alguien a sus estudios.

Así es que, Jehová mediante, espero poder hacer más en su servicio y así poder agradecerle por todo lo que Él ha hecho y hace por mi. Además, disfruto del ministerio, es una fuente inagotable de gozo.

Estoy empezando a tejer lo que algún día será una remera calada para ponerse sobre alguna solera o musculosa. Aquí les dejo una fotito tomada hoy, veo muy poco así es que tengo que acercarla mucho a los ojos, es en hilo macramé, en las fotos se ve el punto en más detalle. Espero mostrárselas algún día terminada.

Anoche al terminar la reunión, un hermano mayor de buen humor y bromista, conversaba en grupo, yo estaba a su lado, y no sé en qué momento de la conversación se puso a tomarme el pulso para ejemplificar algo que decía…y no lo encontraba…le dije que de ese brazo no tengo pulso. Miró a Damita como preguntando si era cierto y ella le dijo que sí. “Es la Enfermedad sin pulso, así le llaman”, le dije y se asustó.

En realidad, generalmente ya hay un pulso débil porque las venas secundarias han suplido la pérdida de la arteria y por eso no perdí el brazo, pero hay días que no se lo siente, como ayer.

Y aunque el hermano se asustó para mi es un recordatorio más de cuánto ha hecho Jehová por mi, de las veces que ha reclamado mi vida del Seol y que sólo estoy viva por su bondad inmerecida y por lo tanto, tengo mucho, mucho que agradecerle.

Poder estar en el Salón y ahora acercarme caminando a los hermanos, abrazarlos y conversar con ellos es algo que me hacía tanta falta y disfruto agradecida cada vez.

Esta tarde de domingo está lluviosa y gris, Waldo fue a dar un discurso en una congregación vecina, mis padres se preparan para las reuniones próximas. Damita hilvana las notas de una partitura en una bella melodía que rebasa de su piano; Lulita duerme cómoda en un sofá; y yo estoy en mi rincón escribiéndoles estas líneas que el sentimiento dicta y quiero:


Sólo agradecer…


Permíteme acercarme ante
el trono de luces rodeado
que al cerrar los ojos veo mejor.
Acercarme quiero al Majestuoso,
con callado paso y mirada el suelo,
no soy digna de intentar mirar
hacia donde viene la Luz.


Eres el Padre de las luces celestes
y yo, menos que polvo,
por inmerecida bondad aún respiro.
Quiero traerte el corazón,
agradecido y de tu paz colmado
por tu consuelo tierno y amor de Padre
que sostiene a los que a ti invocan
en el día de angustia y penumbra.


Tú has escuchado la silenciosa súplica,
Tú has librado y me traes a la vida…
y aquí estoy…
permíteme vivir para glorificarte,
(Salmo 50:15)


Dáleth
09-01-11


“Llámame en el día de angustia.
Yo te libraré, y tú me glorificarás.”

(Salmo 50:15)