domingo, 24 de mayo de 2009

"El valor de la Esperanza"


“Si los pájaros llorasen, sus lágrimas inundarían sus jaulas. (José Narosky)”
Ésa es una frase que suele venir a la memoria a menudo, parece que siempre hay algo que la evoca. Tal vez porque nosotros mismos tenemos mucho en común con las aves en cautiverio.
Estos días Waldo y Damita me contaron que, mientras predicaban, en una casa vieron de cerquita a un Zorzal colorado, estaban encantados con su belleza, tamaño y canto. Pero tristes porque estaba en una jaula demasiado pequeñita para un ave que mide entre 23 y 25 cm (*). Imaginarlo allí, con sus alas plegadas, llenas de ansias de vuelo, me hizo recordar un relato de Lira que habla sobre “El Valor de la Esperanza” (**).

Allí cuenta sobre ´Claudio, un hombre bueno que amaba los pájaros y estaba construyendo una enorme jaula, tan grande como un vivero, para soportarlos allí y dejarlos vivir una vida más natural, sin que se sintieran oprimidos.´ Un día quiso comprar a Noni, un canario menudito que, por su tristeza no se alimentaba bien. Como no pudo llevarlo en el momento, Noni, que se había ilusionado con su posible comprador, (quien le había hablado con dulzura), dejó de luchar y se dejó morir. Cuando Claudio fue a buscarlo ya era demasiado tarde.

Les copio la parte final de este relato lleno de enseñanza y cosas para meditar:
“Te he contado esta historia para dejar impresa en tu mente una ilustración muy importante acerca del valor de la esperanza. Noni cometió dos errores muy serios que tanto los mayores como los niños debemos aprender a evitar.

1- Menospreció el valor del alimento y se condenó a sí mismo al raquitismo. Esto es grave, tanto en el caso del alimento material como en el alimento espiritual. Nuestra fe necesita riego constante y cuidados sabios.
2- Dejó morir su esperanza, sin la cual nadie tiene fuerzas para seguir adelante.

Hoy, casi todos los humanos vivimos en jaulas demasiado estrechas, mirando de lejos una cantidad de cosas hermosas que no podemos alcanzar. Casi cada viviente suspira por una vocación frustrada, por oportunidades perdidas que el tiempo en su eterno correr hacia adelante, puede que no vuelva a poner en su camino.
La lucha inevitable por el pan de cada día causó que muchas aspiraciones quedaran a su lado del camino, amordazadas y sin fuerzas para manifestarse.
No tendremos nunca la libertad total, absoluta, como la tiene Dios, porque no cuadra a nuestra condición humana. Jamás podremos desafiar el fuego introduciéndonos en él, ni bajar al fondo del mar sin un traje de buzo conectado a un tanque de oxígeno, ni hacernos dueños del espacio sin estar dentro de un aparato volador. Esas y muchas otras son nuestras limitaciones. Pero dentro de ellas podremos vivir una vida plena y gozosa, como dentro de una gran jaula protectora.
Nuestra libertad relativa tendrá sus máximas ventajas en el Nuevo Paraíso. Allí cantaremos por gozo de corazón. Nunca nos faltará el alimento ni el agua que sostienen la vida, ni el compañerismo saludable, como lo planeaba Claudio para sus pájaros. Es muy importante saber esperar.
El que nos compró con el valor de su sacrificio quiere vernos luchando por la verdadera vida, aunque estemos momentáneamente con las alas plegadas, dentro de la jaula opresiva en que tenemos que probar nuestra integridad. El nos conoce por nombre, y nos compra por un precio de rescate convenido de antemano.
Hoy no sabemos qué se habla en el cielo acerca de nuestra redención, pero debemos defender y conservar nuestra esperanza, porque nuestro Redentor seguramente viene a la hora señalada.”
Álef Guímel

Sí…tal vez por eso suelo recordar la frase citada al principio. Cada uno tiene su propia jaula en este sistema, que lo mantiene con sus alas plegadas. Pero debemos conservar viva la esperanza y continuar con los ojos fijos en las cosas eternas.

Por aquí las cosas siguen su curso “normal”, como dijo un médico hace tiempo: “Tenés que entender que Hoy estás mejor que Mañana”. Y así nomás es. Cada día hay menos fuerzas y más dolor. Creo que buena parte de mi jaula es este cuerpo tan dolorido y cansado.
Como digo en casa, con tono jocoso: “Me molesta este cuerpo”, mientras hago tremendo esfuerzo para levantarme de la cama, agarrándome del respaldo, pausando y juntando fuerzas para el próximo movimiento.
Para colmo, entre la medicación y las complicaciones propias de la enfermedad, parezco un universo en expansión, una obra musical “in crescendo”: toda hinchada, ya soy un Edema de cuerpo entero, jaja.
Hay que ver los malabares que hago para darme vuelta para que descanse un poco la espalda, me doy tremendas enredadas con el largo tubo del respirador y pregunto: “¿Cómo hacen los elefantes para darse vueltas con la trompa?”...jaja… Mejor reirse de lo que no se puede cambiar, verdad?

Tiempo atrás escribí unos versos para un Zorzal colorado que hizo su nido en uno de los árboles frente a casa

Les copio el final, que resume en lo que también podemos parecernos a las aves, y así, ser felices:

Gracias por las lecciones dejadas:
Vives tu vida simple,
cantando, alabando,
dando, alegrando a otros…
y así… nunca vives en vano.

Dáleth


Les dejo un abracito alado, lleno de canto…lleno de esperanza...

Con amor fraternal
Nancy


(*) http://www.pajarosargentinos.com.ar/zorcol.htm

(**) Pueden leerlo y bajarlo completo desde aquí, es el capítulo 4 del libro “La edad de las sombras breves”:
http://www.escritoresteocraticos.net/2%20-%20alef%20guimel/8%20-%20la%20edad%20de%20las%20sombras%20breves.html

viernes, 15 de mayo de 2009

Anécdotas familiares en Otoño






Debe ser que el Otoño se quedó entretenido por allí, quizás conversando con alguna estrella, y no se dio cuenta que por estas tierras hace tiempo que tenia que parecer en escena. Ya estamos entrados en Mayo y seguíamos teniendo días con 30 Cº o más. Pero se despabiló de golpe, agarró una bufanda, preparó una maleta con vientos frescos, sus tarros de pinturas amarillo y naranja, se despidió de la estrella, e hizo aparición bruscamente, medio despeinado por el apuro, y bajó el termómetro con un solo ademán a unos 11 Cº. Hasta lluvia trajo,( lo que no le corresponde normalmente por aquí, pues empezamos la estación seca, en teoría). O sea que está re deprimente para Damita y para mi. Hermoso, para Waldo.
Y sí…a este Otoño distraído ya se le fue la mano…tuve que pedir urgente una estufa porque el frío me termina de paralizar del todo… y aquí estoy: preparándome para entrar en estado de hibernación.

Pero estamos contentos de poder contar estos días con la visita de los papis de Waldo: Maruja y Néstor, que llegaron desde Cochabamba, una ciudad pujante y creciente en medio de un valle precioso en Bolivia. Ellos tienen 74 y casi 80 años, respectivamente, y con 37 años en la verdad cada uno. Damy les tomó una fotito a los cuatro mientras veían algo de folklore en DVD. Están, de izquierda a derecha, mis papis: Nery, José (47 y 32 años de bautismo, respectivamente), Maruja y Néstor. Entre los cuatro, suman 153 años de bautismo y servicio fiel a Jehová. Le digo a Damita que es un privilegio poder tener a sus cuatro abuelitos, muchos no pudieron siquiera conocer a los suyos, como Waldo, que cuando era niñito les pedía a sus padres que le adopten un abuelito, ya sus papás habían quedado huérfanos siendo niños aún.

 El letrerito en la puerta es por indicación médica pero quería darle un toquecito de humor para no incomodar a quienes amorosamente nos visitan.
¿Les cuento una anécdota familiar? Cuando enfermé Damita tenía menos de 3 añitos. Así es que era lo común que ella haga sus dibujos, y luego tareas escolares, en la cama, junto a mi. Pero no eran horas exentas de sonrisas y buen humor, a pesar del dolor y las circunstancias. Una de las cosas de las que ella disfrutaba particularmente, era que yo hacía “hablar” a mis pies, como si de títeres se trataran…¡y ella los miraba con tanta ternura y les respondía a lo que le preguntaba! Eran momentos muy tiernos…hasta el día de hoy! Ella dice que mis pies son un chiste, jaja…dice que tienen vida propia y parecen “humanitos” (es que sigo haciéndolos “hablar”). Y sigue mirándolos con ternura, a pesar de que ahora están tan hinchados por las complicaciones que van surgiendo y tengo que mantenerlos en alto. Los quiere tanto que les sacó una fotito (menos mal que allí no están tan hinchados como suelen estar)…obviamente no son los pies más bonitos, pero aún quietos siguen prestándose para momentos agradables y risueños en familia. Por eso me animé a poner esa fotito. Ella les llama “ Los Piecis”.

Otra cosa que hacíamos era jugar a la predicación, lo que en realidad no dejaba de ser un entrenamiento para el ministerio. Para entonces la cama estaba al lado del placard o ropero de tal modo, que al abrir una de las puertas, yo quedaba de un lado, en la cama, y ella se paraba del otro lado con su bolsito, Biblia y revistas,”llamaba” a la puerta y “predicaba”…y así…una vez ella…otra yo…son recuerdos queridos que guarda el corazón.

Gracias, infinitas gracias por cada uno de los mensajes tan llenos de amor y cariño que siempre acercan, ya sea al correo o que dejan aquí en el Blog. Suelen preguntar cómo sigue esta salud…y sigue en decadencia. A veces no sé a qué echarle la culpa: “es el frío”…”es por el calor”…¡pobre clima!...y bueno, es que en realidad aporta su granito de arena para empeorar las cosas, los extremos nunca son buenos (en ningún aspecto): o mucho frío o mucho calor…siempre complica un poquito más las cosas. Ahora que se puso tan frío de golpe, la presión arterial sube y sube y me dan fuertes golpes en el pecho (hay una insuficiencia y regurgitación aórtica moderada por el aneurisma), así es que hay que tratar de mantener la presión un poco más baja de lo normal.Cuando en casa me ven con la mano en pecho y me preguntan qué me pasa, respondo con una ligera hipérbole (exageración):
- “¡Me están dando patadas en el pecho y la nuca!”...y bueno…mejor reírse de estos malestares cotidianos.

Pero a pesar del buen humor general, al seguir debilitándome me fatigo más cada día y forzosamente voy dejando tantas cosas en el tintero...tantas cosas que quisiera hacer, aún aquí en la compu….pero no puedo…en fin…los dolores en todo el cuerpo son permanentes y basta con que me siente aquí para que todo aumente. Es así siempre. Pero no será POR siempre...ya falta un día menos...

El artículo de estudio de la semana pasada decía en parte: “Con el tiempo, todos los habitantes del Paraíso gozarán de completa salud y despertarán cada mañana con la ilusión de vivir otro día perfecto” W 15-3-09…¡eso es algo que ansío tanto!...por ahora, al despertar, es una oleada de dolor en todo el cuerpo y es empezar dando gracias por un día más de vida y fuerzas y ánimo para poder sobrellevar el dolor, debilidad y agotamiento.

Ayer, hablando de esto por teléfono con Mati, nuestra querida amiga catalana, me preguntaba si me visualizo en el Paraíso. -¡”Ya vivo ahí!, le respondí…”-¡Y no me quiero volver!”.Realmente, mantener los ojos fijos en las cosas que no se ven ayuda tanto…
Les dejo de regalo este poema, es una cita que tenemos con cada uno de ustedes:


¡TIENES QUE ESTAR ALLÍ!
Salmo 98:5-9

Tienes que estar allí,
cuando se unan mil arpas melodiosas
a la voz grave y firme de cuernos y trompetas,
que anunciarán al triunfo completo de Jehová.
Cuando cada garganta resuene la alabanza
para aclamar un reino que no claudicará.

Los mares de la tierra tronarán su alegría,
aplaudirán los ríos con ardiente entusiasmo
y hablarán las montañas desde su corazón.
Los árboles a coro afirmarán que es cierto,
que Jehová hizo justicia a su pueblo oprimido
y que entró en Su descanso la entera creación.

Allí verás las naves cobrando nuevo impulso,
porque los ríos sanos han vuelto a ser azules,
reflejando visiones de paz y belleza
bajos cielos serenos, con nubes tules.

Allí verás los bosques arrasados,
surgiendo de la tierra con más fuerza que nunca,
y vendrán las bandadas de pájaros errantes,
sin terror ni amenazas, a llenarlos de nidos,
a envolverlos en cantos con el gozo de antes.

Puede ser que los Andes y los Alpes
no se llamen así;
puede ser que los busques con empeño
y ya no estén allí.
Jehová como escultor inimitable,
retocará la forma y la materia
para cambiar la antigua geografía.
Nada traerá el recuerdo del mundo desechado
con su historia sombría. Salmo 46:1-3

Tu nombre hoy representa a un ser sensible,
un corazón que late y reacciona
a todos los llamados de la vida;
una mente que inquiere y reflexiona
y aclama la verdad establecida.

No dejes que la abulia y la desidia
te envuelvan y te aten como un fardo
y cual materia inútil te descarten
arrojándote a un lado del camino,
y cuando suene el grito del gran triunfo divino
¡no puedas responder ni levantarte!

Tienes que estar allí,
para oír el aplauso de los ríos,
para ver resurgir los grande bosques
y darle razón al mar bravío.

¡Tienes que estar allí,
para aceptar tus nuevas credenciales
como honorable súbdito del Reino,
que supo dar respuesta a viva voz
al grotesco Adversario que afirmaba
que podía ponernos contra Dios!

Álef Guímel - Octubre 2003
(Del libro “Ramas Y Nidos”)

Gracias por permitirme compartir estas páginas cotidianas.
Un abrazo muy fuerte, salpicado de hojitas de otoño, con inmenso cariño

Nancy

sábado, 9 de mayo de 2009

Un ramo de Esperanza


Quisiera sentarme un rato a su lado y conversar pero estos días han sido por demás fatigosos y dolores nuevos se instalan y no quieren irse, pero aunque sea vine un ratito para traerles

Un ramo de Esperanza

Quisiera acercarme a tu puerta y traerte flores
de lejanos lugares, de colores y fragancias diversas,
que te cuenten mil historias de pájaros y nidos
que cantan y viven ajenos a la mirada del hombre,
tal vez en selvas o montañas que no conocen
el ruido de las grandes ciudades.

No puedo moverme, se fatiga en extremo
el frágil vaso de barro que soy.
Tal vez apenas respiro…
¡pero cuánto paisaje, cuántas flores
y cantos y música hay aquí dentro!

No podré, quizás, (por ahora),
pararme ante tu puerta y compartir
alguno de los regalos que el Altísimo
en su amor nos preparó, para ti y para mi,
para sonreir dando gracias por Su cuidado sentir.

Pero pueden las palabras volar más lejos
que toda ave que migra en pro de cálidos días.
Así también puede esta voz débil
acercarte las flores que tal vez tu huerto
precise si una pena te hiere
o densos nubarrones de tristeza
insistan en tus días quedarse.

Nunca olvides que no tienen los veloces la carrera.
Que reyes del pasado “no debían aumentar
para sí caballos”*: pues su protección
de Jehová dependía y no de poderío militar.

Por más que tu barro se diluya lentamente
en horas de mudo dolor
no olvides que en tu aguante fiel
´el poder del Cristo permanece como tienda sobre ti.´
(2 Corintios 12:9)

Tú lo sabes, pero quería acercarme a tu puerta
con este ramo de flores color Consuelo
recogidas con cariño del jardín
de la Esperanza que sustenta la Fe.

Más que palabras,
son algunos de los regalos que el Altísimo
en su amor nos preparó, para ti y para mi,
para sonreir dando gracias por Su cuidado sentir.


Dáleth
09-05-09

* Deu. 17:16; Isaías 31:1; Zacarías 4:6


viernes, 1 de mayo de 2009

Azules, grises... y Esperanza


Hay momentos que están cargados de sentimientos encontrados, cuadros llenos de luz y a la vez, con tintes grises de nostalgia y ausencia, pero siempre con la esperanza como color de fondo, predominante.
Ayer en la tarde se pintó uno de esos cuadros. Estaba ansiosa y preocupada por no conseguir un estudio bíblico que pueda venir a casa y por otro lado, es duro darse cuenta que ahora no puedo conducir uno yo sola por el agotamiento y falta de aire al sacarme el respirador para hablar.
Pero Jehová-yiré también en esto.

Abel, un joven publicador de nuestra congregación al que conocemos desde niño (uno de los nietos postizos de mi mami: ella le condujo el estudio a Susana, su mamá), se ofreció para traer a casa a José, un joven de 23 años que está progresando muy bien en su estudio, recién están en el cap.4 del libro Enseña, no falta a las reuniones y ya se matriculó en la Escuela del Ministerio Teocrático y es un placer oír sus comentarios.
Tuve que hacer algunos arreglos para poder estudiar, como no puedo leer del libro, acomodé la silla de ruedas-camita al lado de la computadora y así leer del libro Enseña en el CD-Rom WT, con la letra bien grandecita (“para verte mejor”, dijera el lobo a Caperucita, jaja). Y acomodamos dos sillas al frente (Les debo fotos, para la próxima).

Disfrutar de poder participar en el estudio, ver el amor y aprecio tan grande de José por lo que va aprendiendo, ver a Abel con tantas cualidades docentes…fue la parte azul del cuadro, lleno de serenidad e íntima paz al alma. Hoy, recordando tan buenos momentos, surgieron los otros tonos: los grises y de ausencia…permitánme contarles una historia que guarda el corazón para poder entenderlo.

Hace poco más de 20 años, siendo una joven precursora, Jehová me había bendecido con varios estudios bíblicos, entre ellos algunas jovencitas adolescentes que llegaron a ser muy amigas entre sí. Entre ellas, la que más trabajo daba fue mi querida Fabiana, hermana mayor de Abel. Ella era todo un desafío a la gran paciencia, hacía cosas como para desanimar a cualquiera de estudiar, pero a la vez, no quería dejar el estudio. Recuerdo que para hacer el estudio se sentaba frente a la puerta abierta y saludaba a todo vecinito y amiga que pasara por la puerta en medio del estudio. Así que le cerramos la puerta, jeje.
Al terminar un párrafo y pedirle que lea el siguiente, decía:
“-¿Qué?...¿tengo que leer?...” Sus amorosos padres ya eran Testigos bautizados así es que conocía bien todo el procedimiento, sólo quería ver si me cansaba. Era común tener que esperarla a que se levantara y desayunara y se tomaba todo el tiempo para hacerlo. Pero había muchas cosas buenas en ese corazoncito adolescente, más allá de su aparente rebeldía.
Y el tiempo lo demostró.No sólo llegó al bautismo, sino que llegó a ser una precursora muy trabajadora y amorosa, muy querida y se labró un buen nombre en la congregación. Las otras chicas también se bautizaron y las unió siempre una fuerte amistad...y el precursorado en su momento.

Pasaron los años, se casó con un hermano de otra congregación y un día trágico tuvieron un accidente en la moto al ir a la reunión. Él se recuperó de serias heridas. Ella estuvo varios días en terapia intensiva y es uno de los dolores que quedan: no haber podido ir a verla, mi salud se había agravado en ese tiempo. No pude visitarla, aunque sea unos minutos. Y tampoco pude ir a su velatorio en nuestro Salón del Reino. Es un dolor, una herida de esas que sólo cerrarán en el Paraíso, en un apretado abrazo con los amados que regresen de ese sueño profundo no deseado.

Por eso la emoción y sentimientos encontrados al acompañar a Abel en el estudio. Ese niñito tímido y esquivo de ayer, que se escondía al querer saludarlo, ahora es el joven maduro que hace arreglos para que pueda participar en esta faceta del ministerio que tanto amo: conducir estudios. Como lo hice años atrás en su casa, con su hermanita.

Hoy, mientras tomábamos unos matecitos con Waldo, me ahogó la emoción al pensar en todo lo que está envuelto. Las vueltas de la vida…o mejor dicho…es el agua que trae de regreso algún pan enviado hace tiempo (Eclesiastés 11:1). Hoy no está nuestra Faby…pero está Abel, su hermano menor, y ahora, ayudándome a hacer lo que ya no puedo por mi misma. Él no sabe de estos pensamientos (bueno, ahora los leerá).Y no sabe cuánto consuelo ha traído. Bueno, eso si les dije, a él y José, porque ambos desean hacer un arreglo fijo y venir a casa a estudiar cada semana. Dicen que se sintieron muy animados. Pero yo más.
Sí….Jehová-yiré…de tantas formas…

Hace unos años, terminábamos de disfrutar de la visita de un nuevo Superintendente de Circuito y su querida esposa, cuando, a la semana siguiente, súbitamente, un aneurisma cerebral truncó la joven vida de ella. Estábamos todos muy mal. Escribí unos poemas que luego le envié a su esposo. Uno de ellos es este, que refleja lo que sentimos ante esas circunstancias:

DOLOR

Necesitaba este momento a solas.
Los días, las vivencias y angustias,
se suceden tan rápidamente,
que a veces la razón no alcanza
a acomodar los hechos
y asignarles un lugar
en los etéreos estantes de la mente.
¡Cuánto dice el silencio de la noche!
¡Hay tanto que asimilar
y tan pocas fuerzas para hacerlo!
Hay otro rostro querido
que cerró sus ojos en fiel servicio.
Hay otro abrazo pospuesto hasta el Paraíso.

Fragilidad humana...
Niebla de la mañana que se desvanece...
Gracias Padre, por la esperanza,
que al alma mantiene anclada
en las tormentas del dolor.
Nada tiene sentido sin ti, Dios mío.
Sólo por ti podemos derivar
las fuerzas para seguir.
El bálsamo de tus promesas
refresca la mente y el corazón,
y tu Nombre Santo es Faro
inconfundible en la tempestad,
puerto seguro al que anclamos
nuestra vida por la eternidad.

Dáleth
06-11-04

Pero como decía al principio, más allá de los grises del cuadro, predomina la esperanza como color de fondo, la certeza de que no hay dolor ni herida que Jehová, a su debido momento curará eternamente, hasta traer de nuevo a la vida a los que descansan en su memoria.

Y como menciona este párrafo de una Atalaya: “La mayoría de los siervos de Jehová de la actualidad esperan vivir en el Paraíso terrestre y disfrutar de las bendiciones que él ha prometido. Hoy día tal vez consideremos que estas son ‘cosas que no se ven’. Sin embargo, se acerca con rapidez el día en que las veremos con nuestros propios ojos, sí, y disfrutaremos de ellas para siempre. Una de tales bendiciones será el alivio de saber que nunca más tendremos que vivir con problemas semejantes a espinas. El Hijo de Dios ‘desbaratará las obras del Diablo’ y reducirá “a nada al que tiene el medio para causar la muerte” (1 Juan 3:8; Hebreos 2:14).”*** w02 15/2 pág. 22 párr. 21 Cómo sobrellevar “una espina en la carne” ***

Sólo es cuestión de tiempo para ver realizadas las promesas, sólo tenemos que orar para aguantar en fidelidad hasta el fin…

Un abrazo muy fuerte, una rosa y una sonrisa en el corazón y los ojos llenos de esperanza…

Con cariño
Nancy