


Debe ser que el Otoño se quedó entretenido por allí, quizás conversando con alguna estrella, y no se dio cuenta que por estas tierras hace tiempo que tenia que parecer en escena. Ya estamos entrados en Mayo y seguíamos teniendo días con 30 Cº o más. Pero se despabiló de golpe, agarró una bufanda, preparó una maleta con vientos frescos, sus tarros de pinturas amarillo y naranja, se despidió de la estrella, e hizo aparición bruscamente, medio despeinado por el apuro, y bajó el termómetro con un solo ademán a unos 11 Cº. Hasta lluvia trajo,( lo que no le corresponde normalmente por aquí, pues empezamos la estación seca, en teoría). O sea que está re deprimente para Damita y para mi. Hermoso, para Waldo.
Y sí…a este Otoño distraído ya se le fue la mano…tuve que pedir urgente una estufa porque el frío me termina de paralizar del todo… y aquí estoy: preparándome para entrar en estado de hibernación.
Pero estamos contentos de poder contar estos días con la visita de los papis de Waldo: Maruja y Néstor, que llegaron desde Cochabamba, una ciudad pujante y creciente en medio de un valle precioso en Bolivia. Ellos tienen 74 y casi 80 años, respectivamente, y con 37 años en la verdad cada uno. Damy les tomó una fotito a los cuatro mientras veían algo de folklore en DVD. Están, de izquierda a derecha, mis papis: Nery, José (47 y 32 años de bautismo, respectivamente), Maruja y Néstor. Entre los cuatro, suman 153 años de bautismo y servicio fiel a Jehová. Le digo a Damita que es un privilegio poder tener a sus cuatro abuelitos, muchos no pudieron siquiera conocer a los suyos, como Waldo, que cuando era niñito les pedía a sus padres que le adopten un abuelito, ya sus papás habían quedado huérfanos siendo niños aún.
El letrerito en la puerta es por indicación médica pero quería darle un toquecito de humor para no incomodar a quienes amorosamente nos visitan.
¿Les cuento una anécdota familiar? Cuando enfermé Damita tenía menos de 3 añitos. Así es que era lo común que ella haga sus dibujos, y luego tareas escolares, en la cama, junto a mi. Pero no eran horas exentas de sonrisas y buen humor, a pesar del dolor y las circunstancias. Una de las cosas de las que ella disfrutaba particularmente, era que yo hacía “hablar” a mis pies, como si de títeres se trataran…¡y ella los miraba con tanta ternura y les respondía a lo que le preguntaba! Eran momentos muy tiernos…hasta el día de hoy! Ella dice que mis pies son un chiste, jaja…dice que tienen vida propia y parecen “humanitos” (es que sigo haciéndolos “hablar”). Y sigue mirándolos con ternura, a pesar de que ahora están tan hinchados por las complicaciones que van surgiendo y tengo que mantenerlos en alto. Los quiere tanto que les sacó una fotito (menos mal que allí no están tan hinchados como suelen estar)…obviamente no son los pies más bonitos, pero aún quietos siguen prestándose para momentos agradables y risueños en familia. Por eso me animé a poner esa fotito. Ella les llama “ Los Piecis”.
Otra cosa que hacíamos era jugar a la predicación, lo que en realidad no dejaba de ser un entrenamiento para el ministerio. Para entonces la cama estaba al lado del placard o ropero de tal modo, que al abrir una de las puertas, yo quedaba de un lado, en la cama, y ella se paraba del otro lado con su bolsito, Biblia y revistas,”llamaba” a la puerta y “predicaba”…y así…una vez ella…otra yo…son recuerdos queridos que guarda el corazón.
Gracias, infinitas gracias por cada uno de los mensajes tan llenos de amor y cariño que siempre acercan, ya sea al correo o que dejan aquí en el Blog. Suelen preguntar cómo sigue esta salud…y sigue en decadencia. A veces no sé a qué echarle la culpa: “es el frío”…”es por el calor”…¡pobre clima!...y bueno, es que en realidad aporta su granito de arena para empeorar las cosas, los extremos nunca son buenos (en ningún aspecto): o mucho frío o mucho calor…siempre complica un poquito más las cosas. Ahora que se puso tan frío de golpe, la presión arterial sube y sube y me dan fuertes golpes en el pecho (hay una insuficiencia y regurgitación aórtica moderada por el aneurisma), así es que hay que tratar de mantener la presión un poco más baja de lo normal.Cuando en casa me ven con la mano en pecho y me preguntan qué me pasa, respondo con una ligera hipérbole (exageración):
- “¡Me están dando patadas en el pecho y la nuca!”...y bueno…mejor reírse de estos malestares cotidianos.
Pero a pesar del buen humor general, al seguir debilitándome me fatigo más cada día y forzosamente voy dejando tantas cosas en el tintero...tantas cosas que quisiera hacer, aún aquí en la compu….pero no puedo…en fin…los dolores en todo el cuerpo son permanentes y basta con que me siente aquí para que todo aumente. Es así siempre. Pero no será POR siempre...ya falta un día menos...
El artículo de estudio de la semana pasada decía en parte: “Con el tiempo, todos los habitantes del Paraíso gozarán de completa salud y despertarán cada mañana con la ilusión de vivir otro día perfecto” W 15-3-09…¡eso es algo que ansío tanto!...por ahora, al despertar, es una oleada de dolor en todo el cuerpo y es empezar dando gracias por un día más de vida y fuerzas y ánimo para poder sobrellevar el dolor, debilidad y agotamiento.
Ayer, hablando de esto por teléfono con Mati, nuestra querida amiga catalana, me preguntaba si me visualizo en el Paraíso. -¡”Ya vivo ahí!, le respondí…”-¡Y no me quiero volver!”.Realmente, mantener los ojos fijos en las cosas que no se ven ayuda tanto…
Les dejo de regalo este poema, es una cita que tenemos con cada uno de ustedes:
¡TIENES QUE ESTAR ALLÍ!
Salmo 98:5-9
Tienes que estar allí,
cuando se unan mil arpas melodiosas
a la voz grave y firme de cuernos y trompetas,
que anunciarán al triunfo completo de Jehová.
Cuando cada garganta resuene la alabanza
para aclamar un reino que no claudicará.
Los mares de la tierra tronarán su alegría,
aplaudirán los ríos con ardiente entusiasmo
y hablarán las montañas desde su corazón.
Los árboles a coro afirmarán que es cierto,
que Jehová hizo justicia a su pueblo oprimido
y que entró en Su descanso la entera creación.
Allí verás las naves cobrando nuevo impulso,
porque los ríos sanos han vuelto a ser azules,
reflejando visiones de paz y belleza
bajos cielos serenos, con nubes tules.
Allí verás los bosques arrasados,
surgiendo de la tierra con más fuerza que nunca,
y vendrán las bandadas de pájaros errantes,
sin terror ni amenazas, a llenarlos de nidos,
a envolverlos en cantos con el gozo de antes.
Puede ser que los Andes y los Alpes
no se llamen así;
puede ser que los busques con empeño
y ya no estén allí.
Jehová como escultor inimitable,
retocará la forma y la materia
para cambiar la antigua geografía.
Nada traerá el recuerdo del mundo desechado
con su historia sombría. Salmo 46:1-3
Tu nombre hoy representa a un ser sensible,
un corazón que late y reacciona
a todos los llamados de la vida;
una mente que inquiere y reflexiona
y aclama la verdad establecida.
No dejes que la abulia y la desidia
te envuelvan y te aten como un fardo
y cual materia inútil te descarten
arrojándote a un lado del camino,
y cuando suene el grito del gran triunfo divino
¡no puedas responder ni levantarte!
Tienes que estar allí,
para oír el aplauso de los ríos,
para ver resurgir los grande bosques
y darle razón al mar bravío.
¡Tienes que estar allí,
para aceptar tus nuevas credenciales
como honorable súbdito del Reino,
que supo dar respuesta a viva voz
al grotesco Adversario que afirmaba
que podía ponernos contra Dios!
Álef Guímel - Octubre 2003
(Del libro “Ramas Y Nidos”)
Gracias por permitirme compartir estas páginas cotidianas.
Un abrazo muy fuerte, salpicado de hojitas de otoño, con inmenso cariño
Nancy