lunes, 24 de febrero de 2014

Diario de Viaje...y una emotiva noticia...

 
Tiempo lluvioso. Mi ventana está cerrada, pero imagino el gris vistiendo el horizonte, sirviendo de fondo para resaltar el frondoso verde de los árboles.
Al fin llegó el alivio al agobio de este verano que batió records de temperaturas altas sostenidas.
Nuestra vida, como el clima, siempre está llena de cambios, y vamos trazando la ruta para alcanzar la meta, mientras vamos modificando lo que haga falta para seguir, sin detenerse.
 
Algunos recuerdos bonitos forjados en el camino: un breve paseo por unos cuatro días, a los Valles (a Colalao del Valle y Cafayate), breve pero rico en experiencias.
Colalao del Valle es un pequeño pueblito detenido en el tiempo, de solo unos 700 habitantes, a 181 km de aqui, con un clima ideal para enfermos reumáticos.
Nos quedamos solo un día, en lo de Remigio, el compañero de trabajo de Waldo que nos vendió la casita aquí para irse a vivir en esos valles tan serenos, de sol plenos. Fue un buen y generoso anfitrión, nos acompañó en una caminata por el pueblo, se detenía en  varios lugares y nos contaba las historias de cada casona antigua, de cada lugar...eran sus vivencias de infancia, en los momentos de esplendor de los grandes terratenientes de la zona...fue muy emocionante oírlo y revivir tantas historias rescatadas del tiempo y el olvido.
 
Por ejemplo, cerca de la plaza del pueblo, nos detuvimos frente  a una casa grande, abandonada, y nos contó que ésa era su escuela cuando niño. Él hablaba y yo no podía dejar de imaginar que esas paredes, con profundas grietas, (como hondas cicatrices), algún día estuvieron llenas de voces de niños jugando...lo imaginaba a él correteando por el patio y a sus maestras procurando mantener el orden. Me parecía que veía los jardines de entonces, y era como si el perfume se hubiera quedado en el aire...
Él ya está jubilado, dejó la ciudad para reencontrarse con sus recuerdos, con sus raíces....me emocionó...
 
Algo que nos impresionó a Waldo y a mi, fue lo que nos contó al detenerse en una esquina, por la ruta que atraviesa el pueblo y sirve de calle principal. Hay allí una casa muy grande, que ocupa toda la esquina pero que otrora, ocupaba toda la manzana. Nos dijo que perteneció a una familia muy rica, dueña de todas las tierras alrededor. Nos contó de las grandes fiestas que allí se daban y los ilustres visitantes que la frecuentaban.
Él hablaba y yo regresaba en el tiempo, y escuchaba las voces felices de tanta gente, vestidas con sus mejores galas, disfrutando la música de algún vals en sus grandes salones, con lujosos muebles, mientras los más pequeños correteaban por las enormes galerías cubiertas de madreselvas y enredaderas floridas de la zona...
 
Y hoy no queda nada. Nada. Ni sus dueños. Sólo una enorme casona deteriorada, cargada de historias y llena de mensajes que nos recuerdan lo efímero del hombre. Una postal de la fragilidad humana. Sí, somos una neblina que se desvanece. “Toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae,  pero el dicho de Jehová dura para siempre”. (1 Pedro 1:24, 25)
Un recordatorio de usar bien nuestro tiempo concedido. Una razón más para agradecer el que Jehová nos tome en cuenta y nos rescate para vida eterna...
 
Al día siguiente viajamos unos 34 km más al norte, rumbo a Cafayate, tierra de viñedos extensos y conocida por la calidad de sus vinos.
Mientras íbamos en el ómnibus, escuché el diálogo de dos señoras que iban delante nuestro, una muy ancianita y la otra más joven. Comentaban lo sorprendidas que estaban por el desborde del río. Al hablar, se sentía el acento propio de esa bonita región rural. Me encantó lo que la señora mayor dijo, fue un comentario que reflejaba esa sabiduría lugareña, donde se respeta profundamente la tierra. Ella dijo:
 
.“El río es dueño de la tierra. Él entra por donde quiere. Nadie puede detenerlo. Porque él es dueño.”
 
Me quedé con esa frase, llena de evocaciones ancestrales. Y recordé otra que había leído días antes, también de una señora de los valles, de los pueblos originarios. Doña Isadora es coplera, canta coplas acompañadas de un instrumento de percusión llamado Caja. La copla no es sólo canto, es el grito del indio de siglos. Como dijo ella:
 
. “La copla es origen, la copla es el indio venciendo al olvido”.

En tan pocos kilómetros había retrocedido siglos, hasta antes de la conquista española y de pronto estaba rodeada de las voces de los pueblos originarios, con su tremenda cultura, sabiduría y arte.
 
Ya en Cafayate, nos quedamos en un pequeño hotel familiar, atendido por sus dueños, muy cálido y acogedor, a solo media cuadra de la plaza. Nos venía muy bien que fuera así porque no puedo andar mucho, así es que cada día hacíamos ese breve recorrido, nos sentábamos un rato, y luego visitábamos las muchas ferias y mercados artesanales que hay en los alrededores. Y luego volvíamos a descansar en algún banco de la plaza, a la sombra de enormes árboles, rodeados de imponentes cerros...una vista preciosa.
 
Uno de esos días, mientras aprovechábamos de andar por la siesta cafayateña, nos llamaron Damita y Ezequiel, bueno, todos los días hablamos, pero ese llamado fue especial. Me pidió que pusiera el altavoz del celular para que escuche Waldo porque había algo que querían decirnos. Luego de algunas vacilaciones, con la voz de emoción cargada, ¡nos dio la noticia de que seríamos abuelos!

Sí, nuestra hija, nuestra Damita, será mamá...estábamos muy emocionados y conmovidos. Era una mezcla de sentimientos, de emoción profunda pero a la vez, de preocupación por su salud. Nos pidió que no contáramos nada hasta confirmar todo nuevamente. Pero ya está. Ya nos dieron luz verde para compartir nuestra emoción. Ya le hicieron la primera ecografía, todo bien...el bebecito es apenas un botoncito luminoso que late todo...es puro corazón...¡qué milagro maravilloso es la vida!
Oramos que todo esté bien, que Jehová cuide de Damita y el bebé, que sea un siervo suyo que lo ame de todo corazón...
Los futuros papá y mamá están muy emocionados e ilusionados, nos alegra verlos así...
 
Así es que ahora Cafayate sumó otra razón más para ser especial para nosotros pues allí recibimos esta noticia que cambia nuestras vidas, la de toda la familia.
 
Teníamos  poco tiempo y yo casi no podía caminar por lo terriblemente hinchados que estaban mis pies, pero queríamos conocer algo más, así es que decidimos ir en taxi al Divisadero y el Rio Colorado, a unos 7 km. Allí convergen dos ríos, hay varias cascadas, arte rupestre, dos quebradas y mucho, mucho para recorrer. Pero como no podía andar, nos conformamos con bajar un ratito al río y mojarme los pies, con la frías y cristalina agua de montaña, y luego descansar a la sombra de un árbol. Para ver las cascadas había que cruzar el pedregoso río, trepar por senderos rocosos y Waldo y yo ya no estamos para esas aventuras, aunque nos hubiera encantado...
 
Al llegar hay un precario letrero que dice “Bienvenidos al Divisadero, Comunidad de la Nación Diaguita”. Un mensaje demasiado profundo y grande para el letrero que lo contenía. Era una invitación más a retroceder en los siglos y nos daba la oportunidad de conversar con personas diaguitas, los primeros pobladores de la zona. Una fuente de información dice:
 
Diaguita es la denominación de un conjunto de pueblos independientes, que tenían un idioma común conocido como el cacán, ubicados geográficamente en los actuales noroeste de Argentina -especialmente en los valles Calchaquíes- y en el Norte Chico de Chile, que a partir de 850, desarrollaron arqueológicamente la cultura santamariana que se caracterizó por su gran riqueza, por sus poblados organizados, el uso de metales y la alfarería- y que opusieron resistencia tanto a la conquista del Imperio Inca -entre 1471 y 1533- como a la del Imperio Español, en el siglo XVII, durante las Guerras Calchaquíes.
 
Todo está cargado de historia. Pudimos hablar con una señora que registra en un libro a cada turista que entra, lo hacen por razones de seguridad, para saber quien falta al caer la tarde para ir a buscarlo con la policía de turismo allí apostada, para que no se pierdan en semejantes soledades.
No quería dejar pasar la oportunidad de conocer más sobre los diaguitas, así es que le pregunté todo lo que pude en el breve tiempo que tomaba registrarnos:
 
-¿Cuántas persona quedan de su comunidad?
- “Somos 80 familias esparcidas en el cerro”
- ¿Cómo se organizan? ¿Quienes son las autoridades?
- Nos organizamos en varios Consejos: Consejo de Ancianos (me sonó muy teocrático), Consejo de Mujeres, Consejo de Jóvenes...todos participamos en las decisiones. Y el Cacique escucha lo que dicen los Consejos
 
Le pregunté sobre las creencias y religión y algunas costumbres...hubiera querido extender la conversación pero teníamos que dar paso a los demás turistas. Lamenté no haber llevado tratados para dejarle. Fue muy amable y le agradecimos su gentileza.
 
A unos metros de allí hay un sencillo puesto artesanal, donde uno de sus hijos hace trabajos en cerámica hermosos, qué artesanos tan exquisitos que son...estábamos fascinados...
Al despedirnos conversamos brevemente con otro artesano, él hace trabajos tallados en madera. Nos preguntó si nos había gustado la visita y le dijimos con entusiasmo lo encantados que estábamos. Se puso contento. Nos contó que el día anterior se habían reunido allí todas las copleras de la zona. ¡Cuanto lamenté no haber estado! Me hubiera gustado oírlas.
Le dije que yo quiero aprender a cantar copla y se sorprendió. Con una amplia sonrisa en su rostro curtido por el viento dijo:

-“Qué bueno que quieran integrarse
 
Luego vino el mismo taxista a recogernos a la hora que le habíamos pedido, y dejamos atrás, ya con nostalgia, ese puñado de historia viva.
 
El último día debíamos desocupar el hotel a las diez de la mañana, pero el viaje recién era a las dos de la tarde. Así es que agradecidos profundamente la generosidad y hospitalidad de Javier y Noemí, los amigos de Animaná, a unos trece kilómetros de allí. Javier vino a buscarnos en su auto, nos llevó, preparó una riquísima pizza casera, su especialidad, y luego nos llevaron de vuelta, ya a la terminal para regresar.
 
Fue un viaje breve y cercano...¡pero cuanto bien nos hizo! Estamos agradecidos de haber podido ir, y de todos los mensajes sutiles que nos rodearon, de tantas lecciones de vida para meditar y apreciar...
 
Ya en casa nos esperaba emprender otro recorrido: ¡por médicos! En eso estamos, ya fui al Neumonólogo, ya me hizo algunos estudios de rutina: la capacidad respiratoria apenas llega al 50% (tenía 40% el año pasado), así es que sigo sin aire suficiente.
Tengo una pierna “que me falla”, jaja, es que está ahogada y no responde al caminar. El médico de cabecera me mandó a un cirujano cardiovascular. Eso y mucho más queda pendiente para estos días...
 
Pero me quedé con los ojos llenos de valles, de viento, de cantos, de danzas, de historias, de montañas y ríos, de viñedos y arena, de cactus y flores...en fin...llenos de vida...
 
 
Parte de lo que no pudimos  trepar, tomado de la web:

Waldo y Remigio

Una breve parada en Tafí del Valle

 
 Waldo en el Divisadero


Aguita fresca de río
 
 Ahhhhhhhh...¡qué alivio!

Lo que no pudimos cruzar

 
 
 
 

martes, 4 de febrero de 2014

Sol ardiente y flores

























Estaba deshojando el último día de enero cuando comencé a escribir el borrador de este mensaje, no quería que terminara enero sin cruzar la pantalla para sentarme a su lado y contarles algo de este agitado mes de estío.
Pero Febrero entró corriendo y no me dio tiempo a terminar de escribir, así es que aquí vamos de nuevo, tratando de condesar un mes completo tan sólo en un mensaje.
 
El verano por aquí sigue marcando récords históricos por las temperaturas extremadamente altas. Esperábamos que las lluvias trajeran alivio, pero no, está completamente cambiado el clima. Aún en las lluvias propias de la estación el calor no da tregua, y la salud se resiente.
Pero no puedo quejarme, a pesar del dolor y agotamiento nuestro de cada día (¡y del calor!), he podido moverme un poco más: el jardín y los árboles frutales de la casita me obligan a hacerlo...y me hace bien.
 
Damita y Ezequiel se fueron unos días de vacaciones, así es que nos quedamos de cuidadoras con mi mami unos días allá, (a unas 18 cuadras de mis padres, donde estamos Waldo y yo), y aproveché para trabajar con las plantas. Es un deleite. Luego descansaba debajo de los árboles y “disfrutaba de ver el bien por todo el duro trabajo”. (Eclesiastés 2:24)
A la siesta, no quería ni ir a acostarme a la cama por quedarme debajo del árbol de palta, así es que improvisaba una camita ahí, para disfrutar del viento cantando en las hojas...hermoso...era un arrullo...
Pero paradójicamente, no podía dormirme porque me faltaba el aire...¡con tanta brisa...y no podía respirar! Así es que tenía que entrar y ponerme el respirador...
Además, no me relajaba mucho pues de tanto en tanto echaba un vistazo arriba y veía que las paltas están creciendo...al igual que las naranjas y duraznos...a este paso, tendremos que andar con casco por el jardín...pues “lloverán” frutos...
 
Waldo también  hizo un viaje veloz a Cochabamba, Bolivia, a ver a sus papis. ¡Yo tenía tantas ganas de ir!! La verdad, me quedé llorando, ¡¡anhelo viajar!!...pero mi estado general no resiste viajes tan largos. No sé que les pasa a mis piernas, es desesperante el dolor y se hinchan muchísimo, los pies y tobillos parecen una pelotita, a veces siento que la piel de los tobillos se va a cortar con tan solo pisar y dar un paso, debo mantenerlas en alto...en fin..hay que empezar a recorrer por los médicos...ya me toca...
 
Cómo hay 10 árboles frutales en la casita (ahora se sumó un limonero), estoy buscando información para aprender a cuidarlos, cuándo y cómo podarlos, qué fumigación precisan, cómo y cuándo abonar la tierra, etc. También quisiera hacer un almácigo con semillas de flores de alelí y conejito gigante, además de la huerta de la que espera encargarse Waldo cuando nos mudemos allí. No es grande el terreno pero aunque sea un poquito de cada cosita quisiéramos poner.
Tenemos que aprender todo esto pues será parte de nuestro trabajo eterno en el Paraíso: cuidar la tierra y hacerla un bello jardín.
 
Este calor extremo y sostenido nos agota a todos, pero a los enfermos más aún. Todo el tiempo las autoridades advierten por radio y televisión de los cuidados que hay que tener para evitar los golpes de calor y en qué horarios es preferible no salir. Yo estoy adentro casi siempre, salvo cuando vamos a la casita y allí sí me quedo a la sombra de un árbol y no quiero entrar, pareciera que quiero llenar los ojos de verde y brisa para traérmelos cuando regreso a mi rincón...

Ese agobio debilita mucho y hasta la Neuronita parece que está deshidratada y no tiene muchas fuerzas para dictarme algo para escribir...
Pero gracias a Jehová, sigo aquí, aunque a veces más callada por este cansancio cotidiano, pero sigo aquí, tratando de hacer algo, aunque poco, pero que sirva para hacer que mis días cuenten, siempre agradecida por la vida y las cosas buenas y maravillosas de las que aún disfrutamos, los afectos, una flor, unas gatitas, unos árboles que cantan en el viento, o un precioso cielo estrellado de verano...
 
Estoy convencida de que por más duro que sea el camino, siempre hay pequeños gestos y detalles que nos alegran la vida...sólo hay que estar atentos para poder verlos...


lunes, 30 de diciembre de 2013

Calor,fotos, frutos, poema y Haikus

 
Al día de hoy (27/12/13) ya se han superado récord de persistencia de días con temperaturas extremadamente altas, principalmente en el centro y norte del territorio nacional, considerando los registros desde 1961.
Diciembre de 2013 se encontrará dentro de los diciembres más cálidos históricamente registrado para varias localidades del país, pudiendo así mismo quebrar dichos récord en valores medios.”
 Informe especial debido a temperaturas extremadamente altas
 Servicio Meteorológico Nacional – Argentina
 
Así dice en parte ese informe especial debido a la fortísima ola de calor que estamos pasando en gran parte del país. Nosotros vivimos al norte, una de las zonas más afectadas, de hecho, este sábado nuestra provincia fue una de las tres con temperaturas más altas del país. Y para hoy anuncian otra vez 42 C°. Es muy agobiante y quita las pocas fuerzas que hay.
 
Cada vez que podemos nos escapamos aunque sea un rato a nuestra casita, Damita y Ezequiel...¡y las gatitas! están viviendo allí. Mientras regamos las plantas, tomamos unos matecitos debajo de la palta...y no dan ganas de salir de allí...es un oasis en medio de este sofocante calor.

Ya vamos recogiendo los primeros frutos: tomates e higos blancos.
 
 
 Es muy fructífera la higuera, les dejo fotos de las primeras cosechas:
 



Waldo está feliz de ver así a la planta, llena de dulces higos, así es que le busqué un poema que me enseñaron en la escuela primaria y siempre me gustó: La Higuera, de Juana de Ibarbourou. Se lo leí y le encantó, tanto que me pidió que se lo hiciera en tarjeta para tenerlo a mano. Esta es la poesía:
 

LA HIGUERA
 

Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
 
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
 
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
 
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
 
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
 
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
 
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
 
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!
 
 
 
Juana de Ibarbourou
 
 
 
Es un poema muy tierno y dulce...(yo también le digo a la higuera que es hermosa...)
 
Pelusita y Blanquita están felices en su nuevo y verde hogar:
 
 
 
Mientras tanto, en casa de mis papis, donde quedamos Waldo y yo, Lulita ha vuelto a ser la única consentida gatuna:
 
 
 Trepándose a una maceta para comer hojas de Cedrón:

 
 Ella me acompaña en el jardín, antes que azote el sol:
 
 
Mis padres se debilitan más día a día. Es muy triste verlos así, sufren en carne propia los estragos que la vejez trae consigo. A mamá, los fuertes dolores no la dejan casi ni dormir. ¡Cuánto ansiamos que su carne, y la de todos los leales envejecidos, “se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25). Oramos que Jehová los sostenga en esta etapa tan difícil y no desfallezca nunca su fe y esperanza.
 
Yo sigo en la lucha cotidiana. Esta ola de calor empeora más las cosas pero seguimos esforzándonos por llenar la mente con el abundante alimento espiritual que nutre nuestras raíces y nos da fuerzas para perseverar.
Estoy fascinada con el nuevo libro, no lo menciono aún por si alguno aún no tuvo su asamblea de distrito. Es una refrescante bendición. Para disfrutarlo de tapa a tapa.
 
El clima obliga a salir de mi rincón, me levanto temprano y llevo una reposera al fondo para leer mientras desayuno y así aprovechar esos breves momentos antes de que el sol oprima tenazmente. Van posponiéndose muchas cosas que quiero y tengo que hacer en la PC, pero por ahora sólo estamos procurando sobrevivir estos días, espero pronto poder ponerme al día, hay mucho por escribir, tanto para predicar como para responder mensajes muy amorosos de los hermanos.
 
Hace mucho que no escribo Haikús (*).  A ver si tomamos una foto en palabras de cómo están las flores ante esta ola de calor:
 
 
Hoja inmóvil,
seca la margarita:
lluvia ausente.
 
 
Intentaré regalarle uno a la Higuera:
 

Lágrimas blancas
de esas ramas cuelgan:
bella higuera.
 
 

Tengo que seguir practicando, tal vez mañana mientras juego a esconderme del sol...temprano, antes que lo invada todo...
 
 
 
 

(*) El Haikú pertenece a la tradición poética japonesa. Es un poema conciso, formado por 17 sílabas, distribuidas en 5-7-5, sin rima ni título.
 

domingo, 15 de diciembre de 2013

Compartir tu carga...


 
 Hay días y tiempos en los que de súbito pareciera que se desmorona gran parte de lo que en su momento fueran razones para seguir luchando, haciendo parecer que todo esfuerzo fue en vano, no valorado ni apreciado.
Pérdidas, dolor, decepciones, malas noticias…ese sentimiento puede adoptar distintos rostros y formas, pero en el fondo, es un dolor al que no somos inmunes al vivir en esta imperfección jamás planeada por la Fuente de la vida.

A veces se pasa tan rápido de un día radiante de sol a la oscura tormenta…que no nos da tiempo a asimilar el cambio y cuesta entender qué pasó…y mucho menos saber cómo salir…y cómo seguir…

Sucede que varios hermanos escribieron contándome sus angustias y luchas personales, lloré con cada mensaje y comparto el dolor de cada uno. Quise escribirles, pero no sólo a ellos, sino a todo el lea este mensaje en un momento similar, aunque yo no sepa lo que estás pasando...por eso te escribo de manera particular, a ti, que estás compartiendo unos minutos de tu vida conmigo mientras lees lo que escribo, porque tal vez hayas sentido espinas calladas en el alma; porque somos barro con sentimientos semejantes…

No estamos hechos para vivir en este mundo, no somos parte de él en ningún sentido, ni en nuestros sueños y esperanzas...

No sólo anhelamos el paraíso...somos parte de él...fuimos creados así...para vivir así: en condiciones paradisíacas...por eso nos duele tanto este mundo...
Por ahora somos residentes temporales en este sistema que exhala sus últimas horas...pero hay que vivirlas y aguantarlas sin dejar de ver más allá del dolor...

Hay que vivirlas sin dejar de ver y valorar lo que aún hoy, a pesar de las noches sin luna, podemos disfrutar: los pájaros no han dejado de cantar porque lloramos, ni las flores perdieron su color porque estemos tristes…todo lo bello sigue estando allí…sólo hay que ser capaz de verlo…verlo como Jehová lo ve…solo por Él derivamos fuerzas más allá de las propias, para seguir con ánimo y sin desfallecer…
Seguir aguantando con esperanza para poder verla realizada...
Ya falta un día menos...

Recordé un poema que me gusta releer cuando estoy triste (Vuelve a empezar) te la copio  al final. Espero te anime como a mi. También dejo una canción que escuché estos días (Hilo de Luz, Fil de Llum, de Andreu Rifé) y me encantó, está cantada en Catalán, pero te dejo la letra traducida y puedes escucharla dando clic aquí
 
Hilo de luz  (Fil de llum)
                   de Andreu Rifé

Cuando siento que todo terminó,
que no sé levantar cabeza,
que no tengo fuerzas para seguir hacia delante.
 
Cuando siento que me he hecho pequeño,
que ya no creo en mí,
que el mundo continuaría igual si yo no estuviera aquí.
 
Entonces me esfuerzo en recordar
tu cara frente a mí,
mi oreja escuchando
tu voz bajito hablando.
 
Diciendo que ganarme el destino
sólo dependería de mí,
y me prometí tomar el reto
a partir de ese instante.
 
Respira, espera,
levántate sin prisas
Inspira, reponte,
la vida, el mundo te espera.
 
Cuando siento que nada tiene sentido,
que el mundo está del revés,
que no sé cómo poner un pie en el suelo y recomenzar.
 
Cuando siento que no queda nada
por lo que he luchado,
y cae cada deseo que me ayudaba a avanzar.
 
Vuelvo otra vez a recordar
tu cara ante mí,
mi oreja escuchando
tu voz bajito hablando.
 
Diciendo que ganarme el destino
sólo dependería de mí,
y me prometí tomar el reto
a partir de ese instante.
 
Respira, espera,
levántate sin prisas.
Inspira, reponte,
la vida, el mundo te espera.
 


Quisiera quitar tu dolor…pero no puedo…
Pero déjame sentarme a tu lado
y compartir la carga…

Mejor aún…arrójala sobre Jehová…
Así no tendrás peso encima
para sobrevolar montañas…

 




Vuelve a empezar
 
 
Aunque sientas el cansancio.
Aunque el triunfo te abandone.
Aunque un error te lastime.
Aunque una traición te hiera.
Aunque una ilusión se apague.
Aunque el dolor queme tus ojos.
Aunque ignoren tus esfuerzos.
Aunque la ingratitud sea la paga.
Aunque la incomprensión corte tu risa.
Aunque todo parezca nada...
vuelve a empezar…
 


Gracias por permitirme compartir tu carga…
Y gracias por hacer más liviana la mía…
 
Ya se asoma el sol, jugando a las escondidas
detrás de abultadas nubes que se pintaron
de oscuro gris para no dejarlo brillar…
 
Ya sus radiantes rayos se escapan,
entre gotitas de lluvia,
para jugar a dividir la luz en colores…
y ha prendido en mi pelo una corona de arco iris…
 
Espero que tú también ya puedas verlo…
 

 



sábado, 30 de noviembre de 2013

Mudanza: Una nueva etapa


 
 
Está comenzando el último día de Noviembre y me encuentra aquí, en busca de las palabras precisas para condesar las vivencias de estos días, cargados de una amplia gama de emociones.
 
Es que Damita y Ezequiel se mudaron el sábado pasado y han sido días muy ajetreados, un ir y venir ya desde muchos días previos, cuidando la casita y el vasto jardín.

Aún no puedo asimilar que podamos tener esa casa, estábamos en busca de un terreno y de pronto, se presentó una oportunidad de adquirirla: un compañero de trabajo de Waldo se jubiló y quería irse a vivir a los valles, rodeados de montañas, pero primero quería vender su casa, llena de afectos y recuerdos especiales para él, y nos dio algunas facilidades para poder tenerla, aunque con muchos sacrificios. Así es que, sin pensarlo, con la inmensa ayuda de Jehová…ahora tenemos una casita propia.
La que teníamos anteriormente tuvimos que venderla para regresar a vivir con mis papis pues mi salud había empeorado mucho, Damita era chiquita y no podíamos estar solas cuando Waldo se iba a trabajar.

Jehová mediante, con el tiempo esperamos poder acondicionar nuestro nuevo hogar de tal modo que Damita y Ezequiel y nosotros podamos tener departamentos independientes, a la vez que estamos cerca por la salud delicada de las dos. Pero también me preocupa la salud y edad avanzada de mis padres.
Por lo pronto, los hijos ya se mudaron...y los extrañamos mucho.
¡Y ni qué hablar de cómo extrañamos a “las chiquitas”: Pelusa y Blanquita, las gatitas de los hijos…Pelusita era muy apegada a mi, apenas le abrían la ventana de su casa, se cruzaba corriendo la terraza y pasaba volando a mi cama…la extraño a horrores. En esas noches de largo insomnio, cuando ya era muy tarde, me decía a misma:

- “¡Uy, tengo que ir a dormir porque ya va a venir la Pelusita a despertarme!”

Y ahora no viene…así es que yo voy a visitarla y mimarla ahora.
 
 Bueno, en realidad, tenemos mucho trabajo en el jardín. No sé si es una casita con plantas…¡¡ó son plantas con una casita!!, jaja.
El terreno es de 8 x 31 metros, de los cuales, 16 los ocupa el jardín. Al señor que nos la vendió le encantan las plantas y puso de todo…es un deleite a los ojos. Hay una gran variedad de flores: rosas, gladiolos, azucenas, margaritas plumosas, pajarillos, enamoradas del sol, alegrías del hogar, achiras, rosa china doble, etc, etc. ¡Y un cactus!
También hay algunas plantas comestibles: cebolla, perejil, apio, tomates, pimiento, menta. Hay otras medicinales: Payco, áloes vera, ruda, entre otras.
Y hay árboles frutales: un duraznero, una planta de naranja criolla, otra de naranja tanjarina (dulce), dos higueras: una de higos negros y la otra de higos blancos, una parra cargada de racimitos de uva, y una enorme palta al fondo.
Así es que ya podemos disfrutar de un anticipo del cumplimiento de Miqueas 4:4: “Y realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera.”
Además, hay unas 50 macetas que estamos regalando para simplificar un poco la tarea.
 
Esto está resultando un buen ejercicio para mi, hay que regar el jardín todos los días y mantenerlo, así es que Waldo y yo andamos en eso, además de muchos trámites que se van presentando. Estamos a unas 16 cuadras de la casa de mis papis, donde quedamos Waldo y yo por ahora. Aunque es cerca, pero no hay un ómnibus directo que nos lleve y vamos en dos ómnibus o bien en taxi. Ha sido muchísimo movimiento para mí. Pero estoy muy contenta. Me encanta tomar unos ricos mates en familia rodeada de tanto verde y flores. Es una gran bendición, esperamos poder cumplir con todo.

 Ahora ya no estoy tanto tiempo recluida en mi rincón. Claro, no puedo andar mucho, pero hago algo y descanso, apoyando en algo mis piernas hinchadas y doloridas. Como no me mantengo mucho tiempo parada, voy corriendo una silla para regar sentada. Ya llevaré mi silla de ruedas para regar tranquila.
Antes que los hijos se mudaran, íbamos casi todos los días a regar las plantas. Waldo tomó estas fotos en esas ocasiones:
 




 
 Waldo mostrando los pequeños racimos de uvas:


 
Así es que otra vez soplan vientos de cambio por aquí. Estamos felices de que los hijos estén bien allá, pero los extrañamos mucho. También habrá que cambiar de congregación, pero no pensando en dejar a los amigos, sino pensando en los amigos nuevos por descubrir.
Es una nueva etapa en nuestras vidas.
 
Todo cambio trae sus propios desafíos y ajustes. Siempre pedimos que Jehová guíe nuestros pasos y nos dé las fuerzas y sabiduría para sobrellevar los escollos del camino y que nos mantengamos enfocados en lo más importante: nuestro amor y servicio a Él, sea donde sea que estemos y vayamos.
Que nos dé la salida a las inquietudes cotidianas y también, que nos dé la actitud correcta ante la vida y sus cambios.
Respecto a esto, me encantó algo que leí en la Despertad de febrero del año que viene:

‘Nuestra suerte en la vida depende en un 10% de lo que nos pasa
y en un 90% de nuestra reacción’.
(g14 /2 pág 15)
 
Es un sabio enfoque.
 
Es hora de dejar descansar a los pensamientos y procurar encontrar el sueño escondido detrás de este insomnio tenaz. Ya les hice conocer un poquito mi nuevo espacio, lleno pájaros y flores, lleno de afectos y nuevos retos…como lo es la vida misma…este amado privilegio de vivir…

martes, 19 de noviembre de 2013

“Los Acuña”

 
A lo largo de los años transitados en este camino angosto, pero feliz, conocimos a muchas personas de corazón puro que buscaban  respuestas y consuelo. Buscaban a Jehová a tientas.
Entre esas personas estuvieron Azucena, Graciela y Marcela, tres miembros de una misma familia. Ya han pasado unas tres décadas desde esos días de estudio y siguen perseverando frente a distintos tipos de aflicciones.

Les escribí una carta, y se la dejo  aquí con el deseo de acercar ánimo y encomio a otras familias de siervos fieles de Jehová que perseveran día a día, como:
 

 
 
“Los Acuña”
 
 
Querida Familia:
 
 
La de hoy fue una reunión especial en lo que tiene que ver con los afectos. Me emocioné al ver presentes a 15 miembros de su familia. Es una bendición tener a los abuelos, hijos, nietos y bisnietos juntos en la reunión.
Y es un privilegio haberlos visto crecer en la verdad…¡y multiplicarse!...
 
Hoy me senté atrás (normalmente suelo sentarme más adelante, para verle el rostro al orador), y no pude evitar empezar a contarlos…y recordar esos años en que los conocí y tuve el privilegio de estudiar con algunas de ustedes. Ése tiempo en que “los Acuña” eran sólo papá, mamá, tres hijos y dos dulces nietitas pequeñitas, a quienes cargué en brazos mientras estudiábamos con su mami.
 
También me dieron el honor de servir de testigo del matrimonio civil de dos de ustedes, de verlos formar sus familias…la llegada de cada uno de sus hijos, de compartir sus alegrías y sufrir lo que les duele…
 
Ver a los hijos de los hijos crecer y formar sus propias familias…y ahora pensar en “Los Acuña” envuelve también pensar en los Acuña (hijo), en los Garófalo, los Medina, los  Moreno, los Parfeniuk…y lo más hermoso de todo, es que siguen todos andando y creciendo en la verdad…es una gran bendición la que tienen, algo que muchos quisieran tener.

Miren a su alrededor y verán a tantos hermanos que luchan solos en la verdad y que cuando regresan a casa de las reuniones no pueden compartir con nadie el estímulo recibido, ya sea porque sus familiares no adoran a Jehová, o porque literalmente viven en una soledad no deseada.

Cuiden ese tesoro particular que tienen, que nada ni nadie, ni siquiera sus propias inquietudes, les prive del gozo de seguir sirviendo unidos al Altísimo que quiere verlos pasar juntos al Paraíso que tanto anhelamos y ver realizada nuestra esperanza eterna.
 
Gracias por permitirme ser parte de su familia, ustedes también lo son de la mía. Y mejor aún, todos pertenecemos a la familia y hermandad mundial que adora al Creador de cuánto existe. Todos “pertenecemos a Jehová.” (Romanos 14:8)
 
No me di cuenta a tiempo, recién al llegar a casa, pensando en ustedes, pensé qué bueno hubiera sido tomarnos una foto juntos, aprovechando que la mayoría de la familia estaba presente (*)….pero les tomé una foto con el corazón y la tengo bien enmarcada, con flores y brillos dorados…
 
“Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y dio consuelo eterno y buena esperanza por medio de bondad inmerecida, consuelen sus corazones y los hagan firmes en todo buen hecho y buena palabra.”  (2 Tesalonicenses 2:16, 17)
 

Con amor y gratitud

         Nancy
         07-11-13
 
 
(*) Están dispersos en otras congregaciones y ciudades; Marcela y su familia viven en Mendoza, a unos 1.150 km de aquí
 
 

Mientras repasaba esta carta para dejarla aquí, recordé estas palabras del apóstol Juan al expresar sentimientos con los que nos identificamos:

No tengo mayor causa de [sentir] agradecimiento que estas cosas:
 que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad.
 (3 Juan 4)
 
 
 
 

sábado, 9 de noviembre de 2013

Clima de Contrastes


 
Viernes por la tarde de un día de Primavera. Bueno, eso es lo que señala el calendario. Pero el termómetro marca temperaturas de pleno verano, algo que es habitual por estas tierras: pareciera que sólo tenemos dos estaciones: Invierno y Verano, no hay términos medios. Y si por casualidad hay temperaturas templadas, no sabemos qué ponernos, es que no estamos acostumbrados.
 
La vida en estos días previos al Paraíso también se parece un poco al clima tucumano, con marcados contrastes de vivencias y emociones. Así es que en pocos días podemos pasar de vivir momentos de profunda tristeza, a otros de profundo regocijo.
 
Dolor:
 
El dolor vino al tener que despedir hasta el Paraíso a otra querida hermanita de nuestra congregación: Elenita, víctima de la herencia adámica disfrazada de vejez y Diabetes en su caso.
Ha sido fortalecedor ver a Ramoncito, su esposo, ahora viudo, presente en las siguientes reuniones, a pesar de sus 85 años.
Al verlo luego en el Salón, extendí los brazos, lo abracé fuerte, le dije que nos alegraba mucho verlo allí y que lo amamos.
– “Yo también los amo m´hija,” respondió dulcemente.
 
Siempre andaban los dos. Ahora va solito…pero será breve la ausencia…ya falta un día menos…
 
 
Aniversario:
 
En este clima afectivo lleno de contrastes, la alegría y calidez vino de la mano de nuestro 26° aniversario de Bodas, el pasado 31 de octubre. Este año no pude preparar nada especial, ni tejidos ni nada. Una suma de trámites, preocupaciones, enfermedades (de los dos) y visitas a médicos nos dejó sin tiempo ni fuerzas para nada.
Ése día ardía Tucumán (como hoy), así es que fue muy refrescante ver llegar a Waldo con un litro de ricos helados para compartir en familia. Ésa fue toda nuestra modesta celebración.
 
 Seguir andando juntos, de la mano, por el camino de la vida, ver a nuestra hija en su propio nido junto a Ezequiel, a nuestros padres, aunque envejecidos y sin fuerzas, pero fieles…son cosas que hacen que cada día tengamos muchas razones para agradecer y disfrutarlas, no dando por sentado nada…son cosas que nos permiten tener  un banquete constantemente. (Proverbios 15:15)
 
 
Parte Médico:
 
Mi lucha con la Erisipela en la pierna sigue. Si llego a estar sentada un rato sin tener la pierna en alto, ya no se pone muy roja…¡se pone morada!...es que el daño en las arterias empeora el cuadro. Aún así trato de caminar de a ratitos dentro de la casa para mejorar un poco la circulación.
Sigo cada vez más decaída y débil, con más dificultad para respirar.
Ya se me está deformando la frente por las marcas de la máscara del respirador…en serio…ya está medio hundida esa zona y se siente al tacto la diferencia…en fin…
 
Motivos de Gozo:
 
Algo que fue muy refrescante y animador, aunque no estuvo exento de sacrificios, fue el que Waldo pudiera asistir a la ciudad de Salta (a 314 km al norte) para asistir a la Escuela para Ancianos de Congregación. Recién regresó del viaje y ya pasó al trabajo hasta mañana. Pero vino tan fortalecido y agradecido por la enseñanza (y por los instructores), que no le alcanzan las palabras para describir lo hermoso que fue.
En un breve mensaje que me envió estando allá, escribió:
“Estoy muy feliz por este privilegio a esta altura de mi vida.
Oraré a Jehová para hacerme recordar toda la información que no te podés perder ni un minuto.”
 
Estaba con problemas de salud y se sentía mal, y se fue muy preocupado por la salud de nosotras con Damy. Hizo grandes esfuerzos por asistir. Pero las bendiciones de estar allí compensaron con creces todos los sacrificios.
Como escribió Lira en su poema “La Adversidad”: Las altas bendiciones se consiguen con lucha.
 
Trajo la foto que les tomaron a toda la clase y es muy motivador ver a dos hermanos de edad  allí presentes cada día (de 8 a 17 hs), uno de 87 años y otro de 93 años ¡Qué ejemplos!
 
Otro momento de profundo y callado gozo se dio durante la reunión del jueves al ver a quince miembros de una familia presentes. Tuve el privilegio de estudiar con tres de ellos hace unos treinta años, cuando la familia la componían siete miembros…pero esa es otra historia que espero compartirles luego, cuando se los presente al dejarles una carta que les escribí a “Los Acuña”.
 

Sí, la vida en este sistema está llena de contrastes, en todo sentido, aún en el clima de las emociones que trae consigo cada día.
Es una obra de arte donde, lamentablemente, hay zonas con toda una gama de grises y negros, propios de la imperfección heredada.
Pero también abundan los tonos pasteles que transmiten paz y serenidad, como los que hallamos en las distintas facetas de nuestra adoración al Padre de las luces celestes.
Y no faltan pinceladas de vibrante color dispersos en los plumajes y pétalos de la creación…así también como en los momentos compartidos con los amados, amigos y hermanos que aguardamos juntos la inminente realización de las promesas…



jueves, 17 de octubre de 2013

Insomnio

 
 
Esta debe ser una forma rara de insomnio. Tal vez ni ese sea su nombre correcto (le dejo la definición y/o diagnóstico a los que saben).
 
Lo cierto es que, al terminar el día, cuando lo normal dicta que ya es hora de descansar (incluso el cuerpo mismo lo pide), pareciera ser que comienza entonces el despertar de mi única neurona aletargada y busco todo material posible para leer, estudiar, investigar…dando lugar a una necesidad de reflexionar …y escribir…¡pero ya es muy tarde!
La madrugada anda en pijamas y se sienta a mi lado, muy despabilada, y me habla de los temas más variados e interesantes.
 
No sé por qué pasa esto cada noche. No sé hasta qué punto es falta de sueño o tal vez sea un ilusorio intento por prolongar el día, por no terminar la jornada. Por no irme a dormir.
¿Será que temo dormirme? No lo sé. No creo. A veces siento que si duermo pierdo tiempo. Tonto razonamiento, lo sé. Pero parece que subyace debajo de este insomnio cotidiano.
O será simplemente que mi reloj biológico está totalmente desfasado. O mal entrenado. Vi un documental que muestra que los hábitos de sueño se pueden modificar con esfuerzo. Y no sé por qué no lo intento.
 
Oí a personas decir que le temen a la noche, entre otras cosas, porque no pueden dormir bien. Pero yo disfruto mi insomnio. Es un momento callado y de quietud que me permite oírme. Y me llama a expresar lo que el día en su afán obligó a callar.

A veces, sí, no quiero dormir porque temo no despertar. Pero eso sólo me pasa cuando estoy muy mal físicamente, y tengo que hacer esfuerzos por respirar.
Gracias a Jehová, la mayor parte del tiempo ya no pasa eso. Simplemente me gusta quedarme a solas con la noche, dejando que sus mensajes buenos y profundos nutran las raíces y pueda ser mejor árbol mañana, y extender una sombra fresca para quien pase fatigado a mi lado.
Tal vez sea un anhelo muy pretencioso.
 
Bueno, ya el salmista bajo inspiración habló de nutrir las raíces con la palabra del Altísimo…un deleite a todo tiempo: “día y noche”…un deleite nocturno,  particularmente para mi. (Salmo 1:2,3)
 
A veces intento dormir, luego de haber leído y fortalecido el alma…pero doy vueltas de un lado a otro y de solo estar comienzan a asaltarme cuanto pensamiento inquietante (hasta descabellado) pueda ocurrirse. ¡Cuánto agradezco entonces el poder estabilizador de la oración! Esos momentos de diálogo profundo con el Hacedor y Formador de cuánto existe…son momentos sublimes que trocan inquietud por calma; desasosiego por paz.
 
Y entonces sí, llega el momento de disfrutar del descanso necesario, de calmar la mente viajera, amarrar los sueños en puerto seguro y echar anclas en la noche cubierta de estrellas que me arropa por dentro.
 
 
“En paz ciertamente me acostaré
y también dormiré,
porque tú, sí, tú solo, oh Jehová,
me haces morar en seguridad.”
 (Salmo 4:8)
 
 
 
 
 

domingo, 13 de octubre de 2013

Tiempos diíciles...


 
Aquí sentada, al borde de la tormenta, esperando a que amainen los vientos…bueno, no son vientos ni tormenta literales (que buena falta hacen para calmar un poco tanta sequía).

Hay tiempos en que se juntan angustias varias y uno siente que no le dan las fuerzas para luchar en distintos frentes a la vez…¡qué sería de nosotros sin Jehová que sostiene y lleva en sus brazos cuando las propias fuerzas fallan…así venimos andando desde hace muchos días ya…
 
Los días de mayor angustia tuvieron que ver con la internación de Damita, desde el 23 de septiembre al 1 de octubre. Ella lucha desde hace años con un abanico de problemas emocionales: depresión crónica, estrés postraumático, pánico, fobias…que derivaron en su internación en un sanatorio especializado. Ezequiel y yo nos turnamos para cuidarla y Waldo se encargaba de los trámites, buscar remedios, ir y venir, atender la casa y el trabajo. Para colmo, no tenía días de descanso porque tiempo atrás balearon a un compañero de trabajo en un asalto en su casa, así es que no había descanso para Waldo.
 
Fueron días muy duros, es en extremo doloroso ver sufrir a los hijos, uno siempre prefiere que le pasen a uno las cosas y no a ellos…y nuestra frágil humanidad se poya en Jehová por fuerzas, no sólo para uno, sino para poder ayudar a quien está al lado…
 
A Damita le dieron de alta un día martes al mediodía. Y ese mismo día a la siesta, llevé a Waldo de emergencias al sanatorio. Volaba de fiebre. Tenía un fuerte espasmo bronquial. Le hicieron un rescate: nebulización y dos inyecciones. Fuimos a la farmacia a comprar los medicamentos y a la camita.
¡Y al día siguiente caí yo igual! Con 39 C° de fiebre, un dolor espantoso de cuerpo y fuerte tos.
Luego cayó papá, luego mami…y seguimos muy mal los cuatro. Ya le dieron una orden de internación a mi mami si no mejora hasta hoy.
Se ve que es un virus muy fuerte, no nos deja levantar cabeza, aun cuando Waldo y yo vamos mejorando, pero estamos muy débiles y sin fuerzas.
Damita está mejor, con otro tratamiento y Ezequiel la cuida amorosamente, junto a sus blancas alegrías: sus mininas Pelusa y Blanquita.
 
Muchas gracias por los mensajes y preocupación por la ausencia. Me cuesta mucho levantarme y no tengo fuerzas para nada, pero aunque sea quiero dejar unas líneas para dar señales de vida.
 
Cuando las cosas se ponen tan sombrías, cuesta ver algo bueno en esos días. Pero siempre hay razones para dar gracias.  Es un buen ejercicio enumerar al final del día las cosas buenas que nos pasaron o recibimos. Aunque a veces quizás haya que hacer un esfuerzo por ver lo bueno…pero siempre hay buenas razones, y en todas esas, siempre tiene que ver Jehová:  “Porque por él tenemos vida y nos movemos y existimos.” (Hechos 17:28). “Él no se cansa ni se fatiga.” Sostiene nuestra debilidad, “está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. (Isaías 40:28,29)
 
Y en esa lista de cosas buenas…siempre están ustedes, con sus palabras, mensajes y ánimo…gracias por estar y por acompañarnos cada día…los quiero mucho…
 
 
 
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Mi nuevo rincón...

 
 

Como sabrán, debido a las enfermedades que me tienen amarrada estos últimos 20 años, paso la mayor parte del tiempo en mi habitación, me levanto un poco, me recuesto en mi silla de ruedas en el escritorio, cuando me fatigo mucho me pongo el respirador (en la foto: a la derecha), si puedo sigo, sino vuelvo a la cama...
 
Y así, despacito y lento voy haciendo las pequeñas cosas que aún puedo hacer y disfruto: leer, estudiar (en la PC pues no puedo sostener los libros y revistas), escribir, hacer tarjetas para regalar, tejer a crochet y hacer pequeñas artesanías, conducir los estudios que vienen a casa, predicar por mail a algunos contactos que me envían los hermanos...y claro, tomar mate mientras conversamos con mi amado Waldo.
 
Debido a ello, a que estoy recluida en mi rincón, Waldo quiso hacérmelo lo más acogedor posible y me regaló un escritorio para que estuviera más cómoda  para hacer mis cositas. Estoy muy agradecida por todos sus esfuerzos, siempre tratando que pueda estar lo mejor posible a pesar de tantas espinas...
 
Sí, este es mi centro de operaciones...desde aquí les escribo y les llegan las tarjetas y poemas...desde aquí comparto mis emociones y nuestros días sencillos...gracias por ser parte de ellos...