Hace unos 22 años leí un poema que ha estado revoloteando
en los recuerdos estos días. He de admitir, que la primera vez que lo leí no
capté mucho la profundidad de su mensaje, ni me había dado cuenta entonces lo
mucho que en realidad me identificaba con él. Lo recibí en un sobre, por correo
convencional, como era lo habitual entonces. Era uno de esos sobres que
esperaba con ansias cada mes: una carta de mi querida Lira, desde Uruguay.
El poema en cuestión describe tan bien a esa parte de uno
que anhela la tierra libre de fronteras y vanidades, y ama lo auténtico y
simple, el amor por la tierra, descifrando todos sus mensajes…
Es este:
EL INDIO QUE ESTA A MI DIESTRA
Al
indio que anda conmigo
no
le atraen las ciudades.
Sabe
esquivar el bullicio,
las
ferias de vanidades,
los
cenagales del vicio,
y
las virtudes falseadas
de
un mundo que alza espejismos
y
los reduce a la nada.
Lo
conocí en mi niñez
domando
potros salvajes
en
silencioso ostracismo.
Me
ofreció su guía sabia
para
descubrir el mundo.
Me
ayudó a nombrar las cosas
y
a definir mis deberes
con
un aprecio profundo.
Tenemos
rasgos comunes:
ama
los valles tranquilos
y
los ríos ignorados
que
corren entre montanas
con
sus mensajes cifrados.
Disfruta
cuadros cambiantes
en
las horas de arrebol,
y
las flores amarillas
porque
retienen el sol.
No
le gusta que lo peinen
porque
tiene hojas y hierbas
enredadas
en el pelo,
más
cuando lo peina el rio
se
somete sin recelo.
No
permite que le arranquen
ideas
y sentimientos
que
no hacen agravio al Cielo.
Cuando
Dios es difamado
a
veces llora conmigo
y
suspira cabizbajo
cuando
arrasan grandes bosques
y
destruyen fauna y flora.
Me
hace notar diferencias
entre
el mañana que anhela
y
el presente que deplora.
Quiero
dialogar con el
en
la vida venidera
y
sentir que me acompaña
a
través de cada era.
Andar
con él a mi diestra
y
un colibrí sobre el hombro
que
me murmure palabras
para
expresar el asombro.
Marchar
cantando a su paso
es
la ilusión que persigo,
y
ver feliz, liberado,
al
indio que anda conmigo.
Álef Guímel
Enero 1996
Pareciera
que al pasar los años, más me identifico y reconozco en este poema. Todo. Cada
frase. Describe lo que siento.
“Tenemos rasgos comunes:
ama los valles tranquilos
y los ríos ignorados
que corren entre montanas
con sus mensajes cifrados.”
¡¡Ahhh!!
¡Qué cierto!
Lo
que trajo estos versos a la memoria fue algo muy lindo que vivimos hace unos
dos meses, cuando pudimos hacer con Waldo un viaje relámpago a los Valles, a
Cafayate más exactamente, a unos 234 km de aquí. Sólo fuimos por dos días.
Era
nuestro anhelo poder reencontrarnos con alguien muy especial para nosotros: con
Miguel, a quien no veía desde hace 15 años.. Él fue uno de los niños a los que tuve el privilegio de conducir un estudio
bíblico cuando vivíamos en una ciudad vecina, en Banda del Río Salí. Luego de
mudarnos de allí poco supe de él. Se mudó al lugar que siempre amó, de dónde son
sus padres y a donde iba en cada verano y vacación escolar: a Quilmes, a 189 km
de aquí, en plenos Valles Calchaquíes.
Como
disponíamos de tan poco tiempo, él amorosamente hizo arreglos para ir a
visitarnos en Cafayate, a 50 km de donde vive. Fue con su novia, Vilma, quería también
presentarla, tal como lo hace un hijo. Y así en realidad lo siento…un hijo
querido que la vida me permitió conocer y amar desde pequeño. Ahora ya tiene 29
años. Tiene un gran corazón, lleno de virtudes, amor por la vida y el Creador…espero
pronto le sirva, para siempre…
Ese
día llegaron temprano al lugar donde estábamos hospedados, desayunamos juntos y
fuimos tratando de ponernos al día de tantas cosas vividas en estos años de no
vernos. Nos contó de sus proyectos, de que en breve se inauguraría un Centro de
Interpretación en la Ruinas de Quilmes, el lugar donde trabaja y es uno de los
encargados de allí.
Estaba
lleno de entusiasmo, y a la vez, de profundos sentimientos, como fue siempre.
Nos dijo cosas que jamás olvidaremos acerca de cuánto influimos en su vida y lo
importante que somos para él. Yo no podía dejar de llorar…como ahora…mientras
recuerdo sus palabras…fue un privilegio que Jehová me dio, de poder compartir los
días de su niñez, en un tiempo en que nada era fácil para él…
Un viaje al pasado…mirando al futuro…
Como
nos encanta la Arqueología, pudimos aprender más de la historia de los Quilmes,
el pueblo originario que habitó esas tierras. Las Ruinas de esa ciudad hoy
constituyen el mayor sitio arqueológico del país, y el segundo en Sudamérica,
luego de Machu Picchu, en Perú. Nos contó tantas cosas que nos enriquecieron,
detalles de la vida cotidiana de un pueblo que amaba la tierra y sentía el
deber de cuidarla…tal como el deber que Dios asignó en un principio a la
humanidad.
Nos
acompañaron toda la mañana, luego almorzamos juntos y fue triste tener que
despedirnos, anhelando un próximo viaje, un próximo abrazo…
Días
atrás estuvimos conversando con Miguel por Whatsapp y me envió varias fotos. Ya
se inauguró el Centro de Interpretación de Quilmes, un museo con última tecnología que permite revivir la historia
de este pueblo que vivió allí desde el siglo X hasta que 1667 en fue devastado
y exiliado por la invasión española.
“Unos
400 españoles sitiaron a un pueblo de más de 6000 originarios primero
impidiéndoles acceder a sus cultivos sobre la planicie fértil del Río Santa María y luego envenenaron la
fuente de provisión de agua que llegaba desde las montañas. Mientras los
españoles contaban con armaduras y armas de fuego, aquellos utilizaban arcos y
flechas, hondas, lanzas y hachas con puntas de piedra.
Luego
de su rendición y debido a que los españoles no lograron someterlos, fueron
obligados a recorrer mil kilómetros a pie sin agua ni comida. Se estima que de
los más de 2.600 sobrevivientes que partieron, solamente llegaron a los húmedos
e insalubres bañados
a orillas del Río de La Plata, poco más de 400. Los
supervivientes finalizaron sus días pereciendo principalmente por enfermedades
pulmonares. Al llegar no encontraron el algarrobo considerado sagrado que les
daba alimento, leña y bebida. No conocían las hierbas medicinales locales y no
podían sanarse. El sitio ubicado a 35 km al sur de la actual ciudad de Buenos Aires
se denomina Quilmes en referencia a la Misión de Santa
María de Quilmes.”
Hoy, los descendientes de los pobladores
originarios, autodenominados Comunidad India Quilmes (CIQ), protege
el lugar.
Miguel en su trabajo en el museo (CIQ). De fondo se ve una línea de tiempo que relata en paralelo la historia con lo que ocurría en Europa y el mundo al tiempo de las culturas precolombinas aquí.
El
museo cuenta con cuatro salas temáticas. “La primera de las salas, llamada “El
devenir de una nación”, cuenta los orígenes de los Quilmes, sus características
y pautas sociales, a través de instalaciones e infografías murales, un
alegórico curso de luz que representa el río Santa María o Yokavil y una línea
de tiempo.” (Diario La Gaceta, 31 de enero de 2018)
Justamente,
a la entrada de esa sala puede leerse esto:
En las cumbres más alta
se esconde el secreto de su origen.
El arenal guarda
el recuerdo de sus huellas.
El viento los evoca
improvisando melodías
por los cerros.
Desde el día en que los Quilmes
llegaron a este valle,
el Yocavil fue su aliado
y su inseparable confidente.
se esconde el secreto de su origen.
El arenal guarda
el recuerdo de sus huellas.
El viento los evoca
improvisando melodías
por los cerros.
Desde el día en que los Quilmes
llegaron a este valle,
el Yocavil fue su aliado
y su inseparable confidente.
Este
es un video que se hizo con motivo de la inauguración del museo, a modo promocional, se los dejo
para que puedan ver algo del paisaje:
Se
filmó un corto con actores nativos caracterizados para la época, Miguel también
fue parte de esa filmación. Dura 13 minutos y es parte del espectáculo audiovisual
del museo. Yo aún no pude viajar y verlo.
La
historia de los Quilmes, como la de la mayoría de los pueblos originarios del
mundo, tiene un denominador común, uno que puede resumirse en esta verdad
bíblica de manera especial: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Eclesiastés
8:9)
Cada
vez que tuve oportunidad de visitar algún sitio arqueológico, no puedo dejar de
pensar en que esas casas de las que hoy quedan apenas ruinas, un día estuvieron
habitadas por familias, y había voces de niños jugando, padres que trabajaban
la tierra, mujeres que tejían, artesanos hábiles en alfarería y tantas técnicas
que sé que un día podrán relatarnos en primera persona, y no sólo a través de
lo que podamos interpretar por el legado que dejaron…
Cada
vez que camino por esos valles plenos de sol y viento, siento que mis pasos
encajan justo sobre las huellas que otros dejaron siglos atrás y me vuelvo
parte del paisaje que fue…anhelado el futuro en que pueda conocerlos, cuando
regresen del polvo… porque “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que
va a haber resurrección” (Hech. 24:15).
La de ellos también…
"Quiero dialogar con él
en la vida venidera
y sentir que me acompaña
a través de cada era.
Andar con él a mi diestra
y un colibrí sobre el hombro
que me murmure palabras
para expresar el asombro.
Marchar cantando a su paso
es la ilusión que persigo,
y ver feliz, liberado,
al indio que anda conmigo."
Como es usual tu publicación es un disparador de profundas emociones.
ResponderEliminarPisar esa ciudadela es un viaje relámpago al pasado.Siempre me aparece la imagen de ese pueblo siendo conducido a pie hasta Buenos Aires como la última conquista española en el norte. Me hace recordar a los asirios conduciendo a sus prisioneros.
"Marchar cantando a su paso
es la ilusión que persigo,
y ver feliz, liberado,
al indio que anda conmigo."
Bello Nancy, yo tambien cuando pienso en los indigenas o aborigenes recuedo esas mismas palabras de Eclesiastés y tambien añoro el dia cuando vuelvan Jehová mediante nos cuenten de primera mano como era todo
ResponderEliminarLa emoción que se percibe en tu relato me emociona querida Nancy..amé estas líneas:
ResponderEliminar"Cada vez que camino por esos valles plenos de sol y viento, siento que mis pasos encajan justo sobre las huellas que otros dejaron siglos atrás y me vuelvo parte del paisaje..."
Simplemente bello.
Hna Nancy..Me pasa lo mismo cuando visito los lugares que habitaban los mexicas .Me entristece saber cuantas vidas se perdieron por la ambición del hombre ..espero conocerles en el nuevo mundo de Dios.
ResponderEliminarPor lo pronto tenemos que seguir pidiendo el Reino y esperar a que llegue para ver como desbarata las obras del diablo .
saludos desde Coahuila Mexico
Por cierto mi nombre es Gaby Ruiz ♡
Hna Nancy..Me pasa lo mismo cuando visito los lugares que habitaban los mexicas Me entristece saber cuantas vidas se perdieron por la ambición del hombre espero también conecerles en el nuevo mundo de Dios por lo tanto debemos seguir pidiendo que venga el reino y ver como desbarata las obras del diablo
ResponderEliminarSaludos desde Coahuila Mexico Por cierto mi nombre es Gaby Ruiz
Hna Nancy me pasa lo mismo cuando visito los lugares que habitaban los mexicas Me entristece saber cuantas vidas se perdieron por la ambición del hombre espero también conecerles en el nuevo mundo de Dios
ResponderEliminarPor lo pronto tenemos que seguir pidiendo que venga el reino y ver como desbarata las obras del diablo
Saludos desde Coahuila Mexico Por cierto mi nombre es Gaby Ruiz
Hermana Nancy, que relató tan hermoso y lleno de vida. Me transportó al lugar. Todos esperamos con Anhelo el nuevo mundo gobernado por nuestro señor Jesucristo, donde habrá justicia absoluta para todos y donde las cosas pasadas no serán recordadas ni subirán al corazón.
ResponderEliminarReciba mi saludo Cristiano.
Gloria Medina. Florida, USA