Creo que no te he hecho
del todo justicia
querido amigo: Otoño.
Siempre te pensé desde
las hojas que desprendes,
que llevas en el viento
y luego extiendes sobre los caminos.
Tal vez sólo tuve de ti una visión
algo romántica y nostálgica a la vez,
pero nunca te pensé desde el árbol,
que deshojado, sigue en pie.
Será que, con los años,
me identifique más con los árboles,
aferrados a su lugar asignado,
que con las hojas
que vuelan en libertad…
No lo sé…
creo que ambas ideas son gratas
a este corazón que no deja de aprender
y trata de equilibrar la serenidad
de estar arraigado a su suelo
y a la vez, de dejar volar los sueños
por caminos que no conozco,
con la idea de que otros recojan las hojas
de mi árbol cansado, pero sereno…
Pareciera que con los años
el viento en contra ya no lastima,
y mi corteza curtida no esquiva
la inclemencia de días
de ráfagas intensas…
Ya no duelen las hojas que desprendes…
al contrario…me ilusiona pensar
que tal vez unas manitos pequeñas
las recojan y les fascine las formas
que descubre con sus ojos de niño…
O quizás, algún enamorado,
recoja alguna y le regale a su bien amada…
y ella la guarde entre las páginas de un libro…
así como estas palabras y pensamientos
que te dejo aquí, en estas hojas…
Déjame vivirte así, Otoño…
como hojas que llevan sueños…
y como árbol, que aunque deshojado,
sigue en pie…
Nancy
22-3-19
¡Que hermoso poema!...estoy comenzando a vivir el otoño de mi vida..y me ví reflejada en estas cálidas palabras
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