lunes, 10 de octubre de 2011

Manto de Estrellas



Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que cuides de él? (Salmo 8:3-4)

Meditar en la grandeza de la creación, cielos incluidos, fue una de las cosas que llevó a David a acercarse a su Creador y profundizar su amor y apego a Él.

Mirar el cielo…ese es un pequeño (o gran) disfrute que hace tiempo no me doy. Los tiempos han cambiado. Cuando era niña me quedaba largo rato mirando a las estrellas en la terraza de casa, hasta que me llamaban porque había que cerrar la puerta del fondo.
 En la adolescencia, si alguna pena abrumaba, escaparse a la terraza y mirar al cielo era una suave caricia que tranquilizaba el alma, a la vez que la oración y meditar en esa grandeza desplegada ante los ojos hacían parecer pequeña toda inquietud. Nada que Jehová no pudiera resolver y consolar.
Tal vez el rey David sintiera algo así en sus largas noches a campo raso cuidando a sus rebaños.
En las agobiantes noches de verano, llevábamos colchonetas a la terraza y las poníamos sobre sábanas tendidas en el suelo y dormíamos tranquilos allí. ¡Cuánto disfrutaba de esas ocasiones! Aunque casi no podía dormir por no perderme ni un instante el placer de mirar esas luces celestes que titilaban tan lejos. Y no dejaba de sorprenderme si una estrella fugaz atravesaba el firmamento.

Ahora todo es distinto. Ya no puedo subir las escaleras; las estrellas no se ven tan bien porque hay mucha contaminación lumínica; y quedarse en la terraza toda la noche es muy peligroso en este tiempo en que el delito es cosa diaria. Y mis ojos ven todo difuso por las cataratas y miopía elevada.

Pero a pesar de todo, estoy muy entusiasmada por retomar algo que ansiaba desde niña: aprender más de las estrellas, el universo, y observarlas y aprender a ubicarlas en el mapa celeste. Ahora es más fácil aprender algo de Astronomía, en Internet hay mucho material serio en sitios educativos, y hasta se puede saber qué se puede ver cada noche teniendo en cuenta las coordenadas geográficas de donde vivimos y así poder ver y conocer mejor la porción de cielo que nos envuelve.
Sería una buena manera de aprovechar mi insomnio.

Fue un grato descubrimiento saber que se puede ir al Observatorio Astronómico de la Provincia, situado en Ampimpa  (a 150 km de la ciudad, en los Valles Calchaquíes), y hacer una visita guiada, con alojamiento en cabañas turísticas y observaciones nocturnas con el telescopio principal…¡¡¡AAAAhhhhh!!!...¡¡Ya estoy soñando con eso!! Ojalá un día podamos ir…

En el Watchtower Library hay mucha información valiosa y sugerencias prácticas sobre Astronomía ( por ejemplo: g96 8/8 pág. 25 Soy astrónomo aficionado)
Me gustó el comentario que hizo una revista seglar sobre la longevidad de los astrónomos, citada en Observando el mundo:
“Es posible que la alta esperanza de vida de los astrónomos esté relacionada de algún modo con la tranquilidad que caracteriza su trabajo”, indica la revista. O, según la misma, “quizás el simple hecho de estar en contacto con los milagros del universo y estar absorto en ellos tenga un efecto positivo en la salud”.
*** g94 8/8 pág. 29 Observando el mundo ****** g93 8/7 pág.

Sí, sin duda estar en contacto con las maravillosas obras de Jehová siempre tiene un efecto positivo, en todo sentido. Su creación y caminos son profundamente bellos e inescrutables.

Volviendo a la tierra, y a las “estrellas” que hace ver el cotidiano dolor, he de decir que ya me entregaron todos los informes de las cuatro ecografías doppler que hicieron para ver cómo andan las arterias. Lo bueno dentro de lo malo, es que el aneurisma de aorta está estable dentro de todo y por ahora no se habla de cirugía. Todas las arterias estudiadas están afectadas por el Takayasu (inlamación de la aorta y sus ramificaciones), pero relativamente estables, salvo las renales:  ahora ambas presentan estenosis (estrechamiento), así es que la cardióloga me derivó a un Nefrólogo, esperamos ir esta semana.

Gracias a Jehová Damita está mejor y ha regresado al Conservatorio para cursar las materias que le quedan, y ya tiene varios alumnos  en casa a  los que da clases de Piano y música. Lo más importante, es el gozo con el que regresa de su ministerio. Oramos que siga mejorcita cada día.

Mi querido Waldo sigue corriendo de un lado a otro…sólo Jehová le da las fuerzas para poder atender sus muchas responsabilidades, y lo hace con cariño a pesar del cansancio.

Ya es de madrugada. Me gustaría escaparme aunque sea al patio y tratar de ver la lluvia de estrellas fugaces Dracónidas que son visibles estos días por estas latitudes, pero todos duermen y no quiero que se preocupen si hago ruido, y está demasiado fresco…tendrán que esperar por otra noche los anhelos de observaciones de este proyecto de astrónoma aficionada que les escribe.

Pero haré de cuentas que estoy a cielo abierto, contemplando este



Manto de Estrellas

Aire fresco en la cara,
silencio profundo,
descansa la bulliciosa ciudad,
y busco la insondable belleza
de celestes espejitos que titilan
en el firmamento.

¿Puede medirse la paz?
¿Cómo se describe el infinito poder?
Resultan torpes las palabras
al querer expresar lo que el vasto universo
transmite al ensimismarse en él.

Honda gratitud y reverencial temor
embargan hasta lo más recóndito del ser
ante la magnificencia de tus obras, oh Dios.

De pronto, todas nuestras cargas,
pesadas y abultadas,
nada son, se desvanecen ante tu grandeza,
reflejada en todo lo que hiciste,
nuestro Soberano y Creador.

¡Tan pequeños somos!
Se pierden los ojos en lo profundo
tratando de captar el fulgor
de esas estrellas que están más allá
de lo que imaginar podemos.
Y resuenan las palabras del Maestro:
´Todas las cosas son posibles para Dios.´
(Mateo 19:26).

Gracias Jehová por crear el cielo,
por cada nebulosa y galaxia
que tal vez jamás conoceremos,
pero que están allí…
elocuentes testigos de tu Poder sin fin…
garantía viva de que Tú todo lo puedes hacer…



Nancy
10-10-11








jueves, 22 de septiembre de 2011

Polvo que espera...



“Venga tu Reino”. Ése es el lema de nuestra Asamblea de Distrito de este año que tuvimos el fin de semana pasado en esta ciudad. ¡Y cuánto lo necesitamos!

Sabíamos que iba a ser muy difícil que pudiéramos asistir los tres días pero igualmente hicimos todos los planes para estar presentes. Lamentablemente, sólo pudimos ir el primer día toda la familia. La salud de Damita se resintió, éramos varios miles reunidos y las crisis de pánico no tardaron en aparecer. Yo también estaba delicada, así es que Waldo se quedó cuidándonos el día sábado pero el domingo fue todo el programa.
El último discurso  del domingo nos lo pasó por teléfono Ezequiel, como Damita no pudo poner los altavoces de su celular, entonces nos acostamos en mi cama las dos con un auricular cada una. Lástima que no nos sacamos una foto: cada una con un cablecito, yo con el respirador…¡y Lulita roncando a los pies!

Gracias a Jehová ya estamos escuchando todo el programa en casa, es un arreglo muy amoroso el poder prestarnos el audio completo de la Asamblea.

Hoy llevamos a  Damita a otra doctora y estuvo más tranquila, sin tanta angustia. ¡Hasta pudo salir a predicar a la mañana y por la tarde! Ha sido una ráfaga de aire fresco verla mejor. Jehová conoce todas las cosas y sabemos que él dará la salida y las fuerzas para cada día.

Quería escribir algo, pero siento que no sale nada bonito. Pero escribir sigue siendo el lápiz que dibuja el alma, el sentir profundo e íntimo que no halla otra manera de expresarse. Y salió esto:


Polvo que espera…

Tierra quebradiza, de sol abrasada,
se desarman sus terrones en polvo reseco
cuando pasa el caminante por tan yermo paraje.

Ya no quedan lágrimas, reseca está el alma,
soy sólo polvo que lleva el viento…
pero sigo esperando la lluvia tardía…
sé que un día llegarán sus gotas
horadando polvo y sentimiento…

Déjame ser, Dios mío,
barro blando en tus manos,
que tu consuelo sea rocío mañanero
que calme la febril angustia.

Dame las fuerzas, por favor,
que no me deshaga en dolor.
“Ven de prisa, sí, en mi auxilio.” (*)

Sí, lo sé.
Sé que sólo por ti el vigor regresará
y este polvo reseco que soy, volverá
a vestirse de hierba fresca que
alegres flores silvestres lucirá.

Soy polvo que espera…
Tú eres la lluvia que ansía el alma…
sólo Tú nos darás la calma…


Nancy
22 - 09 -11


Sí, sólo Jehová mediante su Reino nos librará de todo dolor, físico, mental y emocional, dándonos abundancia de paz...

Ya falta un día menos…



(*)  Salmo 22:19:  “Pero tú, oh Jehová, oh no te mantengas lejos.
 Oh tú, fuerza mía, ven de prisa, sí, en mi auxilio.”

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Disfrutar de la rosa...







“Vivo cada cosa como un milagro, y lo disfruto como tal”, le dije a Waldo mientras caminábamos de la mano por una bulliciosa calle de la ciudad.
Pocos días atrás estaba internada en Unidad Coronaria y ahora, aunque delicada, pudimos salir un ratito al centro a comprar algo para nuestra próxima Asamblea de Distrito. Agradezco a Jehová por cada instante…y lo disfruto.
Fue una salida breve, como no puedo moverme mucho vamos y volvemos en taxi, pero fue gratificante caminar unas cuadras bajo el cálido sol de septiembre que llenó de flores los incontables lapachos que adornan esta agitada capital norteña. 

No sé si la gente se tomará un tiempito para mirar hacia arriba, a ese manto de flores bajo el cual caminamos…o aunque sea…si mirará a la alfombra rosada, amarilla o blanca de pequeñas flores que el viento va descolgando de las ramas que escoltan nuestro paso…es tan bello…pero la gente está tan apurada…corre y corre…no sé si se darán tiempo para disfrutar de estos regalos del cielo…creo que por ser tan cotidianos los dan por sentado…como dan por sentada la vida misma…y tal vez no la disfrutan…ni la agradecen…

Nuestros días siguen con una amplia gama de emociones, pintando paisajes con colores sombríos y otros con momentos llenos de luz y calma…como este en que les escribo mientras escucho feliz a Damita dar clases de piano a un matrimonio joven. Está luchando, es un guerrear permanente, no sólo de día a día, sino de minuto a minuto. Tiene momentos en que está mejor, como este…y los disfrutamos con el corazón…y damos gracias…
Aún no le dan de alta médica y aún no puede volver a clases en el Conservatorio. Pero ya puede ir saliendo un poco de casa, siempre acompañada, y caminar un poco entre la gente.
Oramos que podamos estar en la Asamblea, nuestras fuerzas son tan escasas…pero con la ayuda de Jehová rogamos poder estar todo el tiempo posible en esa gozosa, anhelada y necesitada ocasión.

Ha vuelto Septiembre y con él las flores y todos los pájaros. Y ha regresado el Zorzal (*). Me alegra tanto oírlo cantar de nuevo en su árbol frente a casa…es una caricia al corazón… 

Esta mañana me hicieron varios estudios vasculares, mañana nos darán los informes. Mientras estaba afuera, Lulita había protagonizado un show de ternura hermoso. En el jardín hay una maceta en forma de paila adonde ella le gusta ir a acostarse. Mi mami ya no sabe qué hacer para que la gordita no se suba allí y no le aplaste las plantitas que, al final, nunca pueden crecer. Para evitar que se eche ahí, le puso algunas ramitas y pedazos de madera atravesados en la maceta…¡pero lo mismo se echa encima de todo! Damita la filmó, les dejo el video  de esos momentos tiernos…

Al final de cada jornada solemos terminar agotados y buscamos fortalecernos leyendo algún artículo de nuestras revistas o un capítulo de la Biblia. Y recordamos las palabras del Cristo: “Suficiente para cada día es su propia maldad.”. Y cuando la incertidumbre por el mañana trata de abrumarnos, nos repetimos el sabio consejo:

Nunca se inquieten acerca del día siguiente,
 porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes.
 Suficiente para cada día es su propia maldad. 
(Mateo 6:34)


Sí, vamos viviendo el día a día, dándonos tiempo para disfrutar de los detalles de belleza y ternura que traen...disfrutando de la rosa, de su perfume y color,  más allá de sus espinas...



(*) Al Zorzal le escribí aquí:

http://paginasdenancy.blogspot.com/2008/12/zorzal-violines-y-mar.html



lunes, 5 de septiembre de 2011

Entre abismos y La Roca


A veces pareciera que viajamos por un estrecho camino sinuoso de montaña, con el abismo a un lado y las rocas por el otro, con tramos cortados por derrumbes, donde uno sólo puede aferrarse fuerte a La Roca mientras se trata de abrir sendero entre escombros.
O como dijo el salmista, nos toca andar por el valle de sombra profunda, pero aún entonces, sentir que Jehová va con nosotros y nos da calma en medio de tormentas.
Jehová sigue sosteniéndonos en medio de adversidades y cada vez es más literal el hecho de sólo por él vivimos. Él es La Roca adónde aferramos nuestra esperanza, confianza y corazón.

Como les dije anteriormente, tenía pendiente una visita a la cardióloga por fuertes dolores en el pecho. Bueno, finalmente fui el jueves pasado a consulta y me internó inmediatamente en Unidad Coronaria con un diagnóstico de Angina Inestable, (es una afección en la cual el corazón no recibe suficiente flujo de sangre y oxígeno y puede llevar a un ataque cardíaco). Permanecí internada hasta ayer, menos mal que me dieron de alta a pesar de ser día domingo.

La doctora se tomó el trabajo de imprimir la larga lista de medicamentos contraindicados en la Miastenia Gravis, uno de mis problemas, y pegó las hojas en un lugar visible para que todos pudieran verlas para tenerlo en cuenta en caso de emergencias. 
Se lamentó frustrada:

-¡No puedo darte nada de lo que necesitas! ¡No puedo hacer nada de todo lo que hace falta porque todo está contraindicado!

El enfermero le preguntó si me ponía una vía (suero endovenoso). Y ella le dijo:

- No tiene venas periféricas.
- ¿Le ponemos vía central? (en el cuello), insistió él.
- No puedo darle ningún medicamento…(le respondió apesadumbrada).

No sé por qué, pero en vez de preocuparme por lo que eso implicaba para mi salud, me daba más pena de la doctora, porque veía su preocupación sincera, frustración e impotencia por no poder ayudarme.
 
Gracias a Jehová ya estoy en casa, sólo puedo tomar dos aspirinas con el almuerzo, y mucho reposo…y esperar que llegue el Paraíso pronto…


Pasamos momentos de extrema angustia: Damita sigue delicada con internación domiciliaria, mi mami llora de dolor de sus brazos y hombros, mi papá apenas camina, Waldo lleno de cargas y yo internada en el sanatorio, menos mal que queda a sólo 2 cuadras de casa.  Estaba aislada, son unidades de cuidados intensivos y no permiten cuidadores ni visitas sólo en los horarios en que sirven las comidas para ayudarnos a comer.

He estado con episodios tan fuertes que muchas veces sentí que no saldría del cuadro, sólo trataba de tranquilizarme y orar mentalmente todo el tiempo y aunque sea nombrar a Jehová en voz alta…sentí cómo estuvo reclamando vez tras vez mi vida del seol.

Sé bien que este no es el tiempo en que Él termine con las enfermedades y la muerte y que tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. Sólo pido fuerzas para aguantar en fidelidad hasta el fin y que cuide de mi familia. Él lo hace, todo el tiempo nos está dando una salida, y somos muy conscientes de que sólo podemos seguir por su bondad amorosa.

Anoche conversábamos con Waldo sobre cómo nos sentimos por toda la situación familiar. Me conmovió lo que dijo, con voz queda y los ojitos vidriosos:

- Muchas veces, era tan grande la angustia…y entendía mejor lo que Jesús sufrió al grado de que su sudor era como gotas de sangre…yo no tuve gotas de sangre…pero debo haber estado muy cerca…

Pero también, ambos coincidimos en que todas estas pruebas tan duras nos apegan más a Jehová y se acrecienta nuestra dependencia de Él.
Ahora sigue un largo y tedioso deambular por diferentes médicos para tratar de estabilizar la respiración y varios estudios para ver el estado de las arterias, aunque los más precisos no pueden hacerlos porque no los resistiría.
Esta vez estuve demasiado aislada y no podía hablar con nadie, ¡la señora que estaba a mi lado dormía todo el tiempo y no le podía predicar!
Pero al menos a una enfermera le pude dejar una revista y la invitación para nuestra próxima Asamblea de Distrito: Venga tu Reino.


Como no pudieron ponerme suero tenía los brazos libres (sólo estaba llena de cables en el pecho por monitoreo cardíaco), así es que pude terminar el saco a crochet y una bufanda haciendo juego. También hice un tapetito para alegrar a Damita, para que vaya juntando para armar luego su nido cuando vuele del nuestro. Le gustó mucho y ya lo puso en su escritorio.


Saco calado


Bufanda liviana

Tapete


Estuve leyendo el Salmo 119 que nos corresponde para esta semana. Es inevitable contener las lágrimas en varios versos. Tengo que acostarme, a modo de despedida les dejo algunos de esos textos que expresan el sentir propio mejor que uno mismo:


Mi alma ha estado pegada al mismísimo polvo.
Consérvame vivo conforme a tu palabra. (vs:25)

Acuérdate de la palabra a tu siervo, la cual me has hecho esperar.
Esta es mi consuelo en mi aflicción, porque tu propio dicho me ha conservado vivo. ( vs:49-50)
Mi alma está constantemente en la palma de mi mano;
pero tu ley no he olvidado. (vs:109)
Si tu ley no hubiera sido aquello con lo que estoy encariñado,
entonces habría perecido en mi aflicción. ( vs:92)

martes, 30 de agosto de 2011

Cuando no haya más angustia...



“A veces la depresión grave pudiera persistir aunque nos esforzáramos por vencerla.”
Así menciona un párrafo de un artículo muy animador ( w90 1/3 págs. 5-9 Cómo vencer la depresión). Ese mismo párrafo termina asï: “la angustia de Jonás no fue perpetua. Él la venció. Por eso, si la depresión hace que la vida le parezca insoportable, recuerde que es como la tribulación de que Pablo dijo que era ‘temporal’. (2 Corintios 4:8, 9, 16-18.) ¡Será eliminada! Ninguna situación es irremediable. Jehová promete “vivificar el corazón de los quebrantados”. (Isaías 57:15, Editorial Herder.)”

¡Cuánto agradecemos a Jehová el cuidado amoroso y compasivo que nos brinda a través de su esclavo fiel y verdadero! La depresión grave es un enemigo silencioso con el que nuestra Damita lucha desde hace años y ahora se encuentra con internación domiciliaria supervisada por médicos muy comprensivos.
Su dolor es también el nuestro, por eso he estado un poco ausente.

Los hermanos de la congregación han sido muy tiernos y amorosos y nos están acompañando en este tiempo tan duro que estamos pasando. Le preparé para Damita pequeñas tarjetitas con dibujos bonitos para que cuando sienta algo de fuerzas les escriba a los hermanos agradeciendo sus visitas, mensajes y llamadas telefónicas y así lo está haciendo cada vez que puede. Ha resultado en un intercambio de estímulo, fortalecido vínculos y amistad y a ella le permite sentir el gozo de dar a pesar de su dolor.

Mi salud está relativamente estable, al menos puedo cuidarla, darle su medicación, acercarle la comida y quedarme a su lado la mayor parte del día. Eso es algo que meses atrás hubiera sido imposible que pudiera hacer así es que estoy muy agradecida de estar mejor y poder cuidarla.
Tengo pendiente una visita a la cardióloga, la hipertensión  anda molestando mucho, con dolores fuertes en el pecho.

Esta mañana vino una doctora bioquímica a sacarle una muestra de sangre a Damita para unos análisis. Como trabaja en un sanatorio cercano nos atiende desde hace varios años, incluso todas las veces que estoy internada allí y últimamente venía a casa porque no podía ir.
Estaba muy sorprendida por mi mejoría. Al despedirla aproveché para hacerle ver la colcha que tejí, le encantó y dijo:

-“¡Pero esta mujer es una prócer! ¡Dios existe!” (ella era una de las doctoras que no me daban ni días de vida)

- “¡Sí! Dios existe y Él nos da las fuerzas para seguir”, le respondí

A  modo de anécdota, les cuento que no veo las horas que pase agosto y comience a llover un poco por aquí. Es que este es un tiempo seco, con días soleados pero muy frescos aún, despidiendo al invierno, con vientos. Debe ser por eso que la electricidad estática me tiene a mal traer. Todos los años es lo mismo. Pero este ya es tremendo. Ya me da miedo de tocar algo por la descarga eléctrica que se produce. ¡Pobre Lulita! Cada vez que la acaricio le hago doler las orejitas o el cuerpito por la corriente. A este paso me voy a tener que hacer un traje de plástico que sirva de aislante.¡Ando al chisperío! ¡con ruido, luces y todo! Ya parezco un personaje de ficción, despidiendo rayos por las manos o dónde me toquen.
Estoy buscando información para saber más de la Electrostática, es muy interesante, como toda la Física, que me fascina.

Me gustan estos momentos, es tarde, todos duermen y sin que ellos lo sepan, velo sus sueños, los de cada uno, hasta los de Lulita que ronca plácida a mi lado. Y escribo. Y renuevo fuerzas leyendo. El artículo citado al comienzo va concluyendo así:

“Bajo el Reino de Dios (los “nuevos cielos”), una sociedad justa de personas en la Tierra (la “nueva tierra”) será elevada a perfecta salud emocional, física y espiritual. Esto no significa que esas personas no recordarán el pasado, pero debido a todas las cosas placenteras en que pensarán entonces, y que las alegrarán, no habrá razón para que busquen en su memoria las experiencias tristes del pasado ni para que cavilen en ellas. ¡Imagínese poder uno levantarse cada mañana con la mente clara y despejada, deseoso de emprender sus actividades diarias... y nunca más sufrir de depresión!”
*** w90 1/3 pág. 9 Cómo vencer la depresión ***

Ya falta un día menos…no te canses…ya lo vemos…ese tiempo anhelado cuando no haya más angustia...


En la altura y en el lugar santo es donde resido, también con el aplastado y de espíritu humilde, para revivificar el espíritu de los de condición humilde y para revivificar el corazón de los que están siendo aplastados.
(Isaías 57:15)



lunes, 22 de agosto de 2011

No te rindas...


Todo este tiempo hemos andando entre alegrías y sobresaltos.
Una gran, gran alegría: Damita tuvo el examen  final de Piano, de 7 año y aprobó! Ahora ya le quedan algunas materias más que cursar pero lo más importante y difícil ya está.
Está muy entusiasmada en dar clases de música y piano.

 Hacía muchos años que no podía salir en familia a disfrutar de unas hamburguesas, placeres simples, pero lindos, aquí van algunos recuerdos queridos de esa noche:




A ver...¿entramos los tres, con Ezequiel?...¡Sí!
 

Como sobró un poco de lana de la colcha, estoy tejiendo un saco calado que tal vez sirva para nuestra asamblea de distrito el mes entrante, aquí va un pequeño anticipo.




Por otro lado, los problemas cardiovasculares se acentuaron y pasamos momentos difíciles, con corridas al sanatorio de emergencias. Recomendaron reposo absoluto, hasta de los sentidos (con luz apagada y sin oír nada) por un vértigo que se sumó…pero es muy difícil que no esté escuchando nada, sólo trato de estar más tiempo acostada y no tanto en la silla.
La salud de Damita nos tiene preocupados, también con corridas de emergencias, esta semana le harán varios estudios incluidos un control de sus tiroides, pero vemos cómo Jehová siempre da la salida a toda angustia.

Voy a tener que ser breve y hacer caso a eso de ir a descansar, pero les dejo este poema para todos los que luchan día a día con la depresión y problemas emocionales, heridas del alma que no se ven pero duelen tanto…pero a pesar de todo:
No te rindas…
No te canses.
No dejes de luchar.
Sé que el dolor es grande
y las fueras minadas están.

Pero no te rindas.
Sólo no estás.
Somos muchos los que te amamos
y por ti no dejamos de orar.

Quien en lo secreto te tejió
sabe de cada arista del manto de niebla,
color angustia, que a tu mente envuelve.

No te canses.
No dejes de luchar.
Por cada lágrima tuya
mil flores se abrieron,
por cada sollozo del alma
incontables pájaros cantaron…
y están todos allí…
para ti…

No te canses, por favor.
Deja que Jehová tu carga lleve…
suéltala, Él te lo pide
y hará que cual águila majestuosa
remontes vuelo sobre
lo que hoy parecen montañas.
Deja que tus pensamientos
descansen sobre los de Él,
y verás que poco a poco
la esperanza te dejará ver
el paraíso más allá del dolor.
Que tus lágrimas cambien por flores
y el sollozo por canto de pájaros…
y espera….tras la negrura de la noche
despunta el alba y brilla el sol otra vez…
Por eso…no te canses…
No te rindas…
el día se acerca ya…


Nancy
22/08/ 11




lunes, 8 de agosto de 2011

Ensanchando la familia…y ¡Colcha terminada!




Uno sabe desde el principio que algún día los hijos volarán del nido que los vio nacer para formar el suyo propio…pero parece que uno, sin querer, pospusiera mentalmente ese día para el futuro remoto y lejano.

Debe ser por eso que cuesta tanto ver que empiezan a ensayar sus alas nuevas al tiempo que formalizan su noviazgo, felizmente, en el Señor.

Es una mezcla de sentimientos encontrados: felicidad al verlos felices, y la pena de ver que se aproxima el día en que no estarán a nuestro lado y dejarán el nido vacío.

Y uno se siente mal por sentirse mal, valga la redundancia. Pero, gracias a Jehová, hasta para estos sentimientos comunes a todos los mortales, hay palabras de ánimo dentro de su pueblo.  ( Véase *** g98 22/1 pág. 9 Cómo vivir feliz con el nido vacío ***)


Sucede, que como intuirán por lo antedicho, nuestra Damita se puso de novia con un precursor muy querido de nuestra congregación: Ezequiel.

Hoy vino junto a sus padres: Pedro y Verónica, sus hermanos: Emmanuel y Lucas y su abuelita Aída.  Compartimos el almuerzo y lindos momentos juntos para ir guardándolos entre los recuerdos queridos que van formando la historia de cada familia que se ensancha en número y afectos.
Me había dado un plazo de unos dos meses para terminar de tejer la colcha….¡pero ya la terminé! Llevó 26 días hacerla y estoy muy agradecida a Jehová de estar viva y haber podido disfrutar de este trabajo. Les dejo fotitos, en algunas se ve cómo Lulita duerme en mis piernas mientras unía los motivos tejidos, todo el invierno viene la gordita a dormir encima de uno, es muy friolenta nuestra gatuna belleza.






Ahora voy a dormir entre flores…tejidas…pero flores al fin. Son detalles, pequeñas sumas cotidianas que conforman:

Ese bien tan codiciado: LA FELICIDAD
No compares tu felicidad con la de los demás, buscando deficiencias humillantes en ella. Tu felicidad es tuya y no se parece a la de los otros vivientes, porque la estás edificando con lo que brota de tu interior, no con material producido en serie. Si mejoras y enriqueces lo que brota de tu huerto íntimo, tendrás mejor material con qué edificarla y será más tuya que nunca.

Tu concepto de los amigos; tu compasión hacia los enemigos; tu capacidad para desarraigar rencores que crecen a mansalva, como hierbas intrusas en tu huerto; tu celo por la higiene mental; tu sentido del valor de la estética en los rincones más íntimos de tu persona, combatiendo pensamientos que afean el jardín cercado de tu mente; todo eso tiene mucho que ver con tu felicidad, tan personal como tus impresiones digitales, que no tienen réplica idéntica en ningún otro ser viviente.
Álef Guímel
(Del libro “Ramas y Nidos”)

Gracias por formar parte de mi porción de felicidad…los quiero mucho…

lunes, 25 de julio de 2011

Tarde de Domingo




Domingo por la tarde. 25.5 C° de temperatura. El sol se lució todos estos días regalándonos anticipos de primavera en pleno invierno. A Waldo le tocó trabajar en este horario. Damita se fue al cine con un grupo de hermanitos de la congregación. Mis papis estudian en la cocina el material para las próximas reuniones. Lulita, nuestra gatita, disfruta de los últimos rayos de sol en el patio antes que la luna y las estrellas tomen su turno en este cielo sureño.

Salí unos minutos a acompañarla. Me senté en un banquito de cemento que hizo papá para tapar un cantero que antes  se llenaba de flores pero que con los años mi mami ya no puede atender.

Parece que llegué justo a tiempo para una fiesta de pájaros que iban y venían de los árboles del vecino a nuestra tapia. Lulita los miraba atenta, lista por si acaso alguno se atrevía a bajar. Pero ellos también la veían y seguían con su jolgorio de trinos endulzando el aire, fuera de su alcance.

Creo que ellos también me veían, claro, no sólo que estaba sentada allí, sino  lo que llevo adentro, y por eso hicieron tanto alboroto alado…para que los viera. Porque saben que los amo.

Fueron sólo unos minutos en el patio, como para que no termine el día sin haber visto su luz. Pero bastaron para llenar de alegría y color esta tarde de domingo.

Ya he vuelto a rincón. No hay nada en la tele para ver. No hay problema porque ni la veo. (Estoy escuchando la Despertad! de Octubre en MP3). Tengo mucho trabajo que hacer. Ya estoy a la mitad de la colcha a crochet que estoy tejiendo y es mejor que me apure a terminarla antes que se vaya el frío pues después no podré tenerla encima mientras voy uniendo los motivos. Es muy calentita. Ya está grande y me cuesta trabajarla. Pero estoy contenta. Mi mami trataba a toda costa de persuadirme para que no la tejiera, quería que sólo hiciera una mantita chica para la silla de ruedas, porque dice que es mucho trabajo.
Pero paso todo el día aquí y quiero ver algo bonito, adornar mi entorno, sin contar la satisfacción de trabajar con las manos. Les dejo una foto de cómo vamos con la colcha hasta ahora.

En la Reunión de Servicio de esta semana Waldo tuvo una parte donde necesitaba una demostración de predicación informal en un marco realista y tuve el privilegio de participar. La hicimos con mi mami en un marco que uso siempre que puedo: al pasar por una casa veo a la señora trabajando en el jardín y me detengo a disfrutar de sus flores e intercambiar comentarios sobre plantas. Entonces le digo que el hecho de que nos gusten tanto las flores es una muestra más del propósito de Dios para la Tierra. Él nos hizo así, con el deseo de vivir para siempre en un jardín, en la tierra convertida en un paraíso. Luego le muestro un tratado con sus bellas ilustraciones mientras le menciono un texto.

Mamá preparó un pote blanco de esos de helados a modo de maceta y unas cuantas flores artificiales. Hasta se puso unos guantes para la ocasión. Dicen que quedó todo muy real y natural.
 Pero sobre todo, el gozo de poder estar presente y aun participar…y con mi mami…y con Waldo. Les dejo fotito. Ese día también estuve asignada como ama de casa de Damita en su discurso. Estoy muy contenta y agradecida a Jehová. Por cada día…

¿Los dolores? Siguen. ¿El agotamiento? Sigue. ¿Las ganas de vivir? ¡Siempre!
Y aquí estamos…compartiendo una tarde de domingo, simple, sencilla…pero feliz…con el canto de pájaros que guardó el alma…y junto a ustedes…



sábado, 16 de julio de 2011

Tejiendo...mantas, recuerdos y esperanzas...

Entre los recuerdos más preciados de la infancia están esos pocos días en que dejábamos atrás la ciudad para  visitar a los abuelos en su finca en el campo, a unos 110 km de aquí. Era una casa muy grande, rodeada de enormes árboles de naranjos, no sé a qué variedad pertenecían, pero era un deleite pasear debajo de ellos, o sentarse a su sombra a escuchar el canto del viento en sus hojas…los pájaros elevaban sus trinos llenando el aire de canto, mezclado con perfume de azahares y sueños.
En la entrada había un viejo portón de madera, como esos que se ve las películas en los ranchos ganaderos australianos.
Una acequia atravesaba los campos para riego, contorneaba el terreno: a la entrada y por el costado. Hermosas plantas de Hortensias adornaban su paso.  Detrás de la casa había una finca de naranjos y algunas mandarinas brasileñas, exquisitas.
Se perdía la vista en los cañaverales, los cultivos de papa, pimientos, tomates y toda clase de verduras.
Me gustaba subirme a los árboles para ver el atardecer desde sus ramas…son imágenes, momentos que quedaron para siempre grabados en las pupilas y el alma…
Del otro lado de la finca vivía mi bisabuela, “la abuelita Corina”. A ella le encantaba tejer a crochet y guardo como preciado tesoro un cubrecama que hizo ella en hilo de algodón rústico, hilo piolín.
Hace más de veinte años que no he vuelto por esos rincones cargados de belleza y recuerdos queridos. Ya no están los abuelos y a la casa ahora van de vez en cuando unos tíos que la compraron.
Siempre quise hacer una colcha tejida, como las que hacia la abuelita Corina, era una materia pendiente y ahora estoy embarcándome en ese proyecto, algún día espero terminarla. Recién empiezo, les dejo una muestrita en la foto de arriba, es en cashmilon semigrueso blanco, y rosas rojas.

Se escurre el tiempo…
De las cosas importantes de ayer sólo van quedando ecos que persisten en la mente, que los resguarda el corazón…
Se escapa el pensamiento hacia esos atardeces en que esperaba ver cómo el sol a dormir iba detrás de los frondosos cerros.
Los oídos quieren rescatar del pasado esas mañanas en que la algarabía de pájaros reclamaba que saliera a su encuentro antes que los primeros rayos de sol entraran por la ventana.

No sé si en realidad las cosas que amamos, los detalles hermosos de la vida…¿pasan?...
Creo que más bien se quedan para formar parte de los ladrillos de los que estamos hechos; mientras dejamos que el Gran Alfarero moldee el frágil barro que somos.

Entre las cosas que aguardamos en el Paraíso está el cumplimento de esta promesa: “La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.” (Isaías 65:22.)
Jehová es muy amoroso en permitirnos aún ahora, poder trabajar en todo lo que sea el deleite de nuestras manos, aunque sea de manera limitada…así es que…¡me voy a seguir tejiendo!…la manta…los tiernos recuerdos…la esperanza…


miércoles, 6 de julio de 2011

"Después vendrá el silencio"



Y…se están cumpliendo los pronósticos sobre que este seria el invierno más intenso de la década. Llevamos varios días con temperaturas y/o sensación térmica bajo cero. Menos mal que al menos hay sol, bueno, eso dicen, yo no salgo de mi rincón ni abrimos la persiana, pero al menos una vez al día trato de ir al patio a ver a Lulita, que está poniéndose al día, tomando sol con su pancita al viento. Si mamá me ve salir, aprovecha para hacerme ver alguna planta que floreció, (hay un cactus chiquito muy bonito, con flores diminutas que me encanta). Son salidas muy breves, escasos minutos pero los disfruto.
Muchas veces ella me llevó a la cama macetas grandes, colgando de flores, para que las viera cuando no podía levantarme.


Llevo varios días muy engripada y con faringitis, Damita también, ella está tomando antibióticos y ya está mejorando. Yo prefiero tomar medicamentos homeopáticos, van más lento pero al menos no dañan el estómago, ya no resisto los remedios agresivos. La estoy pasando muy mal, pero hay que tener paciencia, como le decía a Damita:

- Me envuelvo bien en una manta, me quedo quietita…y espero….
-  ¿Esperar qué?, preguntó ella.
- Que pase…esperar que pase, le respondí.

Y sí, no queda otra, son enfermedades que tienen su ciclo, sólo hay que cuidarse y esperar…
Lo mismo sucede con este sistema en decadencia y sus males…el espacio de tiempo que tiene permitido se le acaba…sólo tenemos que cuidarnos espiritualmente, ayudar a otros a hacer lo mismo…y esperar…esperar que pase…
Con todas las cosas que nos duelen y no podemos modificar, sólo podemos hacer eso: aferrarnos fuerte a Jehová y esperar...Él a su tiempo hará que pasen...

Las noches han sido especialmente difíciles, me molesta la tos y no puedo toser con el respirador, tengo que sacarme la máscara para toser…y es a cada rato. Y no puedo dormir sin el respirador, me quedo sin respirar…es muy problemático ese tema…

En lo que doy vueltas y vueltas, pasando el largo tubo de un lado a otro, cuidando de no acostarme sobre él, parece que los sonidos de la noche se potencian en el silencio, a algunos los disfruto, como ser los fuertes ronquidos de Lulita que duerme pegadita a mi lado (tengo que moverme con cuidado para que no se caiga o la golpee con el tubo como manguera del respirador).

Pero hay otros sonidos que sobresaltan y angustian: las sirenas de alguna ambulancia, policía o bomberos que toda la noche se la  pasan corriendo de un lado a otro de la ciudad.
Orar es siempre el mejor remedio a toda inquietud, incluida esa. Luego de conversar con Jehová, si aún no logro dormir, escuchar lo cánticos con coros es un bálsamo.
Estas noches de insomnio y molestias, cada vez que escuchaba las sirenas venían a la mente estos versos, que nos trasportan al otro lado de Armagedón:


DESPUÉS VENDRÁ EL SILENCIO

Pronto esta apaleada tierra,
este planeta triste y perturbado,
ha de abrigarse con un manto nuevo,
distinto a todo lo que hubiera usado.

Un manto de silencio
urdido en los telares celestiales
con hilos de sosiego,
con madejas de paz que se devanan
y corren suavemente entre los dedos.

Un silencio bendito, sin quejidos,
sin gritos de dolor ni maldiciones,
sin horror ni metralla,
sin coches patrulleros;
sin sirenas ni alarmas,
ni veloces corridas de bomberos,
sin protestas obreras por un paga escasa,
sin lamentos de madres
reclamando algún hijo que nunca volvió a casa.

Un silencio cual música sublime
sin nada que su esencia contamine.
Sin labios que se muerdan para apagar un grito;
sin manos anudadas
porque conviene más que no se suelten.
Sin piernas refrenadas
porque de nada vale que corrieran.
Sin vientres por el hambre contraídos,
sugiriendo apetencias no saciadas
en la inclemencia de un invierno frío.
Silencio de los campos cultivados
con semillas dormidas en su seno.
Mutismo de las bestias reclinadas
después de un día de trabajo intenso.

Silencio de los niños que descansan
aunque las puertas no se hayan cerrado,
y de padres que oran dando gracias
porque el nombre de Dios se ha vindicado.

 

Álef Guímel
(Del libro “Pan sobre las Aguas)


Mientras espero que pase esta gripe…(y este sistema)…seguimos reflejándonos en el sentir del rey David, quien cantó:

Realmente hacia Dios mi alma está [esperando en] silencio.
 De él procede mi salvación.
(Salmo 62:1)