viernes, 1 de noviembre de 2019

Agradecida...



 
Cuando cuesta tanto seguir respirando...
cuando cada paso supone arrastrar
gruesos grilletes con pesadas
esferas de hierro a los pies atados...
Cuando sientes en todo el cuerpo,
todo el tiempo,
la corona de espinas que al Cristo
en su cabeza presionaron...
Cuando las tienes incrustadas en la carne
y tu mente de a poco desfallece...
Y nadie siquiera lo sospecha ni intuye...
Ni lo comprende...
Porque no se notan…
Porque aún sonríes…

Entonces, tan sólo despertar
es motivo de una celebración...
Porque sigues vivo aunque
el cuerpo no responda...
Porque sigues queriendo vivir
aunque no tengas fuerzas...
Porque sigues amando la vida
y el corazón sigue desbordándose
agradecido por cada gesto amigo,
por cada rayo de sol que tu rostro besa...

¡Cómo no valorar cada minuto
que en su amor leal
el Excelso aún me permite!...
Y aún si dormir tuviera hasta ver el Paraíso
en la tierra establecido...
¡Cómo no estar agradecida
por la Esperanza anclada al Rescate!,
que  el Hijo pagó por ti y por mí
para que la vida que vivamos sea eterna...

Dime entonces, cómo no estar agradecida
de poder abrazar aún a los amigos,
por la familia con que Dios ha bendecido,
por poder tomar aún la mano de mi compañero
que por tantos años me ha sostenido...
Por contar con el amor de tantos,
que inmerecidamente, a mis días se acercan
y dejan rosas sembradas en el viento,
y pétalos que cubren las espinas del camino...

¡Cómo no estar agradecida de estar Hoy,
 aquí, contigo, y de poder dejarte
el corazón en lo que escribo!...



Nancy
31-10-19










2 comentarios:

  1. Hermoso....simplemente cierto.a veces cuesta llevar el cuerpo cuando uno quiere seguir y sólo Jehová lo logra.

    ResponderEliminar
  2. Nancy querida: que preciosos son tus poemas, éste en particular me encantó porque como bien lo mostrás; aún en nuestros días grises tenemos mucho por agradecer. Felicitaciones y éxitos!!

    ResponderEliminar

Nombre - Localización