Nisán trae ecos de sucesos
que brillan con luz propia
y el velo del tiempo que ha pasado
no puede ocultarlo.
Una luna llena de su día catorce
miraba atenta a lo que en la tierra ocurría.
En Egipto el ángel pasa,
no exige la vida de primogénitos
que detrás de dinteles marcados con sangre
obedecían y oraban a su Gran Libertador.
El pan de la aflicción y verduras amargas
fue su porción, no sabían
que la sangre de ese cordero señalaba
a una liberación mayor.
Los siglos pasaron hasta el Nisán
que vio al Cordero que el pecado del mundo
quita derramar la sangre preciosa
que tu vida y la mía compró.
Esa luna llena miraba atenta
a lo que ocurría en la tierra.
Los ángeles y el Padre amado
al Mesías miraban con ojos llenos de amor.
En Getsemaní el Maestro oraba
con el alma hondamente contristada:
sobre sí pendía el Nombre del Padre,
la paz del universo,
y la salvación de la humanidad.
¡Con razón sus lágrimas vertidas
se tornaban en gotas de sangre,
gotas de precioso rubí!
¡Cuánto dolor sufrido por el Cristo
y por el Padre ante muerte tan atroz!
El pan de la aflicción y verduras amargas
son hoy también nuestra porción,
vendidos a cruel imperfección…
¡Cuánto te agradecemos
por darnos al Redentor!
Ayúdanos amado Dios a no fallarte
y vivir cada día buscando tu aprobación.
Que sigamos los pasos del Dechado
con total sujeción, que sus pensamientos
sean los nuestros y vivamos
por el que murió y fue levantado,
a quien recordamos
con el corazón de amor colmado
y el alma arrodillada,
mientras te damos gracias
por esta Conmemoración.
Nancy
Hola Nancy,
ResponderEliminarsomos una congregación de lenguaje de señas, con 32 publicadores y nuestra asistencia fue de 58 personas.
Saludos desde Guatemala, América Central.
Qué hermoso queridos hermanos!! Gracias por compartir su gozo, que es el nuestro. Un fuerte abrazo a los 32 publicadores y bendiciones para el trabajo por delante...con cariño fraternal, desde Argentina. Nancy
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